Describir la implicación de los déficits perceptivos y práxicos en la correcta ejecución de las Actividades de la Vida Diaria (AVD) además de revisar algunas de las pruebas de evaluación específicas y técnicas de intervención empleadas en el entrenamiento en dichas alteraciones tras un TCE.
II Congreso de Neuropsicología por internet.
Fuente: www.terapia-ocupacional.com
Objetivo: Describir la implicación de los déficits perceptivos y práxicos en la correcta ejecución de las Actividades de la Vida Diaria (AVD) además de revisar algunas de las pruebas de evaluación específicas y técnicas de intervención empleadas en el entrenamiento en dichas alteraciones tras un TCE.
Desarrollo: Los procesos relacionados con la percepción visual básica de los objetos (color, forma, tamaño, etc.) y la percepción más compleja de los mismos (profundidad, localización, reconocimiento, etc.) así como otros procesos relacionados con la integración de la información sensorial (discriminación derecha-izquierda, trastornos del esquema corporal, entre otros) son determinantes para la adecuada ideación, planificación motora y ejecución de los movimientos propositivos (praxias). Si la realización de las AVD requiere del adecuado funcionamiento de las diferentes estructuras del Sistema Nervioso Central, su valoración y tratamiento serán necesarios para conseguir el mayor nivel de independencia posible en aquellas personas que han sufrido un TCE, objetivo prioritario de la terapia ocupacional. Éstas pueden clasificarse en dos grandes grupos: básicas (alimentación, aseo personal, vestido, …) e instrumentales (preparación de alimentos, manejo de dinero, realización de compras, utilización de transportes públicos, …).
Conclusiones: Las alteraciones en ambos procesos, perceptivo y práxico, constituyen un amplio porcentaje de los déficits que presentan los pacientes con TCE y que se traducen desde un punto de vista clínico en la dificultad para llevar a cabo una vida independiente. Se destaca la necesidad de evaluar correctamente dichos procesos neuropsicológicos por su implicación en las AVD
Palabras clave: actividades de la vida diaria (activities of daily living), agnosia, ,apraxia, déficit perceptivo (perceptual impairment), terapia ocupacional (occupational therapy), traumatismo craneoencefálico (traumatic brain injury).
Epidemiología y definición.
La incidencia de traumatismos craneoencefálicos (TCE) en Europa se sitúa entre los 150-250 casos por cada 100000 habitantes, lo que viene a suponer del orden de unos 80000-100000 nuevos casos al año en nuestro país (1). De estos casos unos 2000 serán considerados como graves y presentarán serias secuelas físicas y neuropsicológicas que incapacitarán a la persona para desarrollar un trabajo habitual y para las actividades de la vida diaria (2)(3), presentando necesidad de asistencia intensiva.
Podría definirse la percepción como (4)(5).un proceso dinámico de recepción de información del entorno a través de los sentidos y su transformación en un concepto significativo basado e influido por la experiencia previa del entorno o/y el aprendizaje (6)(7). La visión, es un importante prerrequisito para la percepción y la cognición e influye tanto en la planificación motora como en el control postural, permitiéndonos tener una exitosa adaptación al medio (8). Dependiendo de la severidad y localización de la lesión, pueden existir varios déficits en la percepción. (9)(10)(11)(12)(13)(14)(15).
Algunos autores describen el procesamiento visual a través de la teoría general del procesamiento de la información (16). La primera fase o input del procesamiento está influida por la integridad del sistema óptico, la segunda fase, o integradora, la información sensorial y propioceptiva se interrelacionan produciendo como resultado un concepto o plan que servirá como guía para una acción o respuesta. La fase final incluye la integración de la respuesta oculo-motora, la relación entre la convergencia y la acomodación, la fusión y la integración visuo-motora. Desde las áreas visuales primarias la información viaja hasta las áreas de asociación en el lóbulo occipital, donde tiene lugar el análisis de la información visual; de ahí, una vía continúa hacia el lóbulo parietal, contribuyendo al análisis de la información espacial, la percepción del movimiento y la atención; y otra vía hacia la parte inferior del lóbulo temporal, la cual está relacionada con la percepción de la forma, color y el reconocimiento de objetos.(7)(17)(18)(19)(20)(21)
Por otra parte, en relación con los déficits práxicos Steinthal acuñó en 1871 el término apraxia que significa etimológicamente “sin movimiento”, no obstante, en la literatura también aparece recogido el término dispraxia utilizado habitualmente en pediatría o en relación con los déficits práxicos asociados a los trastornos del desarrollo en niños.