Se consolidó el Programa Bilingüe de Atención Integral para Niños Sordos Menores de Cinco años, como una alternativa fundamentada en una concepción social y cultural de la sordera que se ha llevado a cabo en un espacio físico del tipo guardería infantil para el cuidado diario, atendido mayoritariamente por personas sordas de la comunidad, lo que ha facilitado recrear un entorno comunicativo natural, genuino, donde las interacciones comunicativas, los interlocutores y los contextos son lo más auténtico posible y en donde hemos comprobado que los niños sordos adquieren naturalmente y en las mismas etapas que sus pares oyentes, su primera lengua, la LSC.
En gran parte de la historia de la educación de los sordos en Colombia, ha predominado el modelo clínico y la visión de deficiencia sobre el sujeto sordo; al interior de las escuelas para sordos se han desarrollado multiplicidad de métodos para la rehabilitación de la función auditiva y la enseñanza formal de la lengua oral utilizada en la comunidad circundante, en nuestro caso, el castellano. Se ha negado - hasta evitado- la participación de la comunidad sorda en la educación de los sordos y no se ha reconocido la importancia e la Lengua de Señas Colombiana (LSC) en la construcción del sujeto sordo y en su educación.
El deseo de que los sordos hablaran la lengua oral hablada por la mayoría, invadió el espacio educativo y también definió los objetivos a seguir con los niños sordos menores de cinco años, es decir, su atención temprana. La visión clínica de la atención temprana de los niños que son sordos de nacimiento o que adquieren la sordera en la primera infancia, ha traído como consecuencia, que al ingresar al primer grado de su educación formal, los niños sordos no posean dominio de lengua alguna, sea ésta de señas u oral; minimizando así las posibilidades de desempeño escolar exitoso de estos niños y favoreciendo el circulo de bajas expectativas de padres y maestros (Johnson R., Liddel S. & Erting, 1989)
En este panorama, el INSOR como ente gubernamental encargado de orientar las políticas educativas dirigidas a la población sorda del país, comienza a desarrollar en 1996, una propuesta innovadora para la atención de los menores sordos de cinco años, en la que se parte de la convicción de que los niños que nacen sordos o que adquieren una sordera en la primera infancia, si pueden desarrollar oportunamente y en forma natural el atributo humano del lenguaje, a través de la adquisición temprana de una lengua de fácil acceso sensorial, como lo es la Lengua de Señas Colombiana (LSC), lengua natural, que por sus características de ejecución viso - gestuales, resulta accesible para los niños que no pueden oír.
Como antecedentes de investigación en la misma área de interés, obtuvimos información de la guardería de Mérida en Venezuela (Anzola, M. 1989); de lo que en Dinamarca, hacia la Organización de Padres Bonaventura, (Mahshie, S.,1995); el Centro de Educación precoz Bilingüe, CEBES (Domínguez, A., 1994) y en Suecia (Ahlgrem, 1994). En todas esas experiencias internacionales encontramos el propósito común de facilitar a los niños el contacto con adultos sordos usuarios de la lengua de señas, para asegurar un entorno lingüístico apropiado, garantizando el ingreso de la señal lingüística al cerebro de los niños durante el llamado "período crítico".
Retomando esas experiencias mencionadas, se consolidó el Programa Bilingüe de Atención Integral para Niños Sordos Menores de Cinco años, como una alternativa fundamentada en una concepción social y cultural de la sordera que se ha llevado a cabo en un espacio físico del tipo guardería infantil para el cuidado diario, atendido mayoritariamente por personas sordas de la comunidad, lo que ha facilitado recrear un entorno comunicativo natural, genuino, donde las interacciones comunicativas, los interlocutores y los contextos son lo más auténtico posible y en donde hemos comprobado que los niños sordos adquieren naturalmente y en las mismas etapas que sus pares oyentes, su primera lengua, la LSC.
El programa se fundamenta en las siguientes premisas:
La atención temprana en el caso de la sordera debe ser lingüística.
Los niños sordos deben tener acceso a la construcción lingüística de la misma manera que un niño oyente: inmersos en el llamado "baño de lenguaje". Para ello se hace necesario un entorno en el que la lengua de señas colombiana este presente de manera permanente mediante la participación de usuarios competentes de la LSC, es decir personas sordas.
Los niños sordos son vistos solamente como lo que son: niños Los niños sordos son niños, que no pueden escuchar. Son cognoscitiva y psicológicamente normales. Por esta razón, deben permanecer en ambientes lúdicos en donde tengan las mismas oportunidades que sus pares oyentes para conocer, ser, compartir y hacer y convertirse en adultos con buena imagen de sí mismos.
La lengua primera de los niños sordos es la lengua de señas colombiana. LSC.
Las lenguas de señas permiten a los niños sordos desempeñarse comunicativa y socialmente de una manera eficiente.
Los mejores modelos lingüísticos para los niños sordos, son los adultos sordos Los adultos sordos, hablantes competentes de la LSC e identificados como tales, son considerados los mejores modelos del niño para la adquisición de la lengua, el desarrollo de una identidad social y el fortalecimiento de la autoestima.
Los padres de los niños sordos deben ser vistos como padres y como tales deben recibir el apoyo que necesiten.
El impacto de tener un niño sordo es sobre la familia. Es la familia de este niño la que debe pasar por un proceso para ajustarse a la nueva situación, por lo que deben recibir apoyo oportuno, información pertinente y atención a sus inquietudes.
Los objetivos del programa son:
Ofrecer al niño sordo menor de cinco años un entorno lingüístico que favorezca la adquisición temprana la lengua de señas colombiana; brindarles cuidados básicos y promover el desarrollo de las diferentes dimensiones humanas: cognoscitiva, comunicativa, estética, corporal, emocional y social.
Brindar atención y apoyo temprano a las necesidades del grupo familiar primario y establecer vínculos de tipo socio - comunicativo entre los padres y sus niños sordos con la comunidad sorda.
Desarrollar estrategias de formación permanentes dirigidas a los involucrados: sordos y oyentes que les faciliten ejercer eficientemente sus funciones y los conduzca a una transformación en su concepción de niño sordo.
El programa se desarrolla entorno a tres ejes: La atención integral; el desarrollo lingüístico y comunicativo y la formación de padres y adultos sordos
Atención Integral
Consiste en todas las acciones, procesos y relaciones que se construyen en el día a día para promover el desarrollo pleno de las potencialidades de los menores sordos, en un ambiente no restrictivo que favorezca su forma visual de procesamiento de la información. Se concibe a la actividad lúdica como la generadora de los mejores espacios para el conocimiento del mundo y para la adquisición de la primera lengua. Se desarrollan labores propias del cuidado infantil. Son responsables por la atención diaria, el equipo de trabajo constituido mayoritariamente por personas sordas adultas y un docente preescolar. Se promueve además, la participación de las familias y de la comunidad sorda local.