Los ambientes contaminados de humo, la inhalación de polvo, productos de limpieza y pintura, los gases nocivos, el tabaco, aire seco o aire acondicionado, exponen a la voz del adolescente a una contaminación, resecan la garganta
- Ante el mal uso de la prolongación de la voz en un grito, se debe aprender a proyectarla, sin dañar las cuerdas vocales, poniendo en marcha una respiración costal-diafragmática.
- Cambiar el carraspeo o la tos resistente, por el bostezo, para relajar la zona de la garganta.
- Se recomienda reducir el habla durante la actividad deportiva, o cuando se arrastra un objeto, o se cargan objetos muy pesados, intentando acomodar la respiración a una optimización de la misma. También, se debería tener en cuenta, tanto en estado de reposo como en movimiento, ir con el cuerpo equilibrado. Es muy necesario contactar con el profesor de educación física, para trabajar en forma conjunta, ya que algunos adolescentes, suelen encorvar su cuerpo o ejercer posturas inadecuadas, que impiden la rotación del cuello, la alineación de los hombros, el estiramiento de los músculos.
- Reducir al mínimo el abuso vocal provocado por silbidos, chillidos, imitaciones. Al reposo del cuerpo, se puede añadir el reposo vocal, ya que la voz también se cansa.
- Antes de iniciar una conversación, asegurarse de que el interlocutor está atento, dispuesto a intercalar un diálogo, pues sino forzaremos la voz inútilmente.
- Los ambientes contaminados de humo, la inhalación de polvo, productos de limpieza y pintura, los gases nocivos, el tabaco, aire seco o aire acondicionado, exponen a la voz del adolescente a una contaminación, resecan la garganta.
- El beber agua abundante (al menos dos litros de agua por día); humedecer el ambiente, ayudará a tener una voz sana. En los ambientes ruidosos en la fonación se produce un fenómeno, en el que cuando se cuadriplica la presión sonora del ruido, se duplica la presión sonora de la voz, llegando al abuso de ésta. Reducir el ruido de fondo, ayuda a evitar el esfuerzo vocal.
- La alimentación es un elemento importante a tener presente. Los picantes, excesos de sal, comidas muy potentes, pueden perjudicar seriamente la voz. El alcohol y la cafeína suelen deshidratar los tejidos de las cuerdas vocales. El alcohol además tiene un efecto anestésico que lleva a disminuir la sensibilidad y ocasionando un abuso vocal. El exceso de alcohol, a largo tiempo, provoca una atrofia de la mucosa de los pliegues vocales.
- El adolescente puede por sí mismo comprobar cómo cambia su voz, según el estado de ánimo, cuando tiene que dar una buena noticia, según el uso que hagamos de la misma: contar un secreto, argumentar una opinión, seguir un diálogo, intervenir respetando turnos, etc.
- Hacer consciente que el cuerpo del adolescente se equilibre, se alinee, deje de lado las tensiones de la parte superior del tórax, hombros, cuello y garganta. La relajación y respiración natural, entrelazadas, pueden hacer un buen trabajo.
- Intentar no cantar sobre grabaciones de cantantes, ya que estaremos en algunos casos esforzando la voz y no estaremos utilizando nuestro registro vocal. Es recomendable hacer un precalentamiento vocal, antes de iniciar el canto.