La fonación hace parte de los intereses del trabajo terapéutico de los Especialistas en el habla y el Lenguaje, desde esta perspectiva, tener en cuenta que esta está ligada a procesos respiratorios, en tanto a músculos y caja torácica como tal; se hace necesario identifiquemos la intervención directa sobre el armazón esquelético, como esencial en la terapeútica.
El mecanismo de fonación como proceso esencial para la producción del habla trae consigo procesos anexos como el respiratorio, la emisión y la resonancia. El proceso emisor está dado por la actividad y funcionalidad, básicamente, de la laringe, órgano músculo cartilaginoso que pone en comunicación la tráquea con la faringe y está ubicado en la parte delantera del cuello. EL mecanismo respiratorio, compuesto por las vías respiratorias, incluyendo cavidad nasal y oral, la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los pulmones; el soporte esquelético constituido por la columna vertebral, la caja torácica y las cinturas pectoral y pelviana y el sistema muscular de la inhalación y la exhalación.
Cuando el niño nace el mecanismo fonatorio está determinado, no solo por los órganos que lo conforman, sino también por la posición y maduración de estos. En un neonato la caja torácica se caracteriza por ocupar una tercera parte del tamaño que debiera ocupar en la adultez, su ápice es estrecho y ubicado en la base del cuello, estando este corto con musculatura poco activa, como resultado del patrón flexor y aducción de la cintura escapular, que caracteriza el patrón postural del bebé. La caracterización anterior justifica el posicionamiento del órgano emisor, la laringe, quien se encuentra ubicada de forma diagonal y muy superior acompañada con un hueso hioides verticalizado, con cartílagos no activos.
La evolución de características fonatorios en un bebé está determinada por la evolución en su desarrollo motor, pues a partir de las experiencias en este, el menor activa musculatura de cuello, abduce el cinturón escapular, trabajando a su vez musculatura que pertenece al proceso de inhalación en la respiración; todo esto llevando a la laringe a descender y buscar una verticalización con un hioides horizontalizado.
Los cambios, dados por la evolución del desarrollo motor, de la caja torácica y el órgano emisor nos determinan su relación. Relación que es necesario tener en cuenta en un individuo en el que por alteraciones neurológicas no hay posibilidad de evolucionar en escalas de desarrollo motor, como sucede en la Insuficiencia Motriz de Origen Cerebral. El menor con la patología, por los procesos de acomodación postural por sopesar su retraso motor, se caracteriza por presentar una caja triangular con ápice estrecho en la base del cuello quien a su vez es corto con musculatura no activa. La musculatura para los mecanismos de inhalación y exhalación están inactivos, generando esto, poca expansión del esqueleto torácico. La laringe está posicionada diagonalmente y alta con una musculatura de cuello presionando por la hipertonía y procesos de hiperextensión de cabeza por acomodación postural. Todo esto caracterizará unas emisiones agudas, espasmódicas y cortas.
Las características fónicas de muchos pacientes están determinadas por la posición del órgano emisor, el estado de la musculatura del cuello, un ápice de esqueleto torácico presionando, acompañado esto, por el mecanismo respiratorio poco funcional.
Al activar la musculatura de cuello, musculatura de mecanismos respiratorios y activación de la expansión de la caja torácica, buscaríamos, a la vez, la acomodación del órgano emisor. Esto es fácilmente consegible al movilizar el armazón esquelético en donde al trabajar descenso, acomodación de alas costales, ampliación de espacios intercostales estamos elongando y activando músculos.
La movilización de la caja torácica nos lleva a conseguir que la estructura ósea inicie su proceso de acomodación, consiguiendo que el ápice de esta deje de estrechar la base de cuello, a su vez se inicia el proceso de elongación de fibras de cuello llevando a que la laringe descienda y se ubique de forma mas verticalizada, con cartílagos internos activos.
Al movilizar y descender la caja esquelética estamos ampliando los espacios intercostales, en donde se ubican los músculos que llevan este nombre y quienes tienen gran responsabilidad en el proceso de expansión en el momento respiratorio. El proceso de elongar musculatura a partir de ejercer movimientos terapéuticos que bajen caja, estamos activando fibras de grupos musculares presentes en la inhalación, como lo son pectorales y trapecios.
La activación de expansión suscita mayor capacidad respiratoria y mejores procesos de expansión de aire por el armazón esquelético, proceso que conlleva a relajación muscular a partir del efecto de oxigenación.
Pensar, entonces, en procesos terapéuticos que favorezcan acomodación del armazón esquelético que soporta grupos musculares de cuello y respiración y que a su vez su evolución acompaña el tránsito de acomodación de la laringe, es favorecer Fonación.
Referencias
* Anatomía de GRAY. Tomo I. 38 Edición. España 1998.
* MANOTAS. Rafael. Neonatología. Ed. Universidad de Antioquia.
* Experiencia Neurodesarrollo. N:D:T BOBATH. Escuela de Londres.