En el desarrollo de un producto de software, una de las fases más importantes es la prueba (testing). Esto implica horas de tareas monótonas, en las que suelen sentirse cómodas personas con autismo.
Dentro de las múltiples facetas que incluye el desarrollo de un producto de software, una de las más importantes es la prueba (testing) del mismo antes de ser lanzado al mercado. Quienes ejecutan el testeo de las funcionalidades suelen ser personas que no saben cómo programar; y según los expertos, en ciertos proyectos, como las aplicaciones para teléfonos celulares, es incluso preferible que no lo sean.
Debido a que el trabajo de testeo de software implica estar muchas horas ejecutando tareas monótonas, repetitivas, que resultan agobiantes para la mayoría de la gente, y que deben ejecutarse con la mayor concentración y velocidad posibles, habitualmente las vacantes no son cubiertas fácilmente.
Ocurre también que hay una alta rotación en las posiciones de tester, dado que es difícil encontrar personal dispuesto a realizar tareas de esa naturaleza durante largo tiempo. Sin embargo esto abre una gran oportunidad para las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), quienes gracias a su condición poseen habilidades que encajan perfectamente con la necesidad de estas posiciones laborales.
Las personas con TEA suelen sentirse muy cómodas ejerciendo actividades de testing de software durante largos períodos, y a menudo logran resultados muy satisfactorios e incluso superiores respecto a la media poblacional.
Esto permite no sólo la inclusión de jóvenes y adultos con TEA en el mercado laboral sino también la posibilidad de acceder a salarios con frecuencia más altos en comparación a otras actividades.
Dentro de este marco, la psicóloga Natalia Galetta (M.P.: 55048), junto a profesionales del área de desarrollo de software, crearon en Argentina el proyecto Vulcanea. Este equipo interdisciplinario trabaja en el diseño de cursos, para mostrarles a las personas autistas la potencialidad que su condición les brinda para integrarse a un mercado donde sus capacidades serán recompensadas y valoradas.
Pasión por los detalles
En diálogo con Cadena 3, la especialista indicó: “Los individuos con Trastorno del Espectro Autista poseen una gran capacidad para focalizarse en los detalles, tal vez no se dan cuenta de una situación social entera, pero a la hora de sentarse en una computadora o hacer tareas mecánicas y sistemáticas son mucho mejores que cualquier persona”.
En ese sentido, añadió: “Tienen la capacidad de ser muy automatizados, detectan cuál es la manera más rápida de llevar a cabo un proceso y después lo pueden mecanizar y hacer súper rápido”.
“Además, poseen intereses restringidos, por ejemplo, si se ven volcados a la informática, van a ser los mejores, porque donde ellos pongan la energía van a ir a fondo, son especialistas”, explicó.
Del primero de estos cursos participarán 10 personas, “desde una mujer con Síndrome de Asperger, que ya es analista de sistemas pero le interesa entrenar la parte laboral y social, hasta gente que no tiene ningún conocimiento y que va a poder aprender porque será bien introductorio”.
Se dictarán tres clases, con una duración de tres horas cada una, en el aula laboratorio dentro de una compañía de software en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Respecto a la inclusión laboral, Galetta contó: “Hay empresas que tienen políticas de diversidad, también es algo que está muy de moda y eso nos sirve, hay que aprovechar para hacer visible el tema, concientizar y que muchos adultos con TEA pueden insertarse en un ambiente de trabajo y ser muy valiosos para una compañía”.
Cadena 3
19/10/2019