El término afasia en determinados autores presenta una conceptualización extensa:Generalmente aparece de manera repentina tras un accidente cerebrovascular (ACV) o después de un traumatismo craneoencefálico (TCE). También, puede surgir de manera progresiva como consecuencia del desarrollo de un tumor o de una enfermedad neurodegenerativa. El grado de discapacidad que produce va a depender de la localización de la lesión y de la severidad del daño neurológico que se ha producido (Terradillos y López, 2016, p. 9).
Resumen
La afasia de Broca es una patología neurológica que afecta a la producción del lenguaje, su abordaje terapéutico es amplio y diverso. La logopedia utiliza la musicoterapia como herramienta para rehabilitar el lenguaje expresivo en pacientes que sufren este trastorno. La musicoterapia puede abordarse mediante diversas terapias, entre ellas: Terapia de Entonación Melódica (MIT), Terapia de Canto (TS), Terapia Melódica Rítmica (MRT), Terapia de Estimulación Musical del Habla (MUSTIM).
Esta revisión bibliográfica tiene como objetivo principal comprobar la evidencia científica sobre el efecto de la musicoterapia en las funciones lingüísticas de los pacientes con afasia de Broca. Para ello, se han seleccionado un total de 22 estudios de distintas bases de datos científicas, atendiendo a unos criterios de inclusión. Se ha podido comprobar que la musicoterapia en la actualidad está en pleno auge y su uso está siendo cada vez más evidente pues, se han verificado sus beneficios en cuanto a aspectos comunicativos de habla y lenguaje, así como emocionales.
En la práctica se ha demostrado que la entonación y el ritmo son los componentes musicales que más influyen en la recuperación del habla de pacientes con afasia no fluida. Sin embargo, la evidencia científica que existe hasta el momento es escasa, siendo la Terapia de Entonación Melódica (MIT) la que acumula mayores estudios empíricos.
Palabras clave: Musicoterapia, Afasia de Broca, afasia no fluente, afasia expresiva, Entonación, Terapia de canto y MUSTIM.
1. Introducción
1.1 Concepto de la afasia.
El término afasia en determinados autores presenta una conceptualización extensa:
Generalmente aparece de manera repentina tras un accidente cerebrovascular (ACV) o después de un traumatismo craneoencefálico (TCE). También, puede surgir de manera progresiva como consecuencia del desarrollo de un tumor o de una enfermedad neurodegenerativa. El grado de discapacidad que produce va a depender de la localización de la lesión y de la severidad del daño neurológico que se ha producido (Terradillos y López, 2016, p. 9).
Del mismo modo, Vendrell (2001) señala que es un trastorno del lenguaje ocasionado por una lesión cerebral en una persona que previamente podía hablar con normalidad, e indica que se trata de una de las alteraciones más comunes del sistema nervioso central (SNC), a nivel neurológico en las áreas del lenguaje, ya que puede ocasionar problemas en algunas o en todas las destrezas de este (expresión, comprensión, lectura y escritura). Igualmente, las conceptualizaciones actuales sobre afasia reflejan esta como un trastorno mental multimodal que además incide en otros mecanismos cognitivos imprescindibles para el buen funcionamiento del lenguaje, como son: la memoria auditiva-verbal a corto plazo y la atención (Martin y Sicilia, 2012).
En cuanto a la clasificación, Ardilla (2006) distingue dos formas básicas de afasia, denominadas de diferentes maneras (tabla 1).
Expresiva |
Receptiva |
Motora |
Sensorial |
Anterior |
Posterior |
No fluida |
Fluida |
Trastorno sintagmático |
Trastorno paradigmático |
Trastorno en la codificación |
Trastorno en la decodificación |
Tipo Broca |
Tipo Wernicke |
Tabla 1: Principales dicotomías señaladas en la literatura para distinguir las dos grandes variantes de las afasias (Ardila, 2006).
Asimismo, los trastornos afásicos según Benson y Ardila (1996) se clasifican partiendo de dos criterios anatómicos:
a) la afasia puede ser prerrolándica (anterior, no fluida) o posrolándica (posterior, fluida);
b) se localiza en el área perisilviana del lenguaje donde estarían la afasia de Broca, la de conducción y la de Wernicke, o se encuentra más allá de dicha región central, en el área extrasilviana, también denominadas clásicamente transcorticales, donde habría una variante motora, otra sensorial y una mixta (como se citó en Ardila, 2005, 2006).
1.2 La afasia de Broca.
La afasia de Broca, que debe su denominación a Paul Broca, es también denominada afasia motora, no fluida o expresiva y tiene las siguientes definiciones, habitualmente utilizadas en la literatura académica: “déficit que se produce en la comunicaciyn verbal como consecuencia de un daño cerebral” (Hécaen, 1962); “pérdida adquirida en el lenguaje como resultado de algún tipo de daño cerebral, que se caracterizaría por errores en la producción de mensajes, denominado parafasias, así como errores en la comprensión de mensajes y dificultades para encontrar palabras, denominado anomia” (Kertesz y McCabe, 1977).
Especialistas de esta temática como son Terradillos y López (2016), explican que el lenguaje expresivo de estos pacientes se encuentra afectado en diferentes niveles: primero, se ve una simplificación y enlentecimiento en la estructuración fonológica, así como articular, siendo normal también la aparición de apraxia del habla; segundo, se presencia un lenguaje carente de fluidez presentando problemas para hallar palabras y se utilizan formas sobre aprendidas así como estereotipias; y, por último, se caracteriza por el agramatismo, es decir, por un déficit o falta de estructura sintáctica y afijos (los sustantivos están mejor preservados, seguidos de los adjetivos y los verbos) y, cuando este es severo, se le conoce como "estilo telegráfico". Asimismo, indican que la producción de series automáticas supera al lenguaje espontáneo y que la repetición en estos pacientes se caracteriza por manifestar desviaciones fonéticas, parafasias fonológicas y reducciones de las agrupaciones silábicas.
En cuanto a la comprensión, autores como Kertesz y McCabe (1977) señalan que esta está relativamente preservada, pero que pueden mostrar dificultades para entender las oraciones reversibles que no se amolden al orden sintáctico canónico.
Asimismo, la mayoría de los pacientes con afasia de Broca presentan grandes dificultades para la lectura en voz alta. Sin embargo, su nivel de comprensión es notoriamente superior a esta. Por otro lado, la carencia en la escritura perjudica bien a su escritura espontánea, así como al dictado y a la copia. Se realiza con letras grandes y sin una forma definida, y además cometen diferentes fallos de deletreo y omisión de letras (Terradillos y López, 2016). Igualmente, la escritura puede verse muy afectada debido a que el examen neurológico típico de este tipo de afasia muestra algún grado de hemiparesia derecha y en casos extremos, una hemiplejía (Campos y Gimeno, 2011).
En cuanto al grupo poblacional que puede estar afectado por esta dolencia, señalan Martín y Sicilia (2012) que puede padecerla cualquier persona, independientemente de su edad, género, nivel de educación y grupo social.
Finalmente, indicar que los tratamientos para este trastorno del lenguaje se dividen en farmacológicos y no farmacológicos, encontrándose dentro de estos últimos las terapias logopédicas. Si bien, antes de empezar el tratamiento es conveniente conocer diversos factores de ellos, ya que estos pueden influir en la recuperación del mismo y en la adhesión a dicho tratamiento (González y Armenteros, 2004).
1.3 La musicoterapia y la afasia de Broca.
La música se podría definir como el arte de mezclar sonidos dependiendo de unas normas y se encuentra conformada por una serie de componentes como son: el ritmo, la melodía y la armonía, los cuales originan emociones y recuerdan imágenes (Pigazo, 2016). Así, la música se ha usado como tratamiento terapéutico en diversas culturas, pero la musicoterapia como forma de ganarse la vida, emergió en Estados Unidos tras las dos Guerras Mundiales. En el momento que vieron las consecuencias que la música tuvo en los exmilitares, alertaron sobre la importancia de investigar y analizar todo lo concerniente con la musicoterapia (García, 2014).
The American Music Therapy Association (AMTA) hace alusión a que la terapia musical es un recurso necesario para los sujetos que padecen algún tipo de retraso evolutivo, así como para aquellos con dificultades lingüísticas, autismo, carencias a nivel neurológico, etc. (Morante, 2013). Por tanto, la musicoterapia resulta efectiva para rehabilitar trastornos como la afasia, la apraxia, la disfemia, etc. (Grupeli y Pascual, 2016).
Centrándonos en la rehabilitación del lenguaje oral en los afásicos de Broca, una de las técnicas musicoterapéuticas más utilizadas e investigadas hasta el momento es la Terapia de Entonación Melódica o Melodic Intonation Therapy (MIT), la cual usa la entonación de frases simulando la prosodia, inflexión y ritmo del habla normal. Se lleva a cabo por medio de ejercicios vocales que ejercitan particularidades tales como el control de la voz mediante el timbre, tono, control respiratorio, inflexiones y dinámica de la voz (Norton et al. 2009). No obstante, en el presente trabajo se van a exponer otras terapias (ver tabla 8).
Por último, se debe señalar que los distintos métodos de musicoterapia se pueden llevar a cabo en gran parte de la población ya sean adultos o niños (Lim, 2010; Lim y Draper, 2011).