El Centro de Día para personas mayores de la calle Refugio, la residencia asistida Gregorio Marañón y el Centro de Día para enfermos de Alzheimer, los tres en Ciudad Real, junto con la residencia “Pocitas del Prior”, en Puertollano, llevan casi dos años impartiendo un programa “terapéutico-rehabilitador” con perros especialmente adiestrados que actúan como co-terapeutas junto con técnicos formados al efecto. La finalidad del programa, que desarrolla la Asociación Gudcan, es potenciar la autonomía personal a través de la figura del perro, que actúa como un potente estimulador del lenguaje verbal y no verbal, además de mejorar la afectividad, las emociones y los procesos cognitivos de las personas mayores participantes, generalmente aquejadas de Alzheimer
Hay pocas cosas que Arenita no pueda conseguir. Esta perra de raza Labradora se ha convertido en un importante estimulador de las personas mayores que todas las semanas comparten con ella, y con su dueña, Ana Belén Díaz Ródenas, técnico en terapia asistida con perros, una sesión de terapia en alguno de los cuatro centros públicos donde se imparten: el Centro de Día para personas mayores de la calle Refugio, la residencia asistida Gregorio Marañón y el Centro de Día para enfermos de Alzheimer, los tres en Ciudad Real, y la residencia “Pocitas del Prior”, en Puertollano.
Arenita se ha convertido en su mejor “medicina”, consiguiendo importantes mejoras en las personas mayores en el plano físico, social, emocional o cognitivo. Así lo explica a Lanza Ana Belén Díaz quien asegura que la terapia con perros que se utiliza en algunas clínicas geriátricas ayuda a los ancianos, entre otras cosas, a no sentirse tan solos, a relacionarse y, por tanto, a disminuir el riesgo de que sufran un cuadro depresivo, lo cual agravaría su problema de demencia.
Añade, y así lo hemos podido comprobar durante el desarrollo de una de las sesiones, que el contacto directo con Arenita actúa como un potente estimulador tanto físico como emocional en las personas mayores, que además les motiva para interrelacionarse y compartir sus sentimientos.
La también terapeuta ocupacional recuerda el Programa de Terapia Asistida con Perros para personas mayores comenzó, de forma experimental, en Cuenca en el año 2016 y ya se desarrolla de forma regular en varias de las residencias de mayores públicas de todas las provincias de Castilla-La Mancha.
Estas sesiones terapéuticas con perros, que se llevan a cabo una vez a la semana en cada centro, tienen una duración aproximada de una hora y cada sesión se desarrolla con un grupo de unas ocho o diez personas mayores residentes.
Envejecimiento activo
El programa, que está financiado por la Consejería de Bienestar Social y se realiza a través de la Asociación Gudcan, se enmarca entre las actuaciones del plan regional de Envejecimiento Activo, concretamente en el área de ‘Promoción de la autonomía personal y prevención de la dependencia’ ya que dicha terapia consiste en fortalecer las capacidades físicas y psíquicas individuales a través de la figura del perro que, de una forma muy especial, actúa como un potente estimulador entre las personas de avanzada edad.
Ana Belén Díaz, con quien hemos compartido, junto a un grupo de mayores, una de las sesiones realizada en el Centro de Día para enfermos de Alzheimer de Ciudad Real, destaca “los buenos resultados que se obtienen, porque esta terapia asistida con perros sirve para potenciar la autonomía y motricidad de las personas mayores, además de mejorar su autoestima y memoria, entre otros muchos beneficios, ya que el contacto directo con el perro, en este caso con Arenita, motiva mucho a nuestros mayores, tanto física como emocionalmente, y además les anima a interrelacionarse y compartir sus sentimientos”.
Añade que Arenita genera un vínculo muy personal a nivel emocional, con una mirada, con un acercamiento, con las personas mayores. Ana Belén recalca que en las terapias la perra actúa como apoyo y elemento dinamizador del grupo y es capaz de aumentar la movilidad, las capacidades cognitivas, sobre todo de mantenimiento de la atención, siempre dentro de las capacidades de cada usuario.
Múltiples beneficios
“A nivel sicológico y emocional también hay muchos beneficios, les alegra ver a la perra, la observan, la ayudan, la acarician… los usuarios llegan a notar, incluso, si Arenita está triste o se va a poner mala, por poner un ejemplo, convirtiéndose en el hilo conductor de la sesión”, explica la técnico en terapia asistida con perros.
Este proyecto ha tenido también una gran aceptación por parte de los centros residenciales donde se desarrolla, generándose también un buen ambiente entre los técnicos de Gudcan, los perros que se emplean, y el personal de atención residencial. “Siempre somos muy bien acogidas; Arenita despierta muchas simpatías también con el personal de los centros”, indica Ana Belén.
Una terapia para trabajar la atención y la memoria
Cada una de estas sesiones está dirigida por un técnico en terapia asistida con animales, la Asociación Gudcan cuenta con técnicos en cada una de las provincias de Castilla-La Mancha, que trabaja con un perro de terapia, y en su desarrollo también participa un profesional de la propia residencia de mayores.
Previamente, explica Ana Belén, los técnicos de este programa y los profesionales de cada centro residencial han realizado en estrecha colaboración un diagnóstico y evaluación de las necesidades concretas de los mayores que van a asistir al grupo de terapia, con el fin de tener diseñados de antemano cuáles son los objetivos precisos y las actividades a desarrollar.
El foco de atención de la terapia se centra en estimular las capacidades individuales que conserva cada participante, gracias al vínculo afectivo que se genera entre el perro y la persona mayor. “Y es muy emotivo comprobar cómo este contacto directo con el animal sirve a las personas mayores para interrelacionarse; para mejorar su percepción, autoestima y memoria; y cómo les ayuda a estimular su razonamiento y a potenciar su motricidad”, añade Ana Belén Díaz-Ródenas.
Una sesión sobre el aseo personal de Arenita
En cada una de las sesiones Ana Belén emplea objetos que también contribuyen a despertar la atención de las personas mayores y a trabajar la atención, la memoria y el reconocimiento de los mismos. La de este día era sobre los objetos de aseo de Arenita. Para la ocasión, esta preciosa Labradora lleva un peto y sobre él, sujetos con velcro, diversos pictogramas con objetos de aseo, tales como cepillo, colonia, champú… y otros que no pertenecen a este grupo como unas tijeras o un bolígrafo.
Poco a poco Arenita se acerca a cada una de las personas que forman el grupo de terapia y uno a uno van reconociendo los objetos que Arenita lleva encima y explicando para que se usan. Ana Belén saca a continuación la bolsa de aseo de la Labradora en la que se encuentran todos los objetos. Cada usuario va sacando uno de los objetos y lo emplea en la propia perra, cepillándola, lavándola con gel, poniéndole colonia…
Es sorprendente comprobar como algunas personas que están muy distraídas durante la sesión, e incluso dormidas, reaccionan cuando Arenita se acerca a ellos, y no dudan en acariciarla y en participar.
Perros seleccionados y adiestrados para este fin
Los perros que se utilizan en las sesiones de terapia son especialmente seleccionados y adiestrados para este fin. Ana Belén Díaz Ródenas indica que los animales tienen un carácter muy tranquilo y equilibrado, son muy sociables y tolerantes al estrés, y cuentan con un excelente estado de salud, ofreciendo las máximas condiciones de seguridad para las personas mayores.
“Yo llevo trabajando con Arenita tres años. Antes de iniciar la terapia se sometió a muchas pruebas y evaluaciones y la perra cuenta ya de por sí con una base temperamental muy calmada. A partir de los dos años se trabaja con ellos, se les expone a muchas estímulos, tales como sillas de ruedas, olores, sueros… se premia su conducta y actitud como si fuera un juego. Normalmente en año y medio o dos años están adiestrados”, explica la técnico en terapia asistida con perros quien añade que Arenita, antes de trabajar con personas mayores estuvo acompañando a un niño con parálisis cerebral.
Ana Belén resalta que la terapia asistida con animales es un campo totalmente abierto que cada vez deja más evidencias, tanto en medicina humana como veterinaria, de que el vínculo emocional entre personas y animales aporta importantes beneficios sobre la salud física y emocional. “Y nosotros, desde Gudcan, apostamos por los perros por su inteligencia, para eso son el mejor amigo del hombre”, sonríe.
Sobre Gudcan
El impulsor de la Asociación Gudcan, y actual presidente, es Luis Huerta, psicopedagogo y maestro, quien hace ya varios años empezó a trabajar en Cuenca para ayudar a colectivos de diversidad funcional cognitiva y diversidad funcional física como autismo, alzheimer, parálisis cerebral, síndrome de Down.
Desde esta asociación, con presencia ya en las cinco provincias, llevan a cabo distintas terapias innovadoras, a través de perros específicamente adiestrados y preparados que actúan como coterapeutas durante las sesiones. Las cuales están centradas en la estimulación y rehabilitación de nuestros participantes a nivel: psíquico, físico, emocional y social.
Lanza
6/01/2019