Vivimos obsesionados por los problemas que vemos en cada momento sin comprender la dimensión real de éstos. Esto nos impide buscar "solucionar" el problema de base, pues nos empeñamos en tratar los síntomas según van surgiendo.
Cuando los padres nos damos cuenta de que nuestros hijos tienen un problema es porque lo vemos, evidentemente. Entonces nos preocupa lo que vemos que no funciona adecuadamente en el niño. Buscamos la solución a este problema concreto y no miramos más allá. Decimos "mi hijo tiene un problema motor", "es sólo un problema físico", "en lo demás está perfectamente"... No nos planteamos el hecho de que con el tiempo puedan surgir "otros" problemas relacionados con el rendimiento escolar o la autoestima y la forma de relacionarse con los demás...
Vivimos obsesionados por los problemas que vemos en cada momento sin comprender la dimensión real de éstos. Esto nos impide buscar "solucionar" el problema de base, pues nos empeñamos en tratar los síntomas según van surgiendo.
Nos convencemos de que es un problema que se solucionará con el tiempo, o bien nos centramos en trabajar este problema y cuando vemos avances... nos quedamos tranquilos... Muchas veces no sabemos dónde está el problema real que ha originado los síntomas que nosotros vemos y que consideramos erróneamente "el problema".
Cuando van apareciendo nuevas dificultades nos volvemos locos preguntándonos "¿por qué a mi hijo le tocan TANTOS problemas?", "¿Qué ha hecho él para que se le junte TODO?"... Seguimos sin ver dónde está el verdadero problema, sin comprender que todo lo que vemos y consideramos una desafortunada e injusta conjunción de problemas son las manifestaciones de UNO SÓLO.
Un sólo problema del sistema nervioso puede originar varias manifestaciones a todos los niveles en el niño.
Por esto es tan importante trabajar EL PROBLEMA y no sus manifestaciones o síntomas (de esto ya hablé en otra entrada: Estimulación Temprana y Estimulación Terapéutica).
Cito un párrafo del libro "Los trastornos de la atención y la hiperactividad. Diagnóstico y tratamiento neurofuncional y causal" del doctor Jorge Ferré Veciana, integrante del Instituto Médico del Desarrollo Infantil:
Desde lo físico podemos llegar a lo emocional y a lo mental. Desde lo mental a lo emocional y lo físico y desde lo emocional a lo mental y a lo físico. Todas las vías son válidas, aunque unas sean más directas que otras. Pero, sea cual sea la vía de entrada, hemos de saber que en los T.D.A. (trastorno por déficit de atención), en las depresiones infantiles, en las conductas reactivas y en todos los grandes trastornos funcionales y psíquicos están implicadas y afectadas las tres esferas.