Se podría decir que el límite es una frontera, entre la zona de lo permitido y la zona de lo prohibido. El hecho de “poner límite” es marcar, hacer ver a los niños donde está la frontera, la línea entre lo que está permitido hacer y lo que está prohibido
El tema de los límites en los primeros años
Podría comenzarse la reflexión preguntándose:
* Cuando se ponen límites que se esta haciendo, ¿indicando lo que se puede hacer y lo que no, o “sancionando” las “malas” conductas?
* Cuando se “ponen” límites ¿se debe enseñar el por qué de lo que se debe hace y lo que no?
* ¿Cuál es el verdadero sentido de los castigos: un intento de enseñar algo o “garantizar” que no se va a volver a hacer la conducta incorrecta?
* ¿Para enseñar conductas “adecuadas” sólo sirven los castigos o también los premios?
* ¿Cuál es el verdadero significado de: castigo, sanción, límites, premios, prohibido, permitido?
* ¿Qué papel juega la enseñanza en el tema de los límites?
* Y por último ¿”poner limites” es sinónimo de “castigar”?
Se podría decir que el límite es una frontera, entre la zona de lo permitido y la zona de lo prohibido. El hecho de “poner límite” es marcar, hacer ver a los niños donde está la frontera, la línea entre lo que está permitido hacer y lo que está prohibido. Frecuentemente se educa luego que el niño pasó esa frontera, ese límite, en lugar de mostrárselo antes.
La sanción que suele estar asociada al “castigo” en realidad corresponde a ambas zonas. Así es posible hablar de sanciones positivas y sanciones negativas. El término sanción significaría aquí “establecimiento de algo”. En el ámbito de lo permitido podemos encontrar sanciones positivas como premios y recompensas, y al contrario en el de lo prohibido corresponderían castigos y “penitencias”. Una sonrisa o palabra estímulo pueden ser un premio o recompensa, un retiro de una actividad deseada puede ser un “castigo”.
El contenido entre lo permitido y lo prohibido dentro de la escuela debe estar definido desde dos aspectos: uno desde lo que la sociedad espera, busca o desea del chico y otro desde la seguridad de él. Siempre tener en cuenta que lo permitido y lo prohibido no lo son sólo desde lo que indican las pautas sociales, sino también desde lo que es seguro, principalmente si se trabaja con niños pequeños. Tratar de hacerles ver aquellos que es “seguro” y aquello que se impide es porque pone en peligro su seguridad física-psíquica. Dejar “probar” al niño aquello que sabemos que no lo pone en peligro también es necesario, para ir formando su autorregulación y que en el futuro no depositen por completo la decisión de lo que es “seguro” o “no seguro” en los adultos.
Pero antes que nada habría que reflexionar: ¿como educadores enseñamos a los niños qué es lo permitido y qué lo prohibido? Generalmente se educa esto ya en el momento en que se sanciona, como si el niño aprende mágicamente lo que está permitido y lo prohibido. Por esto es que solemos asociar los límites con lo prohibido y nunca con lo permitido.