La categoría diagnóstica que ha sido seleccionada para ilustrar las explicaciones alternativas para la mejora de las capacidades es el trastorno afectivo primario. El pronóstico es un retorno al funcionamiento normal (Goodwin y Guze, 1985) . El uso de la actividad para el tratamiento de las personas con discapacidades de por vida requiere otra perspectiva.
Explicaciones alternativas
La categoría diagnóstica que ha sido seleccionada para ilustrar las explicaciones alternativas para la mejora de las capacidades es el trastorno afectivo primario. El pronóstico es un retorno al funcionamiento normal (Goodwin y Guze, 1985) .
Los antidepresivos mejoran la capacidad funcional del paciente y el grado de mejora se puede describir mediante el uso de los niveles cognitivos como medida repetida: Por lo general los pacientes se mueven desde el nivel 4 (discapacidad grave para ser admitido) al nivel 6 (esta compensándose para lograr un nivel normal de funcionamiento para obtener el alta).
Con episodios depresivos agudos, las actividades pueden ser utilizadas como una evaluación objetiva de las intervenciones médicas, respondiendo a preguntas tales como: ¿Los medicamentos funcionan? ¿El paciente está listo para ser dado de alta todavía? ¿Puede una estancia más larga justificar la revisión de la utilización? ¿Puede el paciente proteger a sus hijos de todo daño? ¿Puede el paciente volver al trabajo todavía? Cuando se utilizan observaciones de actividades para responder a estas preguntas, la necesidad de evaluaciones fiables y válidas se vuelve intensa.
Las explicaciones alternativas para los cambios en la capacidad sugieren la necesidad de evaluaciones precisas. Los niveles cognitivos están siendo utilizados como una medida repetida en diferentes momentos del día y de muchas actividades diferentes.
Un terapeuta puede solicitar hacer comparaciones cualitativas entre pulir las uñas o escribir una carta. Las comparaciones requieren definiciones precisas de tareas equivalentes, un grado de especificación conocida sólo por terapeutas con años de experiencia.
Con las tipologías de operaciones posibles y resultados satisfactorios, esperamos que la información este disponible para los nuevos terapeutas, al hacerlo, se tendrá que desarrollar un grado de especificación en la literatura que de alguna manera esta faltando.
La especificación no ha sido muy popular en la terapia ocupacional estadounidense, sino que a menudo se ridiculiza con rótulos, por lo que es hora de cambiar esa actitud.
La precisión, objetividad, y medidas de cambio en la capacidad que pueden ser influenciados por otros factores, requieren especificación. Es hora de ser más responsable acerca de lo que se evalúa y más responsable en las recomendaciones.
Otras mejoras en el análisis de la actividad pueden ayudar a afinar nuestros procedimientos de evaluación y aclarar la influencia que otros factores tienen sobre los cambios en la capacidad y el apoyo de la comunidad.
Incapacidad permanente
El uso de la actividad para el tratamiento de las personas con discapacidades de por vida requiere otra perspectiva.
El diagnóstico psiquiátrico comúnmente asociado con este pronóstico es un trastorno esquizofrénico, pero el reconocimiento de la longevidad del problema es relativamente reciente (Mechanic, 1986) .
Debido a las ambigüedades y controversias en torno a la atención a largo plazo de los pacientes con trastornos esquizofrénicos, el valor de la actividad como un método de tratamiento no está claramente definido.
A menudo resulta útil examinar la literatura de las discapacidades físicas cuando la rehabilitación de los trastornos mentales es poco clara. En este caso, se ha seleccionado las lesiones de la médula espinal; el feedback entre la discapacidad física y cognitiva frecuentemente ayuda a lograr una perspectiva.
En una oportunidad, cierta literatura mencionaba que la rehabilitación de la lesión medular se centra en las AVD y la movilidad.
Nuestro ideal profesional sugiere que los terapeutas irán más allá del contenido de la ADV, haciendo un examen más detenido de la literatura de la médula espinal, revelando que hay limitaciones en las capacidades actuales del terapeuta para tratar este trastorno. Para esto esta disponible una gran cantidad de información de la delimitación de una asociación entre el nivel de la lesión y los músculos inervados.
También existen directrices para las asociaciones probables entre el nivel de la lesión y AVD (De Jong, Rama, y Corcoraw, 1984; Delgado, 1982; Rogers & Figone, 1979; Wilson, Mc Kenzie, y Barber, 1974) , , , .
En este sentido, no existen directrices para otras actividades porque la literatura no proporciona información que pueda ayudar a que el terapeuta sugiera otras operaciones posibles y resultados satisfactorios.
En este punto, la experiencia clínica parece ser esencial para determinar si una operación es factible para el paciente con lesiones de médula espinal.
Esa experiencia debe ser puesta a trabajar para desarrollar una lista de operaciones posibles asociadas con los niveles de lesión. Con una lista de este tipo, los terapeutas pueden evaluar cualquier actividad que pueda ser deseable para un paciente.