Se trata de un sencillo dispositivo de nuestra propia investigación, que hemos normalizado en tres tamaños o tallas estándar para simplificar su uso por profesionales y pacientes, que motivará en un corto espacio de tiempo una modificación de la conducta bruxómana y una reeducación a la normalidad oclusal, con el beneficio consecuente para la salud oral.
Objetivaremos la curación mediante la medida sucesiva, en dos o tres visitas, de la distancia intermaxilar idónea. Es decir, mantenimiento regular de la posición de reposo mandibular sin tendencia a la regresión.
En nuestra experiencia, consideramos una posición de total relajación (boca abierta) a la medida por encima de 7 mm. de la tomada como referencia en máxima intercuspidación (dimensión vertical de oclusión).
Estimamos que hay progresión a la curación, distancia interoclusal idónea, cuando la medición en visitas de revisión, sin obturador y con boca cerrada, se sitúa de 2 a 5 mm., aproximadamente, por encima del valor en máxima intercuspidación.
El pensamiento o la presencia visual del obturador, sin actividad, actuará en pocas sesiones como un reflejo condicionado que llevará a relajación muscular y reposicionamiento mandibular.
En nuestra experiencia, hasta el momento, este método nunca ha virado la conducta a la fijación de la respiración oral (lo que ocasionaría sequedad buco-faríngea crónica). Semejando a la práctica ortodóncica, provocamos en un principio una hipercorrección de la conducta mediante el obturador, desde el apretamiento bruxómano hasta la posición de apertura y respiración bucal, que se equilibará posteriormente una vez retirado el dispositivo nasal.
En cada paquete o kit se suministran tres obturadores: uno para el domicilio, el segundo para el automóvil y el tercero para que el paciente lo lleve en el bolsillo o bolso. De este modo cubrimos todos los posibles momentos en que el obturador puede ser empleado.
La terapia de modificación de conducta: aspectos generales de la práctica clínica ref. 3
El dispositivo que presentamos, obturador nasal transicional, es un elemento auxiliar para la puesta en marcha de un programa terapéutico psicológico de modificación de conducta. En ningún momento, por tanto, debe ser considerado como el centro de la terapia. El uso del obturador nasal será inútil y hasta contraproducente para el profesional si no se entiende correctamente el método general y de este modo lo explica minuciosamente al paciente.
El asesoramiento y colaboración de un psicoterapeuta clínico especialista en terapia de modificación de conducta es necesario.
La terapia de modificación de conducta requiere, como condición indispensable, el convencimiento del paciente sobre su patología y la decisión inamovible y concluyente por su parte de ser tratado.
Esta es una conducta que debe de provocar el terapeuta pues sin ella, sin el convencimiento, la modificación de conducta fracasará. El terapeuta empleará el tiempo suficiente, y más que suficiente, en la primera visita para persuadir y concienciar al paciente de que la bruxomanía está produciendo un daño irreparable en su aparato estomatognático. El profesional debe motivar extraordinariamente al paciente para que éste sea quien pida remedio a su mal. Por ello, insistimos, el terapeuta tomará todo el tiempo necesario en esta primera visita, esencial en el desenvolvimiento futuro con éxito de la terapia de modificación conductual.
Entonces, y solo entonces, el doctor planteará el uso de un obturador nasal al paciente como remedio para su enfermedad.
La terapia de modificación de conducta comprende una serie de procedimientos de los que destacamos:
Motivación : para ayudar al paciente a entender perfectamente el método y tomar conciencia de su patología. Esta acción es fundamental como ya hemos dicho: sin ella el método fracasará inexorablemente.
Reacción de competencia : es una reacción o posición incompatible con el hábito pernicioso. La reacción de competencia en la bruxomanía supone la relajación de los músculos de la masticación, maseteros y temporales, pues con ello el apretamiento es incompatible. El obturador nasal apoya totalmente esta reacción de competencia.
Comportamiento asociado y situaciones que lleven al hábito : el paciente reconocerá todas aquellas causas que le lleven a la bruxomanía para así evitarlas. Por ejemplo: si ver películas de terror le produce estrés y apretamiento, evitará las mismas.
Adiestramiento en relajación.
Registro : el paciente debe llevar un registro diario de la frecuencia del hábito.
Motivación: apartado esencial de la terapia de modificación de conducta
La motivación es el inicio y etapa fundamental de la terapia de modificación de conducta.
Para la correcta motivación del paciente en la primera visita clínica haremos hincapié sucesiva y ordenadamente en los siguientes puntos:
Usted tiene una patología bruxómana que va a terminar con sus dientes.
La ausencia de dientes entraña graves problemas para la estética facial.
La ausencia de dientes entraña graves problemas para deglución y aparato digestivo.
La ausencia de dientes produce graves problemas psicológicos al paciente.
La bruxomanía supone graves riesgos para cualquier prótesis dental. Usted esta invirtiendo una cantidad ostensible de dinero y no puede echarla al cubo de la basura por persistir en la bruxomanía.
La hiperactividad de los músculos maseteros y temporales conduce a la hipertensión de los músculos de nuca y cuello. Consecuencia inmediata de todo ello es el dolor facial, de ATM, cervical y espalda. Consecuencias mediatas son vértigos, mareos y acúfenos.
El hombre es un animal de costumbres. Una conducta anómala puede ser corregida mediante una educación adecuada para cambiarla a conducta normal, orgánicamente saludable.
El origen de su bruxomanía es la hiperactividad de los músculos masticatorios, temporales y maseteros. Vamos a enseñarle a utilizarlos nada más para comer, relajándolos el resto del tiempo. Así curaremos su bruxomanía.
La bruxomanía acorta la longitud de la facies, cara de viejo.
Ya en fase de tratamiento, induciremos al paciente para que observe en un espejo el aumento longitudinal del aspecto facial tras el uso del obturador como modo de mantener fresca la motivación al tratamiento.
Cuadro sinóptico de la pauta terapéutica propuesta
Patología basal:
BRUXISMO, APRETAMIENTO O RECHINAMIENTO
Máxima intercuspidación, contacto total.
Acortamiento de la longitud facial (cara de viejo)
Fase I:
Acción: activación obturador nasal
Respuesta conductual:
BOCA ABIERTA, RESPIRACIÓN ORAL
RELAJACIÓN MUSCULAR MASTICATORIA
Distancia intermaxilar:
POR ENCIMA DE 6 mm. DE LA MEDIDA EN MÁXIMA INTERCUSPIDACIÓN
Una vez se presenta la sequedad bucal pasamos a
Fase II:
Acción: Desactivación del obturador
Respuesta conductual:
BOCA CERRADA, RESPIRACIÓN NASAL
Permanencia de la relajación músculos masticatorios
Aumento del diámetro facial longitudinal
Distancia intermaxilar:
ENTRE 2 Y 5 mm. DE LA MEDIDA EN MÁXIMA INTERCUSPIDACIÓN
De esta fase podemos pasar a la fase III (recaída) o a la fase IV (curación).
Fase III: RECAÍDA
Evolución progresiva desde fase II hacia situación basal, recaída hacia conducta patológica, parafunción
Contracción del diámetro facial longitudinal (cara de viejo)
Repetiremos fases I y II.
Fase IV: CURACIÓN
Se mantienen los parámetros de la fase II:
BOCA CERRADA, RESPIRACIÓN NASAL
Permanencia de la relajación músculos masticatorios.
Modificación de conducta establecida.
Alta.
El obturador nasal pretende la modificación de la conducta bruxómana tratando el problema desde su vertiente psicológica.
Logramos una reeducación del hábito en pocas semanas. El obturador tiene además un efecto psicológico de recuerdo de modo que los pacientes toman conciencia de su parafunción.
Se trata de un método no invasivo, sin posible yatrogenia, reversible.
La técnica, una vez conocida, es de fácil y sencilla aplicación clínica.
El obturador nasal consigue una reversión de la patología compatibilizando la terapéutica con la actividad social normal de los pacientes.
Se trata de una técnica que puede ser útil por sí misma o actuando como complementaria a las férulas de descarga.
Los autores no pretenden con este método dogmatizar o monopolizar la terapia de la bruxomanía. Los autores entienden que la bruxomanía es una patología de origen multifactorial por lo que abogan para que todas las terapias sean puestas en juego para aliviar o curar el mal.
El presente trabajo procura la presentación de una nueva técnica, convocando al inicio de posteriores estudios de investigación con la misma.
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Dr. V.J. Rubio. Dpt. Psicología Biológica y de la Salud. Universidad Autónoma de Madrid
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Dra. Cristina Botella Arbona. Dpt. Psicología Básica, Clínica y Psicobiología. Facultad de Ciencias Humanas y Sociales. Campus de Borriol. Aptdo. correos 224, 12080 Castellón (SPAIN)
Agradecimiento por la revisión del texto y aporte de conceptos a
AIIO (Academia Iberoamericana de Implantología Oral) y en especial a los siguientes miembros
Dr. Crhistophe Sonim, Portugal
AIIO (Academia Iberoamericana de Implantología Oral) y en especial a los siguientes miembros:
Dr. Miguel Ángel Valdez, Guatemala.
Dr. Evaristo Tinoco Palacio, Colombia.
Dr. Fernando Gallo Ortega, México.