El juego es el medio natural de autoexpresión del niño; mientras juega ejercita todas sus capacidades. La terapia de juego es una técnica proyectiva de intervención que le permite al niño expresar su mundo interno, incluyendo sus miedos y preocupaciones a través de un lenguaje simbólico.
El juego es el medio natural de autoexpresión del niño; mientras juega ejercita todas sus capacidades. Al jugar se expresan y exploran su entorno; socializan, aprenden normas sociales, desarrollan su imaginación, su creatividad e inteligencia; además, ponen en práctica sus conocimientos, ensayan, prueban y tratan de mejorar; expresan sus sentimientos y emociones
La terapia de juego es una técnica proyectiva de intervención que le permite al niño expresar su mundo interno, incluyendo sus miedos y preocupaciones a través de un lenguaje simbólico. En esta técnica predomina la fantasía, por lo que se ajusta a la forma de entender y experimentar la realidad de los niños.
En la terapia de juego se le proporcionan al niño diferentes recursos lúdicos, tales como muñecos, animales, colores, pizarras, etc. Y se le da libertad para que utilice los materiales, permitiendo así la expresión de sus necesidades y conflictos, pues el niño encuentra en el juego una forma de expresión que no representa una amenaza o incomodidad.
Esta técnica puede aplicarse desde los niños preescolares hasta los preadolescentes. La terapia de juego permite trabajar áreas como la comunicación, regulación emocional, agresividad y fortalecimiento del Yo entre otras.
El objetivo es valorar al niño en un entorno conocido para ir trabajando sobre sus dificultades de una manera no invasiva para él, ya que el juego es el medio de socialización y un reflejo de la percepción que tiene de su entorno.
Entre otras cosas, la terapia de juego ofrece:
La terapia de juego permite el diagnóstico, la prevención y la resolución de conflictos psicosociales en el niño para su óptimo desarrollo integral.
La terapia de juego puede ser útil en casos de:
Un aspecto importante en la terapia de juego es la empatía del terapeuta. Aceptar al niño en su totalidad denota interés, paciencia, constancia, respeto y comprensión, favoreciendo que el niño se sienta seguro y libre para expresar sus sentimientos. Al mismo tiempo, será necesario trabajar con los padres del niño para promover un cambio de actitud en ellos que favorezca la comprensión hacia sus hijos, se mejore la comunicación y la confianza.