El término hindú mandala significa “círculo”. Son una forma de yantra o diagramas geométricos rituales, algunos de los cuales se hallan en correspondencia con un atributo divino determinado o una forma de encantamiento, mantra, de la que viene a ser la cristalización visual. Se encuentran en todo Oriente, siempre con la finalidad de servir como instrumentos de contemplación y concentración.
El mandala como imagen mental
El mandala es "una imagen mental que puede ser constituida, mediante la imaginación". Ningún mandala es igual a otro pues expone la situación psíquica de su autor. Es decir, integra estructura tradicional e interpretación libre. Sus elementos básicos son figuras geométricas contrapuestas y concéntricas. Por ello se dice que "el mandala es siempre una cuadratura del círculo".
En un sentido meramente psicológico, cabe asimilar a mandala todas las figuras que tienen elementos encerrados en un cuadrado a un círculo, como el círculo zodiacal, el laberinto, e incluso el reloj. El mandala, en resumen, es ante todo una imagen sintética del dualismo entre diferenciación y unificación, variedad y unidad, exterioridad e interioridad, diversidad y concentración.
Al igual que muchas creaciones culturales y artísticas o alegóricas, el mandala ha de tener relación con el interés primordial de la organización tanto psíquica como interior. La contraposición del círculo, el triángulo y el cuadrado desempeñan el papel fundamental de los mejores y más clásicos mandalas orientales. Aun cuando el mandala alude siempre a la idea de centro, presenta también los obstáculos para su logro y asimilación. El mandala cumple de este modo la función de ayudar al ser humano y aglutinar lo disperso en torno a un eje.
Templos en forma de mandala
La construcción de los templos, en forma de mandala, tiene por objeto monumentalizar la vivencia y "deformar” el mundo hasta hacerlo apto para expresar la idea de orden supremo en la cual pueda el hombre penetrar como entraría en su propio espíritu. En los mandalas de gran tamaño, dibujados en el suelo mediante hilos de colores o polvo coloreado, se trata de lo mismo.
El simbolismo de los mandalas
El simbolismo de los mandalas a la hora de contraponer figuras cerradas se basa en unas características generales. Así el círculo dentro del cuadrado es la composición más evolucionada. Lo mismo sucede con respecto al triángulo. El círculo exterior, sin embargo, tiene siempre función unificadora. Así, el Shri-Yantra es uno de los instrumentos mandálicos superiores. Está constituido en torno a un punto metafísico central, que no figura en el dibujo. Ese centro virtual está rodeado por una combinación de nueve triángulos, imagen de los mundos trascendentes, El mundo intermedio, o sutil, está figurado en una triple aureola que rodea los triángulos. Luego hay un loto de ocho pétalos, que significa regeneración, otros de dieciséis y un círculo triple, completan la representación del mundo espiritual. Su inclusión en el material está figurada por un triple cuadrado con dientes que expresan la orientación en el espacio.
Así pues, los mandalas son dibujos generalmente circulares o que combinan diferentes figuras geométricas de manera simétrica. En todos ellos existe un punto o figura central que irradia hacia fuera y un límite exterior. Representan distintas cosas, ya sea el universo, la persona, la humanidad toda o la divinidad. Tienen en cuenta los elementos propios de la cultura y las creencias de quien los arma. Su origen está en oriente, se los asocia al hinduismo y el budismo, siendo los más conocidos los mandalas tibetanos
www.aleteia.org
31/05/2015