Es muy importante, como profesionales presentar una mirada entendedora, no ofensiva ni sobre exigente. Dar todo el espacio que sea necesario y el tiempo, intentando no depositar nuestras ansías como profesionales, ni nuestro ego al servicio de la logopedia.
La hoja de ruta en la facilitación logopédica.
"La verdadera explicación sencillamente no se puede explicar."
Julio Cortázar
La observación en las sesiones de logopedia, nos permite recoger datos, examinar atentamente, advertir pequeñas muestras, que nos serán de mucha utilidad a la hora de plantear hipótesis de intervención y formular objetivos acordes a las necesidades del niño/a.
El analizador visual, en nuestra profesión es una herramienta fundamental de comunicación. Nos posibilita conocer a la persona, hacer una composición de gustos, preferencias, inquietudes, dudas, espacios libres a la comunicación y ritmos de los mismos.
Algunos usuarios presentan miradas abiertas, contenedoras, profundas a la iniciación de comunicar algo, es lo que se llama intención comunicativa. Otros, en cambio, presentan miradas más dispersas, poco focalizadas, que a simple vista, parecen desprovistas de mensaje, como si estuvieran perdidas al acceso del diálogo con el otro.
Es asombrante ver como el usuario, al entrar en el espacio de actuación logopédica, captura la mirada del profesional, entra en interacción o no, registra cada movimiento, cada consigna, cada explicación y adopta una postura, a veces defensiva, otras marcando una cordial distancia, otras con un grado de confianza. La progresión de éstas miradas, dependerá de la evolución e intercambio de las partes. Cada sesión es una, se abre y se cierra, para dar posibilidad a próximos encuentros.
Es muy importante, como profesionales presentar una mirada entendedora, no ofensiva ni sobre exigente. Dar todo el espacio que sea necesario y el tiempo, intentando no depositar nuestras ansias como profesionales, ni nuestro ego al servicio de la logopedia. La seguridad en el tiempo y en el espacio, facilitarán las interacciones y harán fluir las situaciones de aprendizaje. Por lo tanto, acompañar con una sonrisa cuando así se requiera, un asentimiento, cuando hay que confirmar algo, o un silencio con la mirada, cuando no hay nada que agregar.