Una segunda modalidad es el denominado diálogo socrático, mediante el cual es el alumno quien va transitando por las pistas que el docente le sugiere y es el propio educando quien protagoniza y encuentra los veneros documentales, eligiendo la mejor respuesta en cada caso. Vean (es decir, lean) un diálogo socrático, entre un profesor de la asignatura FOL de Formación Profesional, en las primeras sesiones del curso escolar.
P. –(Paso cuarto). El total de ventas, es decir, la caja del día, en el primero, es de trescientos euros, y el cuarenta por ciento de beneficios es de… (calcular vosotros).
Al. – Ciento veinte euros.
P. Correcto. En el segundo caso, los dos clientes que han comprado han desembolsado un total de cuatrocientos cincuenta mil euros, de los cuales el cuatro por ciento es…
Al. (Pausa para hacer el cálculo). (Sorprendidos). -¡Dieciocho mil euros!.
P. -O sea, que en el primero, con treinta clientes que han comprado y un cuarenta por ciento de beneficios, ha ganado ciento veinte euros, y el segundo, con sólo dos clientes que han comprado, ha ganado dieciocho mil euros. ¿Qué os parece?. ¿Qué tipo de establecimientos son ésos?. ¡Tiempo para pensar!.
Al. (Tiempo suficiente para establecer diálogos entre ellos. Diez minutos).
P. -Preparar respuestas por grupos. ¿Qué clase de tienda es la primera?. ¿Cuál es la segunda?
Al. (Respuestas varias).
P.-¿La primera?.
Al. (Respuestas varias)
- Puesto de periódicos.
- Venta de lotería
- Tienda de chuches
- Bareto
- Floristería
- …
P. -¿La segunda?
Al. (Respuestas varias)
- Un banco
- Una tienda de venta de automóviles
- Una inmobiliaria
- Una tienda de venta de yates
- …
Para abreviar: el profesor establece una sesión de brainstorming, al fin de la cual, los alumnos (con ayuda del docente), por eliminación y tras intensos diálogos, estudio de precios, cálculos (con calculadora, por supuesto), deciden que se trata de…
Al. –Tienda primera: tienda de chuches. Tienda segunda, inmobiliaria.
P. –Y ahora, que cada uno de los grupos, elija el tipo de establecimiento que va a abrir, en qué lugar, y por qué lo elige.
(Pausa; quince minutos). (al final de la misma…)
P. -¿Qué os ha parecido la sesión?
Al. -¡Superguay, profe!.
P. –A ver, alumnos. ¿Podríais decirlo de forma más culta?
Al. –Estupendo, profesor. Nos ha gustado.
P. –Vale, gracias. Así está mejor.
Una tercera modalidad es la denominada efecto Pygmalión, o respuesta positiva del profesor, donde, ante una respuesta inadecuada del alumno, el profesor evita la sanción negativa (“¡no!”, “¡mal!”), sino que le invita a continuar en la búsqueda de la respuesta adecuada. Se trata, en este caso, de obviar el efecto inhibitorio que tiene la punición, y convencer al alumno de que la única respuesta es la correcta, por lo que ha de intentar otras vías, con la colaboración del profesor, y dando a entender a su pupilo que la tarea acabará cuando encuentre la respuesta correcta, y no antes. He aquí algunos ejemplos de incentivos, por parte del profesor:
(Ante una respuesta del alumno alejada de lo correcto)
- Estás un poco lejos. Piensa de nuevo.
- Esperamos. Repasa los apuntes. Busca en el libro de texto.
- ¡Ya te estás acercando!. Piensa un poco. No hay prisa.
- Bastante mejor. Pero aún puedes hacerlo mejor.