Al finalizar el juego, podemos fotografiar el escenario creado en la arena. De alguna manera, las manos, el intelecto y la emoción se ponen en movimiento para expresar, en forma no verbal, el discurso elaborado por el niño.
El silencio es básico en todo el recorrido de elaboración.
En todo este encantador mapa, el patrón del trabajo puede variar en cada sesión. Aparecen en miniatura: personajes, profesiones, animales domésticos, salvajes, figuras de la naturaleza, vegetación, medios de transporte, etc. En ocasiones se puede ver como un contenido estático y en otros momentos, como un mundo dinámico, lleno de vida, de solución y en otros dar la oportunidad de desmantelar el mundo creado y abrirse a nuevos aprendizajes.
Al finalizar, el niño puede invitar al psicopedagogo a participar, a dar a conocer su maqueta, a jugar o comentar alguna cosa, siempre que lo desee. Como adultos facilitadores, nos ceñimos a lo que el niño quiere. Actuamos como co-exploradores. Al finalizar el juego, podemos fotografiar el escenario creado en la arena. De alguna manera, las manos, el intelecto y la emoción se ponen en movimiento para expresar, en forma no verbal, el discurso elaborado por el niño.
Según la Dra.Dora Kalff hay un modelo ha seguir que puede ser muy útil en nuestro trabajo, siempre respetando al niño/a, su juego simbólico y su creación:
La creación del mundo del usuario/a.
Se facilita el espacio, para que el niño/a entre en contacto con el arenero, con las miniaturas y el juego.
Experimentación y reacomodo.
Experimentar la escena que quiere jugar, y reacomodarla, reinventarla, si es necesario.
Terapia de la caja de arena.
Touring (guiar) el mundo e intervenir terapéuticamente. Se deja que el niño/a explore, haga un viaje por su mundo a través del juego.
Documentación.
Es importante que se pueda fotografía la escena.
Transición.
Buscar significados y conectar el juego de la arena con el mundo real del niño/a
Desmantelar el mundo creado.
Comprendiendo y limpiando el mundo. Resignificando.