Uno de los rasgos esenciales de una escuela inclusiva es el sentido cohesivo de comunidad, la aceptación de las diferencias y la respuesta a las necesidades individuales.
Escuela inclusiva: escuela para todos.
El derecho a tener oportunidades nos hace capaces.
Ernesto Sábato.
IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA
La Convención sobre los derechos de las personas con Discapacidad tiene como propósito promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente.
El problema de educación de los niños y niñas con discapacidad no se puede resolver manteniendo las políticas tradicionales, es necesario un enfoque distinto que promueva la “diferencia” y desarrolle sistemas educativos que respondan, efectivamente, a la diversidad.
Aceptar la diferencia como una característica del colectivo social es superar el enfoque de las deficiencias y ver más a las personas por lo que hacen o pueden hacer, no por lo que no hacen. En este contexto la diversidad surge como una característica de una sociedad pluralista, lo que permite una convivencia pacífica y equitativa.
Si queremos que las escuelas sean para todos, se hace necesario que los sistemas educativos aseguren que todos los alumnos tengan acceso a un aprendizaje significativo. En la actualidad, existe la certeza de que todos los alumnos pueden aprender siempre que se les proporcionen las condiciones adecuadas.
Una escuela para todos implica que reconozca y atienda la diversidad a través de organizar la enseñanza conforme al progreso individual de los estudiantes. Propone que el currículum sea
flexible y que responda a las diferentes necesidades de los alumnos y alumnas (Declaración Mundial de Educación para Todos, Jomtiem, Tailandia, 1990).
De hecho cada vez se habla y se escribe más sobre “inclusión educativa” o “educación inclusiva” donde se aspira a hacer efectiva la meta de una educación de calidad para todos y con todos. Es un lugar al que todos pertenecen, donde todos son aceptados y son apoyados por sus compañeros y por otros miembros de la comunidad escolar para que tengan sus necesidades educativas satisfechas.
Uno de los rasgos esenciales de una escuela inclusiva es el sentido cohesivo de comunidad, la aceptación de las diferencias y la respuesta a las necesidades individuales. Bajo esta perspectiva de trabajo, los apoyos se organizan y son recibidos dentro del aula, por las consecuencias negativas que se ha comprobado que ocasionan.