El lenguaje es una función compleja cuya construcción lleva alrededor de seis años, contando desde el baby-164003_1280nacimiento. En ese recorrido intervienen dos factores fundamentales: las condiciones biológicas con las que cuenta cada niño y los factores medioambientales.
Esto quiere decir que para desarrollar de manera adecuada el lenguaje no sólo es necesario contar con apropiadas condiciones biológicas, sino también con un entorno que favorezca el despliegue de las habilidades lingüísticas.
“A hablar se aprende dentro de un contexto situacional, y de manera incidental. Es decir, el aprendizaje no es voluntario y se da a medida que el niño queda expuesto a situaciones cotidianas como ‘la hora de comer’, ‘el momento del baño’, o ‘la hora de dormir’ en las cuales las acciones suelen ir acompañadas por lenguaje. Es en ese contexto, el niño comenzará a comprender parte de las palabras que después, repetidas una y otra vez, le permitirán a él repetirlas y empezar a utilizarlas de manera autónoma y voluntaria”, refirió María Verónica Maggio, licenciada en Fonoaudiología, integrante del staff de Fonoaudiología del Hospital Universitario Austral.
Pero, ¿qué pasa si esto no ocurre?, ¿cuándo hay que preocuparse y ocuparse? Según la Lic. Maggio, “las primeras palabras se esperan en torno a los 15 a 18 meses porque antes se construyen los mecanismos de comunicación preverbal necesarios para la instalación posterior del lenguaje oral”.
Así, los mecanismos de comunicación preverbables son el contacto visual, la sonrisa social (sonreír ante la sonrisa de otros), la atención conjunta, la habilidad para imitar acciones simples como aplaudir, decir chau con la mano o tirar besos, el uso de gestos simples como señalar lo que se desea, y la utilización de gestos para mostrar cosas a los demás. Sin embargo, existen casos en los que esto no ocurre, y por ende se presenta un retraso en la adquisición del lenguaje que a veces es sólo una demora temporal reversible con ayuda profesional para el niño y recursos de estimulación para los padres.
“En otros casos, este retraso constituye la punta del iceberg de trastornos más amplios en donde pueden estar alteradas las habilidades de conexión con el ambiente, el desempeño intelectual o la permeabilidad auditiva. De hecho, se calcula que 20 de cada 100 niños entre los dos y tres años padece retrasos en la adquisición del lenguaje, pero conforme avanza la edad la tasa desciende drásticamente”, detalló la especialista.
Si esto no ocurre, a medida que pasa el tiempo (por ejemplo, a partir de los 12 meses), es posible para los padres advertir ciertas pautas de alarma, algunas de las cuales corresponden a déficits en los precursores del lenguaje y otros al lenguaje en sí mismo. Para diferenciarlas, se recomienda realizar una consulta con el profesional fonoaudiólogo especializado en Neurolingüística para determinar la naturaleza del cuadro y los pasos a seguir.
¿Qué es lo que habitual en niños de hasta tres años?
– El uso de las primeras palabras aisladas: alrededor de los 18 meses. Están relacionadas con la satisfacción de necesidades primarias y con intereses relevantes del entorno.
– La combinación de dos palabras: alrededor de los 24 meses. Estas frases son agramáticas con un estilo telegráfico. Ej: pueden decir “mamá comer” para decir “mamá dame la comida”.
– El uso de frases simples: estas son frases cortas con uso de preposiciones, artículos y verbos conjugados.
*María Verónica Maggio
Lic. en Fonoaudiología
Integrante del staff de Fonoaudiología
Hospital Universitario Austral
MMAGGIO@cas.austral.edu.ar
www.hospitalaustral.com.edu
15/06/2015