Al nacer, las funciones auditivas del niño son estimuladas con sonidos de su alrededor. Sin embargo, el principal estímulo debe ser el lenguaje de sus padres o de las personas que conviven la mayor parte con él, logrando enriquecer las funciones auditivas y por ende la comprensión y el pensamiento del niño
El lenguaje tiene diversas áreas y cada una de ellas funge como una estructura más al servicio de un sistema que tiene un solo fin: la comunicación lingüística oral.
Si alguna de ellas resulta afectada, dependiendo de su función será el problema, pudiendo alterar el desempeño de algún área o de todo el sistema.
Entonces la estimulación comienza desde antes del nacimiento, no sabemos hasta qué punto esta parte influya en el futuro lingüístico del niño, pero sí es un antecedente que señala la importancia de la audición como medio para adquirir del lenguaje.
Al nacer, las funciones auditivas del niño son estimuladas con sonidos de su alrededor. Sin embargo, el principal estímulo debe ser el lenguaje de sus padres o de las personas que conviven la mayor parte con él, logrando enriquecer las funciones auditivas y por ende la comprensión y el pensamiento del niño.
Esto va a favorecer de manera indispensable la producción del habla a través de los años hasta establecer en el niño un código con el cuál puede comunicarse de la misma forma con todos los hablantes de su lengua materna.