Hay evidencia confirmada que los niños que están retrasados en la segunda fase del aprendizaje del lenguaje han grabado insuficiente material lexical para activar los mecanismos analíticos responsables de la gramática lingüística.
Fase 1:
El aprendizaje vocal comienza tempranamente en el tercer trimestre de gestación y se continúa en la vida post-natal.
Orientación al habla
El desarrollo del lenguaje no comienza con los primeros esfuerzos para aprender el material linguistico sino que comienza con el proceso de orientación del niño hacia el comportamiento de personas hablando, el infante atiende y responde a ciertos aspectos de tales comportamientos (Locke 1996,1997). Se presume que el infante responde a la actividad facial y vocal tanto por fuertes influencias de los factores genéticos como por la experiencia temprana que esta soportada por pre-adaptaciones neurales específicas.
Este set de soportes cognitivos y neurales constituye una especialización en la cognición social (Brothers, 1990, Locke 1992,1993).
Investigaciones en décadas pasadas, han identificado muchas de las operaciones cognitivas sociales que parecen facilitar el aprendizaje vocal y la producción temprana de palabras. Estas operaciones incluyen la disposición del niño a:
1-toma vocal de turnos con un interlocutor ( Ginsburg & Kilbourne,1988; Papousek & Papousek,1989)
2- orientación hacia la persona y rica prosodia mímica ( Masataka, 1992)
3- comunicación gestual (Bates, Bretherton, Beeghly & Mc New, 1982; Morissette, Ricard & Decarie, 1994)
4- asimilación de patrones fonéticos del ambiente ( Boysson-Bardies, Vihman, Roug-Hillichius, Durand, Landberg & Arao, 1992)
5- como en la teoría de mente, es decir interpretar la actividad mental del interlocutor. ( Baron-Cohen, Tager-Flusberg, & Cohen, 1993). Con la experiencia perceptual relevante y el desarrollo motor esas operaciones permiten al infante apropiarse de su lenguaje nativo para pasar a ser hablantes aunque sus capacidades lingüísticas aun estén inmaduras.
Cada vez hay más estudios que aportan evidencia sobre los efectos facilitatorios de los también llamados precursores del lenguaje. Osterling y Dawson (1994) encontraron una fuerte relación inversa entre la cantidad de tiempo que el niño utiliza mirando la cara de su madre durante el primer año de vida y la probabilidad de ser diagnosticado de autismo varios años después. Tomasello y sus colegas encontraron una relación positiva entre la cantidad de tiempo que los infantes participan en episodios de atención conjunta con sus madres a los 15 meses y la extensión de su vocabulario expresivo a los 21 meses. Snow (1989) encontró que la imitación vocal a los 14 meses estaba relacionada con el número de sustantivos y verbos producidos, y la proporción de palabras producidas a palabras comprendidas a los 20 meses.
Fase 2
Adquisición de Palabras
El niño a partir de los 5- 6 meses comienza a almacenar palabras tomando información de las características vocales del ambiente. La primera habla reconocible en un infante consiste en una palabra simple o en producciones que parecen ser una frase ( Peters,1983). Estas frases usualmente son una copia casi mecánica de memoria de secuencias de palabras que han sido escuchadas frecuentemente en el habla de los adultos por ej “hora de ir a la cama” “hora de comer” “a dormir”. Esto se considera “formulado” “frases holísticas no sujetas a análisis gramaticales. (Van Lancker,1987). Todos los chicos producen frases formuladas. En un vocabulario de un niño de 50 palabras usualmente incluye 9 frases, un vocabulario de 100 palabras contiene 20 frases “frizadas” (Lieven,Pine & Dresner Barnes,1992).Esto les permite a los niños pequeños, desde un punto de vista funcional, producir un habla gramatical pre-conciente aun antes de que ellos conozcan las palabras que contienen.
Las palabras no analizadas son adquiridas del habla de los otros, porque las operaciones cognitivas sociales del niño toman el material vocal del habla que escucha esto es llamada fase adquisitiva o de acopio. Los mecanismos neurales que soportan la cognición social pueden ser considerados como componentes de un sistema de adquisición de palabras que captura y reproduce los patrones prosódicos. En los adultos el hemisferio derecho parece estar inusualmente activo en el procesamiento y acopio de material formulado (Van Lancker 187,1990) y el mismo parece ser verdadero en los niños pre-gramaticales en los cuales la activación del hemisferio derecho para el lenguaje es más fuerte que su hemisferio izquierdo.
La segunda fase es la que da al infante un set de palabras “arrancadoras” que pueden ser utilizadas apropiadamente en contextos restringidos y que le permiten al infante la oportunidad de participar en interacciones sociales como si fueran adultos.