La dislexia es una enfermedad que acarrea muchos problemas y dificultades en aquellas personas que la padecen, pero sobre todo en la población más vulnerable: los niños. La dislexia, que es la dificultad para leer causada por un impedimento cerebral relacionado con la capacidad de visualización de las palabras, puede producir un impacto social muy negativo en los niños, ya que corren el riesgo de desencadenar trastornos emocionales como ansiedad y problemas de autoestima, lo que condiciona su correcto desarrollo cognitivo y emocional.
Aunque la dislexia tiene un carácter hereditario, con una intervención adecuada, un ambiente correcto y un desarrollo de trabajo específico, se puede mejorar la velocidad lectora hasta niveles funcionales y, de esta manera, disminuir la incidencia de este trastorno y mejorar la calidad de vida de las personas que la sufren.
Para mejorar las habilidades lectoras de aquellas personas que sufren este trastorno hay que centrar y delimitar los ámbitos de trabajo. El director del máster de Dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Llorenç Andreu Barrachina, afirma que “la intervención debe ser lo más precoz posible y tiene que combinar un trabajo coordinado entre maestros, especialistas y padres”. Los ámbitos clave de trabajo para combatir la dislexia son:
•Trabajar la correspondencia entre grafema y fonema mediante ejercicios que permitan al niño fijar el conocimiento del nombre de la cada letra y el sonido con el que se corresponde.
•Practicar la velocidad de lectura, a través de ejercicios para la rápida identificación de palabras o la representación gráfica de letras y palabras.
•Trabajar la conciencia fonológica: juegos como buscar palabras que empiecen, acaben o contengan determinada letra ayudarán al niño a ejercitar la relación entre sonidos y grafías.
•Practicar ortografía, redacción y entonación, con el objetivo de mejorar el ritmo de lectura, ofrecer pautas para estructurar un texto escrito o poner énfasis y atención en los signos de puntuación.
•Desarrollar técnicas de estudio que refuercen la lectura y la escritura: prácticas como leer, subrayar o hacer esquemas ayudan asimilar mejor grafías y sonidos.
La ayuda de las TIC
La introducción de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) a la hora de combatir la dislexia puede ayudar a mejorar las habilidades de lectura de las personas que la padecen. El uso de ciertas herramientas tecnológicas, como correctores ortográficos, procesadores de voz (al ser herramientas que pasan de las letras al sonido), o aparatos de reconocimiento de voz (que hacen lo contrario que los procesadores, es decir, transcriben del sonido a la letra), facilitan y sirven como apoyo a estas técnicas
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14/12/2015