El proyecto «T-Roem», a cargo de la UPV y Cenit, permite detectar a niños con TEA en menos de 60 minutos
La Universitat Politécnica de València (UPV) y la Red Cenit han desarrollado el proyecto no invasivo «T-Room», que es capaz de discriminar a un niño autista de un niño normotípico en un 80 % de los casos con unas pruebas que, a través de la inteligencia artificial y la realidad virtual, se realizan en menos de 60 minutos frente a los tests actuales, que pueden alargarse hasta las 15 horas. Además, se mejora el tratamiento al personalizarlo.
El proyecto dispone de una habitación en cuyas paredes se ubica un sistema de proyección que muestra las condiciones reales en tres dimensiones para poder hacer una estimulación visual, auditiva y olfativa de una situación determinada. Esta recreación es posible mediante el uso de gafas «Eye Tracking», que permite hacer un seguimiento de mirada del niño, y cámaras que avisan de posibles alteraciones asociadas con este trastorno.
T-ROOM es el primer proyecto a nivel mundial que utiliza la Inteligencia Artificial (IA) y la Realidad Virtual (RV) para conseguir un diagnóstico y un tratamiento más eficaz y preciso del Trastorno de Espectro Autista (TEA), destacan sus impulsores a través de un comunicado.
Según las últimas investigaciones clínicas sobre el TEA, uno de los mayores problemas actuales en cuanto al tratamiento es la gran diversidad en cuanto a los síntomas que presenta una persona con TEA, lo que conlleva a una nueva era de la "deconstrucción" al afirmar los clínicos que "no existe el TEA, existen personas con TEA".
Para ello, T-ROOM recrea situaciones del día a día familiar en un entorno virtual. Las sesiones duran media hora; en ellas, a los niños se les estimula visual, auditiva y olfativamente; se les coloca una pulsera para medir su actividad electrodermal -valor de gran interés para el diagnóstico del autismo-, así como unas gafas de Eye Tracking que permiten realizar un seguimiento de la mirada.
Además, se analiza con cámaras y técnicas de Inteligencia Artificial los movimientos corporales del niño y avisa de posibles alteraciones del movimiento (estereotipias), asociadas al Trastorno del Espectro Autista (TEA).
"T-Room surge ante la necesidad de ofrecer a los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y a sus familias una alternativa para reducir el tiempo de diagnóstico y que a su vez sirva como entorno terapéutico de intervención", destaca Mariano Alcañiz, director del Instituto I3B de la UPV.
Levante
14/04/2019