El bruxismo es una parafunción que origina una patología alarmante por conducta anómala (apretamiento o rechinamiento, o ambos). Los resultados del mismo en estética dental y prótesis son temidos por los clínicos.
Teorías oclusales y psicológicas han sido enunciadas para explicar la etiología de la bruxomanía. Derivadas de aquéllas, terapias oclusales y psicológicas son aplicadas aisladamente o en suma para tratamiento del bruxómano ref. 17.
A. Fernández Pérez y A. Fernández Parra en un concienzudo y bien elaborado artículo de revisión bibliográfica sobre la bruxomanía refs. 9, 10, concluyen que han ido acumulándose evidencias suficientes a lo largo de los últimos años como para afirmar que existe algún tipo de vinculación entre bruxismo e interferencias oclusales junto a datos que relacionan el bruxismo con ciertos factores psicológicos, entre ellos la ansiedad y tensión emocional, no existiendo un único factor responsable.
Los citados autores abogan por una mayor comunicación entre odontólogos y psicólogos involucrados en el estudio del bruxismo, para solventar esta insidiosa patología. Además escriben, acertadamente a nuestro juicio, que ante la necesidad práctica de dar solución a un problema y por lo incierto de las teorías etiologicas, el clínico debe escoger entre aquellas terapias que no sólo parezcan ser efectivas, sino que además sean menos invasivas y más reversibles refs. 9, 10.
Las férulas de descarga son el tratamiento comodín reversible de una amplia patología odontoestomatológica, desde la disfunción temporo-mandibular en cualquiera de sus manifestaciones hasta el bruxismo.
Ya en la Biblia se menciona el "llanto y rechinar de dientes". Sin embargo, las teorías psicológicas como origen de la bruxomanía se enuncian científicamente en la segunda mitad de este siglo.