Seguir en la ONCE y hacerlo en Santiago es «un honor y un doble orgullo», afirma Arturo Parrado. Reside en la ciudad desde los 10 años, fue concejal y los últimos lustros trabajaba fuera. «El último mes he encontrado a muchas personas de quienes hacía años que no sabía nada», explica.



-¿Cómo ha llegado a la ONCE?

-Por un problema degenerativo, una retinosis pigmentaria que empezó a afectarme a los 26-27 años. La enfermedad se agudizó, y en la ONCE me acogieron y me formaron en las adaptaciones que necesita una persona ciega para poder incorporarse al futuro.



-¿Qué necesita?

-Por ejemplo, uso el correo electrónico y el ordenador; pero al no tener suficiente capacidad visual, utilizo adaptaciones, y me lee la pantalla un programa especial [hace una demostración]. Así gano autonomía. Para mandar un correo electrónico, escribo y envío el mensaje, pero sin ver. Las nuevas tecnologías para las personas ciegas son aún más necesarias.



-¿Cuesta mucho adaptarse?

-Hay profesionales y servicios sociales que nos forman. Y mientras estudiamos o trabajamos la ONCE nos facilita gratis lo que precisamos. Cuesta aceptar el problema, la ceguera es muy jorobada, como cualquier discapacidad, pero tienes que tirar para adelante, no puedes quedarte en casa y olvidarte de todo. Y cuando la aceptas, dejarte orientar y formarte.



-¿Cómo ayuda la ONCE?

-Favorece la autonomía de las personas ciegas o deficientes visuales y su integración laboral. Yo estuve un año en la Fundación ONCE, siete como jefe de departamento de servicios sociales en A Coruña, y desde 2007 de director en Vigo.



-¿Cómo es Santiago para las personas ciegas?

-Ofrecemos servicios a 373 personas con discapacidad visual, y tenemos unos 130 trabajadores, entre administrativos y agentes vendedores. Y en la USC hay afiliados de otros puntos de Galicia, que estudian Derecho, Psicología, Periodismo, Económicas o Dirección de Empresas. Cada vez hay más personas con discapacidad competitivas; también intentamos convencer de eso a las empresas.



-¿Qué es para usted el cupón de la ONCE?

-Ahora hablamos de comercialización de productos de juego, un mercado muy competitivo y difícil. Además del cupón tenemos el 7/39, el Super-11 o la lotería instantánea. Todos nuestros ingresos proceden de ahí y nos permiten ofrecer prestaciones y servicios, y financiar otros proyectos de discapacidad. Y destinar la mitad de lo recaudado a premios, no se olvide por ejemplo ese aún reciente de 10 millones de euros en San Lázaro.

-¿Afecta la crisis económica al juego?

-Afecta. Y la competencia de muchos operadores, incluidos los juegos en línea, que gracias a la ley del juego van a regularse. Tenemos que trabajar por mantener nuestra cuota de mercado y autofinanciarnos; porque ofrecemos servicios y asistencia a los que no llegan las administraciones, y poder mantenerlos y mejorarlos es un gran reto

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14/09/2011