Durante dos décadas hemos tenido la suerte en que haya muchísimo más conocimiento disponible sobre autismo y entendamos mucho mejor todos los problemas relacionados con el mismo, especialmente en el área de comunicación. A través del uso de sistemas alternativos y aumentativos de comunicación - signos, intercambio de fotografías, símbolos escritos, y programas de ordenadores - muchos de estos estudiantes han podido expresar sus necesidades y deseos. Comprensiblemente, muchísimos padres y profesores siguen preocupados y tratan de entender si el niño aprenderá o no a hablar.
Mejorando la comunicación en chicos con autismo no verbal.
Comportamientos Comunicativos:
El lenguaje incluye la formación de palabras, el aprendizaje de reglas para juntar las palabras, así como el acompañamiento del propósito o razón para usar el lenguaje (por ejemplo pragmática). Pragmática es la interpretación y uso del lenguaje en contextos sociales, físicos, cognitivos y linguísticos. La pragmática y la comunicación están intimamente relacionadas y para ser un buen comunicador necesitamos conocer el lenguaje que se está utilizando, así como entender las dimensiones humanas y no humanas del mundo que nos rodea. La comunicación es mucho más que poder hablar o juntar palabras en el orden correcto (Wilson, 1987). Es la capacidad de permitir a otro que sepa que deseamos algo, explicar algo sobre un evento, describir una acción o acusar la presencia de otras persona. Todo esto puede lograrse de manera verbal o no verbal; mediante gestos, señales, o indicando con el dedo una foto o palabra.
La comunicación tambien implica una situación social entre dos o más personas; la persona que envía el mensaje es el emisor mientras que quien escucha es el receptor. En intercambios comunicativos el papel del emisor y receptor varían y para ser totalmente diestro en las habilidades pragmáticas el estudiante debe conocer y entender ambos papeles: el de iniciar y recibir la información (Watson, 1987). Muchos estudiantes con autismo tienen mucha dificultad en el área de pragmática (Baron-Cohen, 1988). Kanner (1946) por ejemplo describió a niños que no podían iniciar conversaciones a pesar de poder hablar y cuando conversaban se limitaban a solicitar objetos, un juguete o comida o hacer que el adulto completara una acción pero muy raramente transmitían actos de comunicación, tales como acusar la presencia de otros, hacer comentarios (¡"Mira, hay un perro allá afuera!") expresar sentimientos o usar etiquetas sociales ("¡Gracias!," "¡Adiós!").
Los chicos no verbales con autismo son a menudo receptores de información y frecuentemente responden a las órdenes o solicitudes de sus profesores con mucha consistencia. Por ejemplo, al preguntar ¿"Qué quieres comer?" el chico podría responder entregando una fotografía de la galleta o señalando un objeto o repitiendo la palabra. Esto se considera un "intercambio comunicativo" porque el chico reconoce al adulto como un compañero en el intercambio y entiende lo que se le pide, es decir, el chico tanto recibe como responde en este caso. Ayudar a que el estudiante aprenda a responder a dichos intercambios comunicativos es un enfoque de intervención relativamente nuevo. Es una gran mejora sobre técnicas de intervención que usábamos anteriormente. Por ejemplo, antes pedíamos que el chico imitara unas palabras producidas en asociación con un objeto (Loovas, 1977) y existía muy poca comunicación con este tipo de intercambio de lenguaje. Al menos el estudiante recibía la información pero desafortunadamente solo aprendía a rotular objetos específicos. La utilidad de esta información fuera del entorno de entrenamiento del lenguaje continúa siendo un interrogante, ya que en este enfoque el estudiante casi nunca tenía la oportunidad de pedirle a alguien más que le diera un coche para jugar con él, ni tampoco aprendía a dirigirse a otros de manera sociable o como un "compañero comunicativo". Este enfoque, afortunadamente ha tenido muy poco valor "funcional" pues impide que el estudiante aprenda que el lenguaje "incluye" comunicacion con otros.
En el papel de iniciadores de comunicación, los niños con autismo, presentan muchísima dificultad al iniciar conversación (Feldstein, Konstantareas, Oxman, & Webster, 1982). Por lo tanto cualquier enfoque de intervención deberá siempre dirigirse o centrarse a que los chicos se conviertan primero que todo en comunicadores, aprendiendo a iniciar y recibir información y un objetivo importante sería ayudarles a convertirse en compañeros de comunicación en un mundo en donde la interacción tiene importancia primordial.