Toda escuela debería beneficiarse de los servicios fonoaudiológicos escolares pues las habilidades lingüísticas y comunicativas constituyen el fundamento de todo aprendizaje y un prerrequisito esencial para un buen desempeño académico, para desarrollar habilidades sociales, para llegar a ser ciudadanos responsables y desempeñarse productivamente en el mundo del trabajo.
Lo anterior indica que una propuesta para el aprendizaje de la lecto - escritura y otros contenidos académicos no se puede hacer simplemente desde la técnica, sino que debe abarcar otros aspectos desde la perspectiva de la institución donde se vaya a aplicar, cuyo propósito ha de ser el desarrollo intelectual del estudiante mediado por procesos comunicativos, debido a que el hombre actúa dentro de un contexto social; es decir, un conjunto de condiciones que afectan al individuo en determinado momento, lo cual durante el transcurso del tiempo ha generado en la especie humana el lenguaje y el pensamiento que son las dos características fundamentales que lo diferencian del animal.
Por ejemplo, según Puyuelo y Rondal (2003, p. 284), la lectura es una tarea que depende de factores perceptivos, cognitivos y lingüísticos que actúan de manera interactiva. Para que tenga lugar un buen aprendizaje lector, el niño debe tener desarrollados ciertos aspectos fonológicos, lingüísticos y cognitivos, que deben ser entrenados. Entre ellos están la conciencia fonológica o capacidad para pasar fonemas a grafemas, la memoria semántica y la memoria operativa.
De todo esto, surge la pregunta. ¿A quién le corresponde este entrenamiento? O mejor, ¿qué profesional puede contribuir para que se den oportunidades de llegar al bienestar y a la excelencia comunicativa desde la escuela como parte del sistema educativo? La respuesta puede estar en la afirmación de Flórez (2004, p. 136): Toda escuela debería beneficiarse de los servicios fonoaudiológicos escolares pues las habilidades lingüísticas y comunicativas constituyen el fundamento de todo aprendizaje y un prerrequisito esencial para un buen desempeño académico, para desarrollar habilidades sociales, para llegar a ser ciudadanos responsables y desempeñarse productivamente en el mundo del trabajo.
En este artículo, por lo tanto, plantearemos la necesidad de contar con un Fonoaudiólogo Escolar en toda institución educativa y el papel del mismo en el ámbito escolar.
LA FONOAUDIOLOGÍA ESCOLAR
Para Flórez (2004, p. 138), todo servicio fonoaudiológico escolar procura el cumplimiento de los objetivos de la educación preescolar y básica, mediante el diseño, la ejecución y la dirección de programas de prevención, promoción, diagnóstico, intervención, rehabilitación a estudiantes con y sin desórdenes de comunicación, y asesoría y consejería a maestros y padres entre otros. Además, el Fonoaudiólogo, en el campo escolar, efectúa cambios funcionales y medibles en el estado comunicativo de los estudiantes, para que puedan participar, tanto como les sea posible, en todos los aspectos de su vida educativa, social y vocacional; y los prepara para responder a las demandas comunicativas del mundo del trabajo en el siglo XXI (American Speech and Hearing Association – Asociación Estadounidense de Habla y Lenguaje).