La mitad de los niños en edad escolar presenta trastornos de la voz, como las afonías. El ruido del entorno escolar puede provocar que estas dolencias se cronifiquen y agraven las lesiones en las cuerdas vocales, según datos difundidos hoy por la Unidad de Voz del Hospital de Manises.
Con el inicio del curso, cada año las consultas hospitalarias respecto a estos trastornos por parte de los padres aumenta, así como el número de niños tratados y educados en hábitos vocales saludables por la Unidad de la Voz.
La otorrinolaringóloga Ángeles Fortea ha destacado la necesidad de determinar si existen inflamaciones crónicas como rinitis o bronquitis y ha añadido que, en estos casos, identifican "lesiones de las cuerdas vocales mediante pruebas específicas que ponen de manifiesto si existe algún daño o se trata de un sobresfuerzo vocal".
Según Fortea, "las rabietas, llantos, juegos y ruido ambiental son los principales factores externos que pueden ocasionar que un niño fuerce la voz" y, "en muchos de estos casos, es suficiente con que el niño adquiera unos buenos hábitos de higiene vocal y controlemos el nivel de ruido al que está expuesto".
Para ello, el Hospital de Manises recomienda consultar a un foniatra e iniciar un tratamiento rehabilitador para atajar este problema, pero en otros casos, entre el foniatra y el Servicio de Otorrinolaringología determinan qué niños necesitan alguna intervención por parte de su logopeda escolar o un apoyo por parte de los especialistas.
La doctora Fortea ha señalado que, con el entorno escolar sonoro del inicio del curso, "el nivel de ruido al que está sometido el niño se agrava", algo que también afecta a casi la mitad de los profesores, quienes presentan algún tipo de problema de la voz al hablar.
"En el patio, el comedor o los pasillos existe un grado importante de competitividad y excitación, esto puede provocar que aquellos niños que tengan una mínima lesión en sus cuerdas vocales tengan un agravamiento y lleguen a presentar alguna disfonía", ha asegurado Blanca Sandoval, médico rehabilitadora especialista en Foniatría.
Según la logopeda de la Unidad de la Voz Myriam Rubio, el tratamiento en la mayoría de los casos es rehabilitador y se basa en adoptar unos hábitos saludables, como respetar las pausas y generar frases sin esfuerzos. "Es fundamental para que la voz salga fluida que los niños mantengan una postura correcta", ha recalcado.
La doctora Fortea ha insistido en el papel de los padres en el tratamiento: "Se les suelen dar pautas domiciliarias, como hablarles desde una distancia corta, evitar hablarles en voz alta, supervisar el volumen de aparatos electrónicos, evitar cambios bruscos de temperatura o buscar juegos sosegados que les inviten a hablar con tranquilidad".
En el Hospital de Manises se producen al año más de 5.000 consultas, la tercera parte corresponden a niños con problemas vocales y la mayor parte de estas consultas se deben a problemas agudos que pueden resolverse con un cambio de hábitos.
Levante. El Mercantil Valenciano
17/11/2016