Es una malformación congénita que abarca toda la escala de variedades, desde la simple depresión del labio hasta su hendidura total. Con ello tenemos ya la primera clasificación entre simple y total. Estos últimos van asociados a la hendidura alveolar y generalmente a la fisura palatina.
La frecuencia del labio leporino en Europa, es de 1 por cada 1000 nacimientos. Es menor en poblaciones negras y mayor en las poblaciones asiáticas.
Entre los hermanos, se presenta en una frecuencia del 4%, entre parientes de segundo grado es del 7 % por 1000 nacimientos y el riesgo de parientes de tercer grado es de 2 o 3 por 1000. Se cree que puede ser un factor de herencia multifactorial.
La malformación es de tipo lateral cuando afecta sólo un lado y bilateral cuando afecta a los dos lados.
Todas las combinaciones entre estas distintas formas son posibles, es por ello que podemos decir que existen tantas clasificaciones como autores han tratado este tema.
- Labio leporino unilateral simple (33%)
- Labio leporino unilateral total (48%)
- Labio bilateral simple (7%)
- Labio bilateral total (12%)
Existen otras formas, las más graves, denominada labio medio o central y a la que, por su interés y rareza, dedicaremos un apartado.
En el labio malformado existen todas los elementos del labio normal, pero éstos están desplazados y muchas veces hipoplásicos.
En el labio leporino unilateral, la fisura está situada fuera de la cresta de filtro labial, por lo tanto, todos los elementos de la parte media del labio, forman parte del lado interno, la mucosa labial es delgada y el músculo orbicular del labio está poco desarrollado. En cuanto al lado externo, la mucosa es abundante y la musculatura tiene un espesor prácticamente normal.
El orificio nasal del lado afectado está mal orientado y frecuentemente en dirección horizontal. El ala está aplanada, descendida, su implantación es más posterior y hacia el lado sano.
La pirámide nasal puede estar hipertrófica en todas sus dimensiones.
En el labio leporino bilateral, la parte central o prelabio es hipoplástica, tanto en su parte cutánea como mucosa. Existe también una falta de altura y de espesor debido a que el orbicular del labio superior no se ha desarrollado en esta zona. Las dos partes laterales tienen la misma características que el lado externo del unilateral.
El hueso intermaxilar acostumbra a hacer prominencia, lo que dificulta aún más la movilidad articulatoria.
Durante el habla, el labio superior queda inmóvil, mientras que el inferior tiene una movilidad normal. La situación de los músculos labiales hace que su contracción tienda a separar más la hendidura labial. Se puede hacer separar las comisuras labiales, pero la protusión del labio superior hacia adelante, como en la /o/ y la /u/, es imposible. Es necesario mucho tiempo de ejercitación para obtener su movilidad.
BOREL, hace notar que los labios más inertes son los no operados. Estos frecuentemente están inmóviles. En los labios leporinos bilaterales cortos, insuficientes y poco carnosos es imposible articular /b/ o /p/. En estos casos los fonemas bilabiales se producen por contacto de la lengua y el maxilar superior. En la /m/ por un golpe del glotis.
Con respecto a la intervención quirúrgica, hay dos grandes tendencias:
a) operar al nacer.
b) operar al cabo de unos meses.
Las contraindicaciones de la operación son:
- Menor resistencia del niño ante una intervención quirúrgica.
- No de tiempo de estudiar al niño, ya que muchos de ellos tienen malformaciones asociadas.
- Las referencias anatómicas del labio, en las que nos basamos para realizar su reconstrucción, son apenas reconocibles. A menudo es indispensable realizar un tratamiento ortopédico antes de la intervención.
- Las técnicas quirúrgicas actuales consisten en la formación de colgajos geométricos matemáticamente diseñados, no obligan a operar sobre el labio mucho más desarrollado, que cuando el cirujano se limitaba a resecar los bordes de la fisura.
- El hueso del recién nacido no está totalmente osificado. Las deformaciones que producen las tensiones postoperatorias sobre este hueso son muy graves.
Las indicaciones de la operación tardías están superadas todas las contraindicaciones de la operación precoz.
Las contraindicaciones de la operación tardía, que los padrees tengan que soportar la visión de la malformación. En contra de esto, hemos de decidir que los padres a los pocos días no sólo se habitúan a ver a su hijo, sino que lo encuentran tan gracioso como los demás.
La edad ideal para el cierre del labio leporino son los 6 meses de edad.
El fin primordial de la operación es obtener un labio superior normal, tanto desde el punto de vista estético como funcional.
Para dar actividad a este tipo de labio suturado se recomienda el uso constante del chupete, masajes y movilidad pasiva.
Cuando el niño es mayor, le hacemos practicas juegos de soplar, chupar, propulsión y retracción de los labios y, por fin, la articulación.
Labio leporino medio o central.
Se produce a expensas de la falta de unión de los dos mamelones nasales internos.
Es una malformación rara, la atrofia puede llegar a extender desde una simple escotadura media labial, a todo el tubérculo medio, creando una amplia hendidura, que interesa las dos fosas nasales.
Una pequeña hendidura mínima en la punta o en el dorso de la nariz puede verse como residuo de esta fisura.
La mayor parte de las fisuras medias del labio superior no son verdaderamente labios leporinos centrales, sino labios leporinos bilaterales como aplasia e hipoplasia del filtro labial.
Hay una variante del labio leporino central a la que se asocia una fisura palatina bilateral, ausencia de cuerpo calloso, agenesia del prelabio premaxilar y huesos nasales, además de microcefalia.
Referencias
Becker, W. Otorrinolaringología. Manual ilustrado. Ed. Doyma. S.A. 1986.
Mendoza Lara, R. Hablar. Estudio de las alteraciones del lenguaje en la edad preescolar. Ed. Escuela popular. Granada, España. 1985.
Peña Casanova, J. Manual de logopedia. Ed. Masson. Barcelona, España. 1990.
Gallardo Ruíz y otros. Manual de logopedia escolar. Un enfoque practico. Ed. Aljibe. Málaga, España. 1995.