Ahora consideran que "trastorno semántico pragmático" se presenta con mayor frecuencia en el autismo, y mucho menos a menudo en algunos niños no autistas con trastornos tales como la hidrocefalia, síndrome de Williams, y otras condiciones cerebrales.
La discusión científica de los patólogos del habla y del lenguaje
Gagnon y colaboradores (1997) examinaron el solapamiento clínico entre "síndrome semántico pragmático" y autismo de alto funcionamiento. No encontraron síntomas diferenciales o características presentes en cualquier trastorno para apoyar una distinción entre las dos condiciones y, por tanto, consultar el continuo uso de "síndrome semántico pragmático" como una categoría diagnóstica, o como una entidad clínica.
Le preguntaron: "Si el diagnóstico pragmático semántico no hace más que arbitrariamente grupo los déficits de comunicación verbal presentes en el autismo en una categoría separada, ¿para qué sirve allí para mantener un diagnóstico tal confusión?" (Gagnon et al, 1997: página 45).
Boucher (1998) continuó este debate, señalando una controversia no resuelta continua relativa a los criterios de diagnóstico para "trastorno semántico pragmático". Boucher revisó el estado de diagnóstico de la palabra y su relación con el trastorno del espectro autista, la predicción de que "trastorno semántico pragmático" demostrará ser un subtipo de autismo.
Válida en la misma revista, en una respuesta a Boucher, Rapin y Allen (1998) explica su posición actual con respecto al uso del término "síndrome de déficit semántico-pragmático".
Ahora consideran que "trastorno semántico pragmático" se presenta con mayor frecuencia en el autismo, y mucho menos a menudo en algunos niños no autistas con trastornos tales como la hidrocefalia, síndrome de Williams, y otras condiciones cerebrales.
Están en desacuerdo con la práctica de utilizar el término "trastorno semántico pragmático" para no tener que hacer el diagnóstico más desagradable de un trastorno del espectro autista "(Rapin y Allen, 1998: página 86).