Gracias a los estudios científicos recientes se va visibilizando la importancia del trabajo interdisciplinar de estas dos profesiones. Por lo que es, muy importante que en un primer momento, cuando llega el paciente a la consulta las dos especialidades realicen una evaluación en conjunto. Esa primera toma de contacto la llamaríamos la etapa de concienciación o entendimiento, donde el paciente debe ser conocedor de sus dificultades y reconocer las alteraciones a nivel miofuncional y orofacial que presenta.
Hemos escuchado muchas veces que los ortodoncistas son dentistas, pero lo que no sabíamos es que los dentistas, no tienen que ser ortodoncistas. Para que lo entendamos mejor, el dentista es el médico general y el ortodoncista, es el especialista. Dicho esto, la ortodoncia es una especialidad de la odontoestomatología. Esta especialidad reconocida en toda la Unión Europea menos en España y en Luxemburgo, se ocupa del estudio del crecimiento de las estructuras craneofaciales y del tratamiento de las posibles desviaciones e irregularidades de la posición de los dientes. En resumen, se encarga de diagnosticar, tratar y prevenir las malposiciones dentarias y/o los trastornos maxilo-faciales.
Por otra parte, la Terapia Miofuncional llevada a cabo por el logopeda, según describen Borrás & Rosell, es una disciplina que se encarga de prevenir, valorar, diagnosticar y corregir las disfunciones orofaciales que pueden interferir, tanto en la producción del habla, como sobre la estructura de los dientes y las relaciones maxilares.
Por tanto los objetivos ideales de un tratamiento ortodónico-logopédico, deberían centrarse en conseguir una estructura anatómica correcta de la cavidad orofacial, mejorar la función de la masticación, de la deglución y de la fonación, desencadenando así una buena coordinación de la musculatura orofacial y una oclusión estable en el paciente.
¿Qué pasos llevarán a cabo el ortodoncista y el logopeda?
El primer objetivo que tendrá el ortodoncista, será lograr que la lengua tenga suficiente espacio en el maxilar superior para que ésta consiga una correcta postura de reposo. Logrando esto, hablaríamos de un segundo y tercer objetivo, esta vez para el logopeda, cuyo fin sería que la lengua se colocara de manera progresiva en su posición adulta. Esta será detrás de los incisivos superiores, punto sobre el cual la lengua deberá contactar al ejecutar la deglución, impulsando el bolo alimenticio al esófago.
De forma simultánea, el profesional logopeda deberá conseguir el tercer objetivo, lograr que el paciente respire a través de la nariz, con este paso se ayudará a alcanzará un adecuado sellado labial y una correcta deglución.
Si estos objetivos no se consiguen, no podrá lograrse un desarrollo armónico del arco palatino, una alineación dental correcta y por consiguiente un desarrollo facial proporcionado repercutiendo en la ATM.
No olvidemos que hasta hace poco nadie conocía la importancia del trabajo entre logopeda y ortodoncista. La mayoría de los pacientes creían que la mayoría de los aparatos funcionales que coloca el ortodoncista, se caracterizaban por transmitir fuerza muscular a las estructuras esqueléticas y dentarias. Y que estos además potenciaban y estimulaban el crecimiento mandibular; logrando un cambio en el equilibrio neuromuscular del sistema estomatognático, sin saber los problemas que iban a tener de recidiva post-retención de la ortodoncia.
Gracias a los estudios científicos recientes se va visibilizando la importancia del trabajo interdisciplinar de estas dos profesiones. Por lo que es, muy importante que en un primer momento, cuando llega el paciente a la consulta las dos especialidades realicen una evaluación en conjunto. Esa primera toma de contacto la llamaríamos la etapa de concienciación o entendimiento, donde el paciente debe ser conocedor de sus dificultades y reconocer las alteraciones a nivel miofuncional y orofacial que presenta.
Luego pasaríamos a la etapa de corrección donde se realiza la intervención pasiva al colocar aparatos funcionales por parte del ortodoncista y la activa por parte del logopeda, con ejercicios isométricos, isotónico…entre otros, el paciente deberá seguir las indicaciones y los ejercicios recomendados por los especialistas.
Y, por último, la etapa de consolidación de lo aprendido en su rutina diaria, donde la meta será lograr la generalización en espontáneo.
El tratamiento en conjunto de estas dos especialidades, potenciará los resultados del tratamiento que ha llevado el paciente en ese tiempo, reduciendo el tiempo de la ortodoncia, ayudando a disminuir el riesgo de recidivas respecto a un patrón deglutorio incorrecto, y estableciendo un balance muscular orofacial normal.
Referencias
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Susanibar, F., Marchesan, I, Parra, D. y Dioses, A. Tratado de la evaluación de motricidad orofacial y áreas afines. 2ª Edición. Madrid: Eos; 2014.
Mayoral, G. y Mayoral, J. Ortodoncia principios fundamentales y práctica. Barcelona: Labor; 1977.
Bartuilli M (coord.), Cabrera P, Periñán M. (2007). Guía de intervención logopédica. Terapia Miofuncional. Madrid: Síntesis.