La musicoterapia es una disciplina que todavía no está reconocida a pesar de los grandes beneficios que aporta en los campos en los que se aplica. Así argumentaba Alicia Lorenzo, coordinadora del Curso de Formación Superior en Musicoterapia de la Universidad Autónoma de Madrid, las grandes dificultades que los profesionales del sector están teniendo a la hora de llevar esta terapia a la práctica y de ser reconocida por la gente, con la carencia de unos planes de formación rigurosos y serios.

Está comprobado, explica Lorenzo, que la musicoterapia, aunque no cura, ayuda a llevar las enfermedades con más dignidad y calidad de vida, sacando y potenciando lo bueno de las personas. En este sentido, se puede aplicar para ayudar a salir de una depresión.

«El uso de la musicoterapia con mamás embarazadas es muy interesante porque la música trabaja todo el aspecto emocional, sobre todo en las mujeres primerizas, que experimentan un nivel elevado de ansiedad y miedo. Además, también sirve para crear un vínculo sano con los bebés», añade, al igual que se estrechan relaciones con bebés de riesgo, utilizando la musicoterapia en la UCI pediátrica. El mismo apoyo supone en la educación de niños con problemas de falta de atención y conducta o con necesidades educativas especiales.

Pero no sólo contribuye a la mejora psicológica, sino también física. Así, indica que esta terapia musical ha ayudado a mejorar la coordinación en niños con parálisis, a los que se les inculca la práctica de distintos instrumentos como los tambores, baterías o platillos. Apunta que la mejora de la respiración o el aumento de la capacidad pulmonar se puede conseguir a través de silbatos o instrumentos de viento, o la vocalización a través del canto. «A nivel psicológico se pueden conseguir logros importantes, como reducir la ansiedad o el miedo», puntualiza

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14/10/2010