Aparatos domésticos, cadenas de montaje, exploración de nuevos mundos... son ejemplos que implementan tecnologías propias de la robótica, dando fe de que esta disciplina no es, en absoluto, ciencia ficción. Diseñar y construir robots tiene además su faceta lúdica y educativa, explotada por algunos centros de enseñanza que han incorporado juegos de robótica en su lista de recursos pedagógicos.

Uno de los pioneros en Catalunya es Ca'n Tangram, una academia con aulas en Olot (Garrotxa) y Ripoll (Ripollès), que imparte talleres de robótica para jóvenes. A lo largo de su experiencia, los docentes han valorado la oportunidad que ofrecen dichos talleres para el tratamiento de la diversidad educativa. "Casi todos nuestros alumnos presentan problemas", explica Neus Morlà, la directora académica. "El más común es el transtorno por déficit de atención con hiperactividad, que conlleva serias carencias de concentración en los chicos".



Lenguaje gráfico y visual

El alumno tipo de Ca'n Tangram muestra cierta dificultad para atender en las clases de la formación reglada. La falta de atención para leer y escuchar le puede crear un sentimiento de frustración ante el objetivo de aprender. Además, el mismo desengaño puede alimentar su desidia. Ca'n Tangram utiliza unos juegos de robótica --Lego MindStorms-- cuyas instrucciones y lenguaje de programación son totalmente gráficos y visuales, libres de trabas a las que se enfrentan los alumnos que más se duermen en los laureles.

Morlà afirma que "construir robots requiere mucha concentración". Pero el método permite a los chicos centrarse en el principal objetivo del taller y adquirir muchos conocimientos, ya que la robótica "potencia la agilidad mental, la percepción del espacio físico y la psicomotricidad". Asimismo, la disciplina goza de una amplia transversalidad: "Aprenden física, matemáticas o inglés, puesto que todo está en este idioma, al que ellos deben adaptarse... con nuestra ayuda".

"Los alumnos reciben un diploma que, por el momento, carece de validez legal", explica la directora. "Pero lo que sí valoran es la motivación y el aprendizaje libre de frustración". "Es más, se han divertido y ello les ha servido para conocer su potencial". "Definitivamente --concluye--, los que mejor aprovechan el taller son los niños con algún problema". Con sus lecciones, Ca'n Tangram muestra el lado más humano de estos autómatas fríos y calculadores.

El periodico de Catalunya
20/08/2008