Todos pintan con mucho cuidado sus dibujos. Sólo levantan la cabeza del papel para lanzar alguna sonrisa o pedir algún abrazo. No son críos, son los mayores que acuden al 'taller de memoria' que la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer (AFA) en Ceuta desarrolla con personas que padecen demencia senil, párkinson o alzheimer. Hay mucho colorido en las paredes, los trabajos manuales cuelgan por los estantes
Paquita, de 87 años, está muy agradecida por la acogida. Ella asegura que está allí 'por el cariño', su hijo le recomendó que fuera y ahora se le pasan las mañanas volando junto a sus compañeros. Son personas que viven solas o se sienten solas y aquí tienen un lugar donde se les anima a recuperar algo de aquello que el tiempo les ha arrebatado.
'Siempre intentamos arroparlos, todos los mensajes que les transmitimos son positivos para que suban su autoestima porque cuando se incorporan están muy deprimidos', comenta una de las auxiliares.
El psicólogo de la asociación realiza un examen previo a la terapia del 'taller de memoria' así como seguimiento de la evolución de los pacientes. Según Virginia Viñuales, presidenta de AFA Ceuta los mayores que participan en esta iniciativa mejoran notablemente su psicomotricidad y su memoria. Y a la vista está. Carmen empezó con simples trazos de colores dentro de un círculo, no se comunicaba y después de cuatro semanas realiza serie numéricas canturreando alguna copla.
El trabajo de la asociación en este espacio consiste en estimular la memoria, la comunicación pero sobre todo, la socialización. Este taller inició su andadura hace tres años cuando AFA Ceuta detectó en las visitas domiciliarias que, además, estos ancianos necesitaban relacionarse y salir de su entorno más cercano, donde se les sobreprotegía o no se le da voz. 'Hasta ahora se pensaba que la terapia de estimulación sólo era útil en las primeras fases de la enfermedad pero existen nuevas técnicas que permiten mejorar la calidad de vida de pacientes con un mayor avance de la patología', explica Viñuales.
Son una pequeña familia repleta de historias. Participa un señor que fue uno de los más famosos ebanistas de Ceuta y aquejado de párkinson acudió al taller. Ha recuperado la alegría, realiza trabajos de marquetería y disfruta con las manualidades, que casi sin darse cuenta le ayudan a recordar la hora, a abrocharse los zapatos o distinguir los alimentos por su color o forma. 'Es un trabajo muy intenso, tiene que gustarte mucho y sobre todo, tener mucha paciencia para estimularlos. Pero son ellos los que te marcan el ritmo de trabajo y son muy perfeccionistas', apunta otra de las auxiliares. Poco a poco se van conociendo y cogen confianza. Pero cuando observan que les prestan tanta atención 'se sienten bien, se sienten protagonistas'.
Es el primer día de una nueva participante. No quiere estar ahí. Se siente un poco extraña. Las auxiliares la acercan a la mesa de actividades y se sientan una a cada lado. Inician una compleja tarea para motivar a una señora que padece demencia senil. Le arrancan alguna sonrisa pero pronto dice que quiere marcharse. El trabajo sólo acaba de comenzar.
Terra
8/10/2007