La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad crónica del sistema nervioso central (SNC) que se da en adultos jóvenes, con una mayor prevalencia en mujeres. Su sintomatología es muy variada, encontrando alteraciones visibles como los problemas de movilidad, de la marcha y el equilibrio, y otros no tan perceptibles a simple viste como la disfagia, la cual interfiere significativamente en la calidad de vida de los usuarios con EM y de sus familiares.
Cuando pensamos en una enfermedad como la Esclerosis Múltiple (EM), inmediatamente la relacionamos con algunas alteraciones visibles, como problemas de movilidad, equilibrio, fatiga, etc. Esto se trata de una idea muy extendida que se aleja de considerablemente de la realidad.
Son múltiples los síntomas que rodean a la EM y no todas las personas ni sus familiares lo viven de la misma manera; es por eso que se le conoce como “la enfermedad de las mil caras”. Muchas personas diagnosticadas de EM, tienen este tipo de sintomatología “invisible”, que no se aprecian a primera vista, pero que compromete significativamente a la calidad de vida de estas personas y de sus familiares más cercanos.
Uno de estos síntomas invisibles es la dificultad para tragar o disfagia. La disfagia es la dificultad para realizar el acto de la deglución; se trata de un síntoma que puede provocar una variedad de complicaciones, tales como la deshidratación, malnutrición, aspiración de alimentos y muerte (1). En las personas con EM, alguno de de los síntomas más frecuentes son la tos durante o tras la ingesta, restos de comida en vallécula o senos piriformes, degluciones múltiples, dificultad para gestionar la saliva, y alteración de los hábitos alimenticios (2), lo cual influye significativamente en la su calidad de vida (3). La prevalencia de la disfagia en la EM es del 36-81% (4). Estos resultados varían en función del método diagnóstico de la disfagia, del tipo de EM y de las regiones afectadas (cuanta mayor afectación cerebelosa mayor será el riesgo de disfagia), así como del tiempo transcurrido desde el diagnóstico.
De acuerdo con la European Society for Clinical Nutrition and Metabolism, en la detección temprana y el tratamiento de la disfagia debe intervenir un equipo multidisciplinar, compuesto un neurólogo, un nutricionista, el logopeda que evalúe la deglución, el fisioterapeuta para la evaluación de la postura alimentaria, así como la intervención de un terapeuta ocupacional (5). Los usuarios con EM deben ser evaluados por un logopeda en las primeras etapas de la enfermedad, con el propósito de detectar posibles dificultades en el proceso de deglución. Puesto que se trata de una enfermedad neurodegenerativa, se deberán programar evaluaciones periódicas.
El propósito de la rehabilitación logopédica es lograr una deglución lo más eficaz y segura posible; prevenir los posibles riesgos de aspiración; reforzar las estructuras anatómicas implicadas en el proceso de deglución; estimular el reflejo deglutorio; potenciar el reflejo de la tos como mecanismo de defensa de las vías aéreas; entrenar la coordinación de la respiración y de la deglución; reeducación de la postura durante la alimentación; introducir las maniobras deglutorias más adecuadas en los casos que fueran necesario; asesorar al paciente y a la familia acerca de los alimentos más adecuados e introducir cualquier cambio en la dieta correspondientes (6).
Pese a que la prevalencia de la disfagia en la población con EM es relativamente alta, son pocos los estudios y publicaciones que podemos encontrar acerca de los beneficios terapéuticos de los tratamientos. Tarameshlu et al. (2018) estudiaron los beneficios de la terapia logopédica tradicional de la disfagia en un grupo de 10 pacientes con EM [ = 47.5 (±12.9)] y compararon los resultados con un grupo control de 10 pacientes con EM [ = 39.9 (±9.7)]. Este estudio mostró beneficios de la terapia tanto a final del tratamiento como 6 semanas posteriores al mismo (7). La electroestimulación también ha mostrado efectos positivos como herramienta de intervención logopédica (8-10). Otra técnica que reporta una mejora en la deglución en el usuario con EM es el uso de la toxina botulínica (11-12). El propósito de la toxina botulínica es lograr la relajación del músculo cricofaríngeo. Recientemente, también se está investigando acerca de la eficacia de la estimulación transcraneal de corriente directa (13-14).
En conclusión, la disfagia es un síntoma con el cual muchas personas con EM y sus familiares deben convivir. Son números las investigaciones que se han llevado a cabo acerca de los síntomas y su prevalencia en la población con EM, sin embargo, son muy reducidos los estudios que encontramos sobre la rehabilitación de la disfagia en este tipo de población y los efectos beneficiosos de la práctica logopédica.
Referencias
(1) Poorjavad M, et al. Oropharyngeal dysphagia in multiple sclerosis. Mult Scler. 2010; 16(3): 362-365.
(2) De Pauw A, et al. Dysphagia in multiple sclerosis. Clin Neurol Neurosurg. 2002; 104(4): 345-351.
(3) Alali D, et al. The frecuency of dysphagia and its impact on adults with multiple sclerosis based on patient-reported questionnaires. Mult sclera related Disord. 2018; 25: 227-231.
(4) Guan XL, et al. Prevalence of dysphagia in multiple sclerosis: a systematic review and meta-analysis. Neurol Sci. 2015; 36(5): 671-681.
(5) Gomes F, et al. ESPEN Guidelines on nutritional support for polymorbid internal medicine patients. Clin Nutr. 2018; 37(1): 336-353.
(6) Penman JP, Thomson M. A review of the textured diets developed for the management of dysphagia. Journal of human nutrition and dietetics. 1998; 11(1): 51-60.
(7) Tarameshlu M, et al. The effect of traditional dysphagia therapy on the swallowing function in patients with Multiple Sclerosis: A pilot double-blinded randomized controlled trial. J Bodyw Mov Ther. 2019; 23(1): 171-176.
(8) Restivo DA, et al. Pharyngeal electrical stimulation for dysphagia associated with multiple sclerosis: a pilot study. Brain Stimul. 2013; 6(3): 418-23.
(9) Marrosu F, et al. Vagal nerve stimulation improves cerebellar tremor and dysphagia in multiple sclerosis. Mult Scler. 2007; 13(9): 1200-1202.
(10) Bogaardt H, et al. Use of neuromuscular electrostimulation in the treatment of dysphagia in patients with multiple sclerosis. Ann Otol Rhinol Laryngol. 2009; 118(4): 241-246.
(11) Alfonsi E, et al. An electrophysiological epproach to the diagnosis of neurogenic dysphagia: implications for botulinum toxin treatment. J Neurol Neurosurg Psychiatry. 2010; 81(1): 54-60.
(12) Restivo DA, et al. Botulinum toxin improves dysphagia associated with multiple slcerosis. Eur J Neurol. 2011; 18(3): 486-90.
(13) Cosentino G, et al. Anodal tDCS of the swalloging motor cortex for treatment of dysphagia in multiple sclerosis: a pilot open-label study. Neurol sci. 2018; 39(8): 1471-1473.
(14) Restivo DA, et al. A pilot study on the efficacy of transcranial direct current stimulation applied to the pharyngeal motor cortex for dysphagia associated with brainstem involvement in multiple sclerosis. Clin Neurophysiol. 2019; 130(6): 1017-1024.
Autor
Mikel Urdín Gironés
Logopeda en la Fundación Aragonesa de Esclerosis Múltiple (FADEMA)
Grado en Logopedia por la Universidad de Valladolid
Máster Oficial de Investigación Logopédica en daño cerebral y en enfermedades degenerativas por las Universidad de Granada
Máster en Atención Temprana por el Instituto técnico de estudios aplicados (ITEAP)
Máster en Disfagia Orofaríngea por la Escuela Patológica del Lenguaje de Barcelona