Las cuerdas vocales son más que la parte del organismo encargada de la producción de la voz. Cumplen otras importantes funciones.
Estos pliegues ubicados a ambos lados de la laringe -aunque su nombre sugiera lo contario, no tienen forma de cuerda- se cierran cuando tragamos para impedir el paso de alimentos y líquidos a la tráquea, y permanecen abiertos para permitir el flujo del aire cuando respiramos.
Por eso cuando una persona sufre una parálisis de cuerdas vocales, su función respiratoria y de esfínter se ve afectada poniendo en riesgo incluso la vida.
“Cuando hablamos de parálisis nos referimos a la paralización de los músculos de la laringe producida por uno de los nervios que la inervan. Se pueden lesionar los dos pares al mismo tiempo o de un solo lado”, explica Freddy Ferreras, otorrinolaringólogo.
Según el también otorrinolaringólogo Claudio D’Óleo, la parálisis de las cuerdas vocales puede ser unilateral o bilateral. “Y cada una tiene sus implicaciones”.
Freddy Ferreras y Claudio D’Óleo, especialistas en cirugía de cabeza y cuello de Cedimat, explican que la laringe es una especie de tubo o cono formado por varios cartílagos revestidos de una membrana elástica. Aparte esas estructuras y de los músculos, posee dos pares de nervios: los superiores y los inferiores o recurrentes.
En la laringe se encuentran las cuerdas vocales falsas y las verdaderas. Estas últimas intervienen en la fonación.
La parálisis de las cuerdas vocales puede afectar uno o ambos lados, según el otorrinolaringólogo Claudio D’Óleo.
Detrás de la parálisis unilateral existen cuatro causas principales: tumores ajenos a la laringe (24% de los casos), daños provocados durante una operación (22-23%), causas idiopáticas o de origen desconocido (20%) e intubación dificultosa (11%).
Entre las cirugías que pueden causar parálisis unilateral de las cuerdas, la tiroidectomía es la operación que con mayor frecuencia genera este problema. También puede deberse a problemas neurológicos.
La parálisis bilateral se presenta en la mayoría de los casos fruto de una cirugía. Este motivo constituye el 84% de los casos. Le siguen los tumores malignos que afectan los nervios laríngeos y los traumas.
Riesgo
Cada tipo de parálisis tiene sus implicaciones.
En el caso de la unilateral, el paciente nota cambios en la calidad de su voz (disfonía, voz con mucho aire o ronca, dependiendo de la posición en que se encuentre la cuerda paralizada), voz cansada y gallos. Además, sufre episodios de broncoaspiración: ingiere alguna sustancia o alimento y este se le va por la tráquea o, como se dice popularmente, por el “camino viejo”.
En una parálisis en la laringe, especialmente si afecta los nervios inferiores, las cuerdas vocales pueden quedar cerradas impidiendo el flujo del aire y ocasionando dificultad respiratoria.
“Esa es la verdadera emergencia”, advierte el otorrinolaringólogo Freddy Ferreras, “porque todo lo demás (la dificultad para deglutir o hablar) se puede manejar”.
Incluso cuando los pliegues vocales quedan inmóviles en posición intermedia, y el paciente lleva una vida hasta cierto punto normal, este trastorno conlleva riesgos. Si la mucosa de la laringe se inflama por un proceso viral, el individuo puede padecer dificultad respiratoria aguda y requerir ayuda de emergencia.
“Ese es un momento en que el otorrino tiene que acudir rápido porque, de lo contrario, el paciente se muere”, afirma Ferreras.
Para salvar la vida del paciente habría que practicar una traqueotomía, es decir, hacer un orificio en la tráquea para facilitar la respiración.
Manejo
En ocasiones, los pacientes con insuficiencia respiratoria crónica por una parálisis de cuerda vocal acuden al neumólogo pensando que las dificultades que enfrentan tienen origen pulmonar. Llegan a sospechar incluso de asma. Sin embargo, tras evaluar los antecedentes y hallar todo bien en los pulmones, el neumólogo los refiere al otorrinolaringólogo.
Además de la historia clínica, a fin de diagnosticar el problema se observan las cuerdas vocales a través de videonasofibroscopia o endoscopia de laringe.
El manejo dependerá del tipo de parálisis y de cómo afecte la salud, señalan Ferreras y D’Óleo, ambos cirujanos de cabeza y cuello de Cedimat, que recientemente lanzó su Servicio de Otorrinolaringología, dotado con equipos técnicos y personal médico para el diagnóstico y tratamiento de todas las condiciones de nariz, oído y garganta.
“Cuando es bilateral -comenta D’Oleo- tú lo que quieres es darle capacidad respiratoria al paciente. Si es unilateral, generalmente lo que el paciente quiere ganar es calidad vocal y no respiratoria”.
Existen tratamientos mínimamente invasivos que ayudan a devolver calidad de vida a este paciente.
En casos de parálisis unilateral, cuando el afectado desea recuperar calidad vocal y disminuir los episodios de broncoaspiraciones, el médico puede inyectar diferentes sustancias para dar volumen al pliegue vocal. La lista incluye la grasa propia del paciente, la hidroxiapatita cálcica y el teflón (cada vez menos usado).
Estas sustancias se inyectan por vía transcutánea, transoral o fibroscópica, y la duración del efecto varía. El efecto de la hidroxiapatita puede extenderse hasta por dos años; la grasa, hasta año y medio, dependiendo de cómo el cuerpo la reabsorba; el teflón, toda la vida, pero suele producir granulomas.
Aparte de las sustancias inyectables, el médico tiene la opción de colocar prótesis sintéticas.
El individuo podría requerir terapia del habla.
Con relación a la parálisis bilateral, esta puede ameritar traqueostomía (orificio permanente en la tráquea y colocación de una cánula para permitir la respiración) o aritenoidectomía (extirpación de un cartílago o parte de este).
Si las cuerdas vocales han quedado paralizadas a causa de un tumor, expresa Ferreras, no hay nada que hacer más que una cirugía; si la causa es otra, el paciente debe decidir entre respirar bien y hablar bien.
“No le podemos dar las dos cosas al mismo tiempo”, concluye.
¿Qué pasa si hay tumores?
LOS TUMORES que se originan en las cuerdas vocales o en la laringe dan síntomas.
Suelen comenzar con ronquera o disfonía, pero si el paciente no presta atención a este síntoma, el tumor continúa creciendo hasta obstruir la laringe y fijar las cuerdas vocales.
Freddy Ferreras expresa: “Muchas personas debutan en la emergencia con la dificultad respiratoria porque el tumor ha crecido. Luego de hacer la traqueotomía de emergencia, habría que someterlo a cirugía para eliminar el tumor y hacer una traqueostomía”.
La persona podría requerir la extirpación parcial o total de la laringe. En principio quedaría sin habla, pero luego podría desarrollar un tipo de voz esofágica o usar una laringe electrónica.
Ferreras explica que la voz y la respiración se producen por mecanismos inversos: para poder hablar las cuerdas vocales deben estar unidas; para poder respirar, separadas. De modo que cuando las cuerdas vocales no están funcionando adecuadamente, no habrá una buena voz ni una buena respiración.
Listin Diario
10/05/2017