El que un niño no aprenda a leer en la etapa de Infantil no tiene por qué indicar una futura dificultad grave, pues cada uno tiene su ritmo, y aunque los niños pueden escribir y leer desde el inicio de la escolaridad y no se debe frenar ni retrasar su aprendizaje, tampoco se puede forzar el aprendizaje precoz, ni clasificarlos ni exigirles a todos unos conocimientos iguales.
Actualmente uno de los modelos más aceptados es el del modelo de lectura de doble ruta, según el cual, el lector utiliza dos vías para llegar al significado de las palabras que ve escritas:
-Ruta visual: consiste en comparar la forma ortográfica de la palabra escrita (secuencia de letras) con las representaciones de palabras de que disponemos en el léxico visual (a modo de "diccionario visual").
-Ruta fonológica: mediante el mecanismo de conversión de grafemas (letras) a fonemas (sonidos), se obtiene la pronunciación de la palabra, siendo así ésta identificada.
Se ha visto que los niños que presentan dificultades en la lectura pueden tener dañadas una (o ambas) de estas rutas, por lo que según las dificultades que presenten se puede hablar de tres tipos de dislexia:
-dislexia visual: la lectura siempre se produce por la ruta fonológica.
-dislexia fonológica: la lectura se produce por la ruta visual.
-dislexia mixta: se presentan problemas referentes a los dos subtipos anteriores.
CARACTERISTICAS DEL DISLEXICO
No existe en la actualidad ningún examen "biológico" que se pueda utilizar en la práctica clínica para establecer o confirmar el diagnóstico de dislexia.
Para ello es necesario remitirlo a especialistas, para que a través de su historia clínica y con las pruebas psicométricas se pueda determinar la presencia o no de este desorden.
El que un niño no aprenda a leer en la etapa de Infantil no tiene por qué indicar una futura dificultad grave, pues cada uno tiene su ritmo, y aunque los niños pueden escribir y leer desde el inicio de la escolaridad y no se debe frenar ni retrasar su aprendizaje, tampoco se puede forzar el aprendizaje precoz, ni clasificarlos ni exigirles a todos unos conocimientos iguales.
Además, no hay que olvidar que cuando un niño está aprendiendo la lectoescritura puede cometer muchos errores, por ejemplo, inversiones de letras al leer o escribir (SE por ES, SOL por LOS, etc.), pero esos fallos son normales y no deben alarmarnos.
En la etapa de Primaria ( a partir de los 7 años) es cuando puede establecerse con firmeza el diagnóstico de dislexia. Los síntomas más habituales son:
- Omisiones, substituciones, inversiones, distorsiones o adiciones de letras, sílabas y/o palabras.
- Rectificaciones, vacilaciones, silabeos y pérdidas de la línea, provocando lentitud lectora
- La consecuencia de estas dificultades en la lectura mecánica es la falta de comprensión de lo leído.
De todos modos, a lo largo de la escolaridad se suele presentar la siguiente evolución:
- En los niveles inferiores (repetidores de segundo curso y tercero de Primaria) los alumnos con dificultad lectora no suelen dominar todas las correspondencias entre letras y sonidos.
- En niveles medios (tercero y cuarto de Primaria) los alumnos han aprendido dichas correspondencias, pero les cuesta trabajo automatizar la lectura de sílabas, siendo su lectura muy laboriosa y lenta.
- En los cursos superiores los alumnos presentan problemas en el reconocimiento de palabras completas, por lo que tienen que leer muy despacio para leer bien. Pero dado que las actividades escolares en los cursos superiores obligan a los alumnos a ser lectores exactos y rápidos, dicha presión provoca que modifiquen su manera de leer: dejan de usar la lectura secuencial, que es exacta pero ineficaz por su lentitud y utilizan el procesamiento de pistas fonéticas parciales y ortográficas globales pero incompletas, combinado con el uso de la adivinación.
Como resultado, aumentan los errores, la ansiedad al darse cuenta de ellos, el rechazo a las tareas de lectura y como consecuencia las pocas oportunidades para automatizar el reconocimiento de palabras completas.
Por otro lado, la dislexia puede ir unida a otros problemas de aprendizaje escolar, tales como:
- La disgrafía (dificultades en la realización de los trazados gráficos que requiere la escritura)
- La disortografía (dificultades para reproducir correctamente las grafías que integran las palabras)
- Problemas de falta de atención y concentración.
- Falta de interés y motivación por el estudio.
- Fracaso escolar, con aversión hacia la lectoescritura.
Como consecuencia de ello, podemos encontrar algunos desajustes a nivel comportamental y emocional:
- Aumento de la falta de auto-confianza y de la frustración.
- Baja auto-estima.
- Aparición de conductas disruptivas o de inhibición progresiva.