Algunas personas creen que una evaluación audiológica es simplemente un examen de audición. Pero, en realidad, examina mucho más que la habilidad para oír sonidos. La evaluación audiológica consiste de varios y diferentes componentes: una hoja clínica, un reconocimiento físico, una prueba de sonidos puros, una prueba audiométrica del habla y una timpanometría.
Con el examen auditivo lo que se pretende en grandes rasgos es:
- Calibrar el déficit auditivo del usuario.
- Investigar hasta que punto influyen todas las perturbaciones del lenguaje, debido a que muchas de ellas tiene su origen en un déficit auditivo más o menos intenso.
El audiólogo revisará cada componente de la evaluación audiológica con el fin de hacerse una idea de la habilidades y necesidades auditivas. Los resultados de estas pruebas pueden indicar la necesidad de hacer otras pruebas más especializadas.
La exploración auditiva se pueden dividir en:
1)
Acumetrías: es el examen auditivo sin audiómetro, utilizando el diapasón. Permite estudiar el aspecto cualitativo de la audición y orientar aproximándose a la localización de la lesión. Las pruebas que más se realizan son:
- Prueba de weber.
- Prueba de Rinne.
- Prueba de Schwabach.
- Prueba de Bing.
- Prueba de Gelle.
2) Audiometrías subjetivas.
- Tonal liminar.
- Tonal supraliminar.
- Verbal o vocal.
3)
Audiometrías objetivas.
- Pruebas no condicionadas.
- Reflejos condicionados.
- Reacciones vegetativas.
4)
Audiometrías semiobjetivas.
- Audiometrías lúdicas.
Referencias
Perelló, J. Exploración audiofoniátrica. Ed. Científico médica, Barcelona, España. 1980.
Löwe, A. Audiometría en el niño. Ed. Panamericana, Buenos Aires, Argentina. 1981.
Lafon, J.C. Trastornos del lenguaje, la palabra y la voz en el niño. Ed. Masson. Barcelona, España, 1987.