El autismo nos fascina porque supone un desafío para algunas de nuestras motivaciones más fundamentales como seres humanos. Las necesidades de comprender a los otros, compartir mundos mentales y relacionarnos son muy propias de nuestra especie. Por eso, el aislamiento desconectado de los niños autistas es una trágica soledad, que
Se entiende por AUTISMO: personas con una amplia gama de síntomas comportamentales en las que se incluyen hiperactividad, ámbitos atencionales muy breves, impulsividad, agresividad, conductas auto –lesivas y rabietas.
Estas alteraciones en general, y el autismo en particular, plantean desafíos importantes de comprensión, explicación y educación. De comprensión, porque resulta difícil entender como es el mundo interno de personas con problemas importantes de relación y comunicación. De explicación, porque aún se desconoce la génesis biológica y los procesos psíquicos de estas personas y de educación, porque tienen limitadas sus capacidades de empatía, relación intersubjetiva y penetración mental en el mundo interno de sus semejantes, que permiten al niño normal aprender mediante delicados mecanismos de imitación, identificación, intercambio simbólico y vivencias afectivas
El autismo nos fascina porque supone un desafío para algunas de nuestras motivaciones más fundamentales como seres humanos. Las necesidades de comprender a los otros, compartir mundos mentales y relacionarnos son muy propias de nuestra especie. Por eso, el aislamiento desconectado de los niños autistas es una trágica soledad, que "no tiene nada que ver con estar solo físicamente sino con estarlo mentalmente".( Uta Frizt, 1991)
Sus características comunes especiales se refieren principalmente a tres aspectos:
Las relaciones sociales: para Kanner el rasgo fundamental era la incapacidad para relacionarse normalmente con las personas y situaciones sobre la que reflexionaba: "desde el principio hay una extrema soledad autista, que en lo posible desestima, ignora o impide la entrada de todo lo que le llega al niño desde afuera. El contacto físico directo o aquellos movimientos o ruidos que amenazan con romper la soledad, se tratan como si no estuvieran ahí, o si no basta con eso, se sienten dolorosamente como una penosa interferencia"
La comunicación y el lenguaje: señala la ausencia de lenguaje en algunos niños, su uso extraño en los que lo poseen como si no fuera "una herramienta para recibir o impartir mensajes significativos" y se definen alteraciones como la ecolalia, la tendencia a comprender las emisiones en forma literal, la inversión de pronombres personales, la falta de atención al lenguaje, la apariencia de sordera en algún momento del desarrollo y la falta de relevancia en las emisiones.
La insistencia en la invarianza del ambiente: la tercera característica era la inflexibilidad, la rígida adherencia a rutinas y la insistencia en la igualdad de los niños autistas. La gama de actividades espontáneas se reduce drásticamente y su conducta "está gobernada por un deseo ansiosamente obsesivo por mantener la igualdad, que nadie, excepto el propio niño puede romper en raras ocasiones" esta característica puede relacionarse con otra: la incapacidad de percibir o conceptuar totalidades coherentes y la tendencia a representar las realidades de forma fragmentaria y parcial.
Para tratar de ordenar este aparente desconcierto nos es muy útil el concepto de "espectro autista", Para comprender bien ese concepto hay que tener en cuenta dos ideas importantes: ( 1 ) El autismo en sentido estricto es sólo un conjunto de síntomas, se define por la conducta. No es una "enfermedad". Puede asociarse a muy diferentes trastornos neurobiológicos y a niveles intelectuales muy variados. En el 75 % de los casos, el autismo de Kanner se acompaña de retraso mental; (2) hay muchos retrasos y alteraciones del desarrollo que se acompañan de síntomas autistas, sin ser propiamente cuadros de autismo. Puede ser útil considerar el autismo como un continuo - más que como una "categoría" bien definida - que se presenta en diversos grados en diferentes cuadros del desarrollo, de los cuales sólo una pequeña minoría (no mayor de un 10 %) reúne estrictamente las condiciones típicas que definen al autismo de Kanner.