Vocales: los sonidos de las vocales en el sonograma aparecen como franjas sólidas horizontales de frecuencias; llamadas formantes. De estas franjas sonoras o formantes las dos primeras son las mas relevantes para distinguir los sonidos de las vocales. Si se representaran en un diagrama en el orden dado: i, e, a, o, u, se vería una figura regular semejante a una trompa tumbada y con la parte estrecha hacia la derecha y hacia abajo.
figura 7: sonograma de la vocales españolas en el orden /i/, /e/, /a/, /o/, /u/ con recuadros marcando la posición aproximada de sus dos primeros formantes
La altura absoluta de cada franja de frecuencias o formantes y la resultante posición relativa entre ellas es específica de cada vocal. El fonema /i/ presenta la franja I baja y la II muy alta; el fonema /e/ presenta la franja I algo menos baja y la II algo menos alta que el /i/; el fonema /a/ presenta la franja I algo menos baja aún y la II algo menos alta aún que el /e/; el fonema /o/ presenta la franja I algo más baja que la I y la franja II algo más baja que la II respecto del /a/ y, por último, el fonema /u/ presenta la franja I más baja que la I y la franja II algo más baja que la II respecto del fonema /o/.
Las grafías de los fonemas vocales, más uno semivocal, en español son:
i y e a o u
figura 8: letras que representan los fonemas vocálicos
Y, el caso es que <i> presenta un rasgo horizontal bajo y una escisión en su grafía por la separación hacia arriba del punto que recuerda la posición separada de sus formantes y la apertura estrecha y alargada de la boca; compárese la figura alta y separada de la letra <i> con la figura de sus formantes en la fotografía asimismo uno muy alto muy separado de otro bajo. La grafía <e>, en especial manuscrita es la más semejante a la de <i> y el fonema /i/ es el más próximo al fonema /e/ en el sonograma, pero <e> es más abierta como lo es la posiciónde los labios al pronunciar. La grafía <a> ocupa una posición central, véase la <a> manuscrita, que podemos considerar representa, a la vez, rasgos de altura y proximidad de los formantes, su máxima apertura gráfica se corresponde con la máxima apertura de la boca en un sonido vocálico. La grafía <o> podemos pensar que representa los formantes bajos y próximos del /o/, y la menor apertura bucal y el redondeo del trazo se corresponde con el de los labios en su pronunciación. Y <u> representa los formantes muy bajos y unidos o casi unidas del /u/ en su trazo horizontal y bajo. El hecho de que no presente una grafía redonda como las anteriores se puede explicar porque empequeñecimiento de la figura vendría a hacer imposible representarlo de manera adecuada, que como la forma que adoptan los labios hubiera debido ser un circulo diminuto, produciéndose en su lugar un colapso del trazo redondo; en cuanto a los dos trazos que ocupan el espacio medio <u> esto serían precisados por razón de visibilidad.
Se ha apuntado al tratar de las letras que representan los fonemas explosivos sonoros, que un trazo redondo y cerrado refiere a la sonoridad, y esto mismo se sostiene para las vocales. Pero, lo que importa no es que el trazo sea circular de manera obvia, sino la conservación del trazo circular según se deforma para representar cada fonema vocal. Y se puede apreciar que ninguna letra vocal rebasa la zona media de la escritura, y ninguna presenta ángulos. En la letra <i> podemos considerar que el trazo redondo está aplanado o que es el punto, en la <e> que está parcialmente aplanado, en la <a> manuscrita que es pleno, en la <o> que es menor y en la <u> que queda colapsado, se mete hacia dentro.
La letra <y> se explica por la ambigüedad de su lectura que va de un sonido consonántico fricativo puro a un vocálico puro según su posición; nótese sus semejanzas con la grafías que representan fonemas fricativos (ya tratados más arriba).
Rasgos extra: Cosa común a todo código es cierto grado de redundancia que asegure la exactitud de la recepción de la información a pesar de posibles fallos en la comunicación.
En adición, para explicar la grafía completa de los grafemas hay que considerar que hay rasgos extra que corresponden a A. trazos de conexión entre trazos, por ejemplo, el trazo inferior de la <t> tipográfica se curva hacia la derecha, y B. trazos con función de marca visualizadora, por ejemplo, los trazos verticales de <m><n> y <u> tendrían como función dar más cuerpo a la forma.
Discusión:
Quizás la razón por la cual no suele plantearse el estudio de la cuestión que tratamos se debe a que no parece posible ubicarlo ni en la fonética o la fonología, ni en la grafética o la grafemática. Quizás se puede afirmar que el ámbito de estudio del problema tiene que ver con la psicofísica, que es la ciencia de la percepción. Se trata del asunto de simbolismo gráfico de los grafemas en relación con los fonemas, cuestión, por tanto, que podría ser interdisciplinar entre varias ciencias. Pero, por tratarse de relaciones entre signos, cabe hablar de que estamos en el ámbito de la semiótica. Y siendo signos perteneciéntes a un código, cabe restringir su estudio a la semiología. Y por tratarse del alfabeto y de los fonemas que son parte del sistema semiótico del lenguaje cabría creer que forma parte de la lingüística, no obstante, más bien se trata de grafémica. Si consideramos que la semiología no se ocupa en realidad de las relaciones entre sistemas de signos sino solo entre los usos resultantes, el resultado es que en realidad tratamos de semiótica, es decir, de la naturaleza del signo en sentido literal.
La grafología, en principio, se dedicada a relacionar los rasgos gráficos de las letras con los sentimientos y psicología del individuo que los ha escrito. Esto significa que se reconoce en ella una relación entre los rasgos graféticos y psicología. Aunque el riesgo de caer en falacias por causa de la subjetividad sea grande, creo que es admisible conceder cierto grado de confianza en la hipótesis básica de que los rasgos gráficos no son por completo arbitrarios. Podemos decir que en morfología el equivalente a esta clase de estudio sería el de las exclamaciones y en fonología el estudio de la características no lingüísticas de la voz. El interés que han despertado los estudios grafológicos, tiene su paralelo en la grafética o ciencia de los rasgos de la escritura y en la "grafología" lingüística que es la grafemática ciencia de los rasgos significativos u oposiciones lingüísticas en la escritura. En la grafética el estudio de los grafos incluye el estudio de las numerosas y diferentes clases de letra, es decir, de las escrituras a mano y las tipografías. Mientras que en la grafemática el estudio de los grafemas es el de las oposiciones significativas de los grafos, es decir, de los alfabetos de las diferentes lenguas. Pero en este escrito no se trata de grafología, ni de grafética, sino más bien de una cuestión que puede ser de interés en grafemática que es un mecanismo significativo de los trazos de los grafemas.
A falta de unos pocas letras o grafemas, los de sonidos palatales, el insonoro <h> y el <w>, he examinado la mayoría de los grafemas del español y los fonemas a que refieren. Como ya he afirmado, resulta curioso que la grafía pueda estar determinada por el fonema que representa el grafema o letra -al menos en el caso del español, sin entrar en cuestiones más generales-, pero son tantas las coincidencias que no creo que pueda negarse que existe una relación general entre la letra española y el fonema a que refiere. Además, es posible que en un estudio más detallado se puedan explicar otras correspondencias entre rasgos definitorios de fonémas y rasgos grafémicos no tenidas en cuenta. Creo, asimismo, que se debe descartar la hipótesis de que esta relación sea casual, y por tanto que es una relación determinada. Pero, no se trata de que existiera desde el principio, no sería artificial, pues nadie se ha ocupado de que se de, sino que sería natural, por evolución. Digamos que, así como el idioma se desarrolla de manera collectiva y de acuerdo a una capacidad psicobiológica parece que no solo se daría esto para la sintaxis, también, se daría para las menores unidades del lenguaje y para su representación abstracta en mucho mayor grado de lo que se piensa, sin ser consciente de ello, por ejemplo, dotando a las letras de simbolismo gráfico.
Como los hablantes no estudian sonogramas, la relación o asociación mental entre fonema y grafía debe de ir por otro lado, ya sea la percepción de la articulación del fonema, ya sea la percepción acústica del fonema, o ya ambas y el valor desde un punto de vista sicológico que se concede a trazos gráficos con características de verticales, horizontales, ondulados o zigzageantes, en bucle, redondos cerrados, ... sería producto de un transfondo psicobiológico que ha actuado sobre la evolución de las letras a partir de una formas más arbitrarias. Nótese que cualquier innovación no espontánea en el alfabeto es probable que conllevara un aumento de la arbitrariedad, porque el simbolismo gráfico no resulta ser algo obvio o trivial.
Esto en se apoyaría, además, en que sea en un tipo genérico de letra manuscrita donde con mayor claridad se distingue una relación entre rasgos fonológicos y rasgos gráficos. A diferencia de la letra impresa, la manuscrita debido al uso de millares o millones de individuos puede considerarse susceptible de haber sido adaptada y evolucionar de un modo natural. Es decir, la hipótesis es que la relación entre fonemas y grafemas se establecería por efectos psicobiológicos sobre la evolución de la grafía la cual se propaga culturalmente.
Digamos que la observación de que los rasgos de las letras simbolicen fonemas, es afín al resultado final de lo que ocurre en el nivel léxico cuando un ruido relevante se representa de manera gráfica, por ejemplo:
a) ¡boom!
b) ¡crash!
c) blablablá
y, se suma a esto, el hecho de que tales representaciones llegan a adquirir valor de significante, como cabe entender, por ejemplo, en:
a') bomba
b') crash (en inglés)
c') hablar, fabular
Merece la pena insistir en que a), b) y c) aunque se pueden considerar significantes no son palabras en puridad, como sí lo son a') b') y c') y que el fenómeno que se apunta como semejante al del simbolismo gráfico de las letras es el hecho de que a'), b') y c') en cuanto palabras que contienen la representación simbólica de lo que significan, los sonidos de: explosión, rotura y habla. La diferencia no es tanto en la existencia o no de simbolismo, sino en que mientras que en este caso ciertos sonidos se abstraen en ciertos sonidos, en el simbolismo gráfico de las letras ciertos sonidos se abstraen de manera cruzada en ciertos trazos, visuales. Es, más bien, como si consideraramos que el sonido de "rutilar" hace una metáfora de la sensación de ver una estrella rutilando, o de que "tropezar" o "chocar" hacen una metáfora sonora de los accidentes que significan.
El camino por el que se llegaría al simbolismo gráfico en el nivel grafémico/fonémico podría ser similar en todos los niveles. Para las letras se habría partido de unos grafemas con grafías arbitrarias, sin mayor simbolismo gráfico. Tales eran los jeroglifos que entraron a formar parte del alfabeto semítico origen del alfabeto griego, el romano y, de ahí, al español. Para, a través de un evolución, llegar a unas grafías que tienen simbolismo gráfico. Así que las letras en principio representan en sus rasgos grafémicos los rasgos articulatorio- acústicos de los fonemas sería una muestra al nivel de los segmentos de simbolismo gráfico generalizado. Cuando se trata de las unidades del nivel del significado léxico, solo se puede reconocer simbolismo fónico en unos cuantos casos concretos; a no ser que consideremos que toda la gramática y la lexicografía son muestras de simbolismo fónico de una clase distinta.
Como una pequeña prueba adicional, voy a mencionar un experimento que puede leerse en la página 174 de la Enciclopedia del Lenguaje citada abajo en la bibliografía. Se menciona un experimento de W. Köeler 1947, consistente en que a dos figuras cerradas similares a las siguientes:
se sugiere relacionarlas con las siguientes dos pseudopalabras: maluma y takete. Citando: "Lo sorprendente es que la mayor parte de los entrevistados, entre los que había hablantes de lenguas muy diversas, asignaron la pseudopalabra maluma a la figura de las formas redondeadas, y la pseudopalabra takete a la figura de formas angulares."
Por último, uno se puede preguntar hasta que punto esto afecta a la teoría que afirma que el signo es arbitrario. Mi respuesta es que no es problema considerar que el signo es arbitrario respecto del significante, y de manera simultánea considerar que el signo es modelado de acuerdo a la psicobiología humana. Tenemos el caso del ADN cuya representación de la herencia es arbitraria, no podría ser de otra manera porque todo código, toda representación es arbitraria, pero que está modelado según los átomos y moléculas que lo componen de una manera natural. La relación entre rasgos gráficos y rasgos articulatorio- acústicos, no se halla determinada de manera consciente o intencional, normalmente cuando se ha partido de cero para hacer un alfabeto o cuando se han adaptado alfabetos el grado arbitrariedad es mayor o menor. Lo que se hipotetiza es que un proceso complejo psicobiológico modela el proceso cultural dando lugar a sorprendentes relaciones de simbolismo entre los rasgos gráficos y los rasgos articulatorio-acústicos. No es difícil reconocer, además, en los grafos otros elementos arbitrarios desde el punto de vista de este simbolismo pero que se pueden explicar de otras maneras. Y no es problemático pensar que inclusie haya rasgos producto del azar, si consideramos que en la evolución las mutaciones sean biológicas o culturales son, en efecto, al azar. Cabe considerar la preexistencia de algunos rasgos arbitrarios en los grafemas, explicables, por ejemplo, por que el momento de introducción del grafema haya sido reciente y el tiempo transcurrido no haya sido suficiente para que se de la evolución hacia el simbolismo fónico; o por otras razones. Y cabe considerar, que aunque hay numerosos factores individuales como la psicología individual, las costumbres de escritura, el desarrollo de un estilo caligráfico personal, la salud, la tradición, la creación en tipográfica, la creación artística, en cualquier caso es un ser humano quien lo hace y por tanto se puede esperar que el lenguaje y la escritura en particular se acabe por conformar a cómo es el ser humano. Y que para este es posible y hasta conveniente que los rasgos característicos de los trazos de las letras se conformen según los rasgos característicos de los sonidos de los fonemas.
*La letra humanística, también, llamada antiqua, creada en Italia por Poggio (1380-1459).
Referencias
David Crystal (1987): Enciclopedia del Lenguaje. Versión de Juan Carlos Moreno Cabrera. Taurus 1994. Madrid. (página 174)
Antonio Quilis (1981): Fonética Acústica de la Lengua Española. Editorial Gredos 1988. Madrid.
Summer Institut of Lingüistics 1998: Speech Analyzer v.1.06a.