Yanella Morán, de 19 años, tiene retardo mental moderado. Pero esta enfermedad no ha impedido que ella estudie en el Centro Creer, ubicado en el Paraíso de la Flor, y se capacite en todo lo relacionado con belleza.
Ella es parte de los 87 estudiantes de este establecimiento, que, con otros 89 de la isla Trinitaria, aprenden en sus clases destrezas de pintura, carpintería, reciclaje, costura, señalética, cocina y elementos básicos de electricidad, como parte de la pedagogía Currículum Funcional Natural, que proviene del Centro Ann Sullivan de Lima, Perú (www.annsullivanperu.org).
“El propósito de esta metodología es insertar a los chicos con habilidades diferentes en el campo laboral y en la educación regular. También trabajamos con sus familias”, dice Tomás Rodríguez, de Misión Alianza.
“Yanella está aprendiendo todo acerca de peinados y tipos de pintura de uñas. Le gusta mucho todo esto”, añade la directora del plantel, Jenny Muñoz, quien dirige una de las dos instituciones para niños con discapacidad que administra Misión Alianza (de origen noruego).
Gracias a esta enseñanza, que tiene seis meses de implementarse en ambos centros Creer de Guayaquil, se ha logrado insertar a siete estudiantes del Paraíso de la Flor en establecimientos educativos de educación regular.
Por este método los maestros desarrollan programas que proporcionan servicio psicológico a personas con retardo mental, autismo y problemas de conducta e integra al grupo familiar para que también trabaje con sus hijos.
Según la directora de Creer de Paraíso de la Flor, Jenny Muñoz, en lo que más trabajan con los alumnos es enseñarles que se puedan valer por sí mismos. “Aquí hay chicos que tienen desde síndrome de Down, autismo, problemas de lenguaje y psicomotrices en general”, refiere y agrega que ponen énfasis en el aprendizaje de cosas cotidianas como comprar alimentos.
Una de las prácticas en el aula es hacer una lista entre todos los compañeros y recaudar dinero para comprar víveres. “El mismo alumno se encarga de sumar, multiplicar o dividir, de hacer cuentas antes de ir a la tienda más cercana para hacer las compras. Esto es una práctica de clase”, señala Muñoz.
Con esta pedagogía es posible hacer más técnico el trabajo con los chicos y entrenarlos para afrontar las actividades de la vida diaria, afirma la directora del centro de la isla Trinitaria, Viky Espinoza.
Historia
Currículum Funcional Natural nació en 1938, en la Universidad de Kansas, Estados Unidos, pero se empezó a fortalecer en la los años 60 en las salas de clase de prekinder de ese país. Se lo aplicó para niños de formación regular como para estudiantes con discapacidades.
“Su estudio se basó en observar cómo el desenvolvimiento del chico, en este caso con discapacidad, tiene relación directa con su entorno y su ambiente”, señaló Rodríguez.
Posteriormente la metodología se difundió a países como Chile, España, Brasil, Bolivia y en el Centro Ann Sullivan de Lima, Perú, donde a principios de los noventa se lo dirigió a un plan de educación para niños con habilidades distintas.
A fines de septiembre se espera la llegada de un grupo de especialistas del Centro Ann Sullivan de Perú, según Rodríguez para capacitar sobre esta metodología a maestros y padres de familia de los centros.
TESTIMONIO: Superación
Alexander Clavijo
16 años, alumno del centro
Creer de la isla Trinitaria
Ingresó al establecimiento desde los 8 años. Aunque posee tres discapacidades: visual, auditiva y parálisis cerebral se está preparando para su inserción laboral en las áreas de ebanistería, pintura, marquetería en general. Vive en el barrio Nigeria, al sur de Guayaquil, y está al cuidado de su abuela Leonor Preciado, de sus tíos y primos. “Es una satisfacción constatar sus avances. Lo que más le gusta es pintar y hacer marcos para los cuadros que realiza”, refiere su abuela. Agrega que espera encontrarle pronto un trabajo.
eluniverso.com
4/09/2008