En algunos adolescentes existen signos o señales de alerta que habría que hacer detección y orientarlos al servicio de otorrinolaringología y su equipo de profesionales logopedas, con la finalidad de ayudarles a cuidar la voz en el amplio sentido de la palabra.
Como hemos comentado anteriormente, existe un aceleramiento en el crecimiento entre los 12 y los 16 años, el cual se centra en el cambio del sistema de glándulas endócrinas.
En el caso de los varones, esta muda, suele venir acompañada por la estigmación social, ya que muchos jóvenes al hacer referencias a sus voces, son percibidas como voces afeminadas o inadecuadas.
Estas voces suelen tener un carácter emotivo, meloso, sumiso.[1]
Los adolescente alérgicos, pueden presentar dificultades en las cualidades y la resonancia de la voz. En casos de sinusitis, refriados, etc., cuando se cronifican, pueden ocasionar alteraciones de la voz, obstaculizando el cambio vocal.[2]
Algunos autores[3] definen a la puberfonía como un disturbio vocal psicogénico.
Existen características muy definidas del falsete mutacional:
ü Intencionalidad vocal reducida.
ü Fatiga vocal.
ü Empobrecimiento de los armónicos.
En la muda incompleta, hay un descenso de cuatro o cinco tonos, en vez de una octava en el registro tonal. La causa de este descenso parcial en el tono de la voz es producida por el abuso exagerado, en el momento de los cambios laríngeos.
En la muda sobrepasada, la que se manifiesta en el descenso de más de una octava en el varón y más de tres o cuatro tonos en la mujer.
En algunos adolescentes existen signos o señales de alerta que habría que hacer detección y orientarlos al servicio de otorrinolaringología y su equipo de profesionales logopedas, con la finalidad de ayudarles a cuidar la voz en el amplio sentido de la palabra.
Referencias
[1] Behlau y Pontes, 1993
[2] Wilson, 1993
[3] Case, 1991; Behlau y Pontes, 1993