Se considera que hoy en día se hablan alrededor de 600 lenguas originarias en todo el continente americano. También es necesario señalar que antes de la llegada de los españoles el número de lenguas amerindias era el doble. Es decir, cientos de lenguas han desaparecido y con ellas la cosmovisión de los pueblos que las hablaban. Se calcula además, que en los próximos años alrededor de 300 lenguas van a desaparecer en todo el continente americano.
En la clase de Lingüística II del profesorado de Lengua y Literatura para la Educación Secundaria de la ciudad de Monteros – Pcia de Tucumán, el profesor saludó a sus alumnos de la siguiente manera:
- ¿Imaina purinki?
Todos los alumnos quedaron absortos y se miraban sin saber qué responder mientras el silencio inundaba el aula.
Luego, sin obtener respuesta alguna miró a Cristina (alumna de 2° año) y le preguntó:
- How are you?
A lo cual, esta alumna respondió:
- Fine thanks.
Este evento de habla improvisado por aquel docente junto a sus alumnos, dejó entrever el lugar que ocupan nuestras lenguas originarias y su enseñanza en todo el sistema educativo argentino, y por ende, la exclusión que hasta hoy se sigue haciendo de ellas –salvo en provincias argentinas en donde el contacto lingüístico entre el castellano y lenguas autóctonas es más estrecho- ignorándolas por completo y no incluyéndolas a su enseñanza a lo largo del ámbito académico para evitar su glotofagia y promover su revitalización. Sin embargo, si analizamos otra cuestión llegaremos a la firme conclusión de la penetración cultural y lingüística de las lenguas extranjeras que resultan ser mucho más conocidas que las lenguas originarias de nuestro país. Toda una contradicción de una realidad que como lingüistas debemos repensar y empezar a revertir.
El reconocido lingüista Louis Jean Calvet sostiene que “la intervención en la lengua o en las situaciones lingüísticas no es algo nuevo: desde siempre los individuos han intentado legislar, fijar el uso correcto o intervenir en la forma de la lengua; desde siempre, también, el poder político ha privilegiado tal o cual lengua de una minoría”. (1997:05)
Se considera que hoy en día se hablan alrededor de 600 lenguas originarias en todo el continente americano. También es necesario señalar que antes de la llegada de los españoles el número de lenguas amerindias era el doble. Es decir, cientos de lenguas han desaparecido y con ellas la cosmovisión de los pueblos que las hablaban. Se calcula además, que en los próximos años alrededor de 300 lenguas van a desaparecer en todo el continente americano.
Por otro lado, la sola razón de no conocer los datos cuantitativos de hablantes de las lenguas amerindias, situación que se repite en otros países de América Latina, es considerado por algunos autores como un “etnocidio estadístico” (L.M. Valdés 1988 : 39).
Ahora cabe preguntarnos respecto de cuántas lenguas indígenas se hablan actualmente en nuestro país. En el territorio argentino se hablan quince lenguas indígenas: ava-guaraní, aymara, chané, chorote, chulupí, guaraní, mapudungun, mbyá guaraní, mocoví, pilagá, qom (toba), quichua, tapiete, vilela y wichí con distinto grado de vitalidad y geográficamente distribuidas de manera desigual.
El Gran Chaco argentino es la zona con mayor concentración de pueblos indígenas del país, ya que ella alberga un total de nueve pueblos originarios en total, con alrededor de nueve lenguas.
Demás está decir que el castellano es actualmente la lengua hegemónica en la Argentina y por ende, la más hablada. En el caso del inglés, se advierte que es la segunda lengua más conocida en el país y su enseñanza es obligatoria desde la Educación Primaria.
Otra realidad lingüística distinta presentan las lenguas originarias que se hallan condenadas al peligro de extinción, como ser las lenguas que se detallan a continuación:
• Ona, a comienzos de los años noventa quedaban entre 1 y 3 hablantes en Tierra del Fuego.
• Puelche: lenguaje aislado. Probablemente extinto.
• Tehuelche. En el censo de 1966 se registraron apenas 200 hablantes en Santa Cruz.
• Vilela: perteneciente a la familia lule-vilela, y casi extinto. Lo hablan unas 20 personas en la ciudad de Resistencia, provincia del Chaco.
Es necesario también referirse a aquellas lenguas originarias extintas entre las que podemos mecionar:
• Abipón: de la familia mataco-guaicurú.
• diaguita, cacán, calchaquí: lengua hablada por los pazioca («diaguitas»).
• Chané: de la familia arawakana,
• Kunza: hablada por la etnia más conocida como comechingones.
• Het: lengua de los antiguos pampas también conocidos como querandíes. Su existencia como única lengua es especulativa.
• Allentiac, lenguas pertenecientes al huarpe, habladas otrora en la región de Cuyo.
• Lule-toconoté: algunos autores afirman que lule y toconoté no serían la misma lengua, hablada por pueblos que habitaban en parte del territorio de la actual provincia de Santiago del Estero, y en parte migraron hacia el Chaco a mediados del siglo XVII. Del lule-toconoté quedan sólo algunos vocablos aunque casi siempre se desconoce su significado preciso.
• Yagán, yámana o háusi-kúta lengua hablada en las zonas litorales meridionales del archipiélago fueguino. Se extinguió en la Argentina a inicios de siglo XX, aunque se conservan vocablos en la toponimia como Ushuaia, Lapataia, Tolhuin, etc. Quedan probablemente entre 3 y 5 hablantes en Chile