Dentro de la Rehabilitación Física el ejercicio juega un papel importante en la recuperación del paciente y su incorporación a la sociedad de una manera activa, acercando al enfermo a los límites máximos de su capacidad y alejándolo al mismo tiempo del límite mínimo de su discapacidad. El ejercicio físico como pilar central de la rehabilitación física tiene gran importancia en el desarrollo del ser humano, ya que actúa positivamente en todos los sistemas y órganos del cuerpo.
Propuesta de un programa de ejercicios físicos terapéuticos en la rehabilitación de pacientes con ictus.
Desarrollo
Dentro de la Rehabilitación Física el ejercicio juega un papel muy importante en la recuperación del paciente y su incorporación a la sociedad de una manera activa, acercando al enfermo a los límites máximos de su capacidad y alejándolo al mismo tiempo del límite mínimo de su discapacidad. El ejercicio físico como núcleo central de la rehabilitación física tiene gran importancia en el desarrollo del ser humano, ya que actúa positivamente en todos los sistemas y órganos del cuerpo, es por esta razón que en el caso de los pacientes con hemiplejia juega un papel imprescindible, ya que por lo general son personas que llevan mucho tiempo encamadas, que tienen un alto grado de dependencia, que no realizan la marcha, que presentan problemas psicológicos a consecuencia de su discapacidad; sin embargo, cuando comienzan a hacer ejercicios físicos de manera sistemática, dirigidos por el rehabilitador, empiezan a ver los resultados a corto plazo y eso es de gran ayuda para su recuperación futura, pues los estimula a continuar trabajando para incorporarse lo más pronto posible a las actividades de la vida diaria, además de que la actividad física induce en su organismo cambios importantes en los diferentes sistemas y órganos, lo cual favorece un mejor estado general y equilibrio biológico.
Al área de Rehabilitación Integral del Policlínico Docente Universitario Cerro acude un número considerable de pacientes con síndrome hemipléjico, luego de una enfermedad cerebrovascular, los cuales presentan un alto índice de dependencia.
La Rehabilitación Física a nuestro modo de ver es una de las especialidades más importantes para la pronta recuperación del paciente, ya que a través de ella el enfermo logra uno de sus objetivos fundamentales: la realización de la marcha independiente.
Muchos autores han escrito acerca de cómo llevar a cabo una rehabilitación efectiva, cada uno de ellos con teorías bien documentadas científicamente y con resultados satisfactorios en la práctica.
En primer lugar tenemos el método Bobath (9) que es el más usado actualmente. El mismo plantea que a través del entrenamiento del neurodesarrollo inhibe patrones anormales musculares como las reacciones asociadas y las sinergias en masas, utilizando patrones normales para facilitar los movimientos automáticos voluntarios.
Berta Bobath observó que podría influir sobre el tono muscular modificando la posición y el movimiento de las articulaciones proximales del cuerpo. Los tres pilares básicos del tratamiento serían: 1) disminuir la espasticidad, las sinergias y los patrones anormales de movimiento utilizando técnicas de inhibición; 2) desarrollar patrones normales de postura y movimiento mediante técnicas de facilitación; 3) incorporar el lado hemipléjico en todas las actividades terapéuticas, desde las fases más iniciales, para evitar su olvido, restablecer la simetría e integrarlo en movimientos funcionales.
El terapeuta se basa en el contacto manual a través de los denominados puntos clave de control para mejorar la calidad del movimiento. En el tratamiento, Bobath no incluye ejercicios específicos dirigidos a fortalecer la musculatura; creía que la aparente debilidad del enfermo era debida a la oposición que ejercen los antagonistas espásticos, al disminuir la espasticidad los músculos que parecían débiles se podrían contraer eficazmente.
Así mismo rechaza los ejercicios contra resistencia argumentando lo siguiente:
"El problema del paciente no es la falta de potencia muscular, sino su incapacidad para orientar los impulsos nerviosos hacia sus músculos de las múltiples maneras y en las distintas combinaciones de modalidades funcionales que emplea la persona que tiene el sistema nervioso central intacto. Todos nos movemos de acuerdo con modalidades de acción muscular. Jamás empleamos músculos aislados para ejecutar cualquier movimiento y nuestras modalidades posturales son tan múltiples como nuestras modalidades de movimiento.
La mira del tratamiento tiene que consistir en modificar las modalidades anormales de movimiento, por esta razón, no se deben reforzar ni perpetuar con el esfuerzo que requiere el fortalecimiento de los músculos. Es imposible superponer modalidades normales sobre las anormales. Por lo tanto, tenemos que suprimir las modalidades anormales, antes de introducir las normales. Los movimientos que el paciente realiza con o sin la ayuda del terapeuta, no deben hacerse con un esfuerzo indebido. El esfuerzo acrecienta a la espasticidad y produce reacciones anormales asociadas de orden general". (9)