Con el tiempo todos los pacientes con ELA presentarán algún tipo de dificultad para la comunicación debido a la debilitación de los músculos que intervienen en la fonación. Por ello, el papel del logopeda resulta fundamental para enseñarle a los pacientes técnicas que le ayuden a mejorar el habla, aunque también se puede recurrir a dispositivos que facilitan la comunicación de forma alternativa.
La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por una degeneración progresiva de las neuronas motoras en la corteza cerebral, tronco del encéfalo y médula espinal. Se manifiesta por debilidad muscular y produce dificultades progresivas de movilización, comunicación, alimentación, y respiración, creando una dependencia de familiares y otros cuidadores.
En su inicio, la ELA se manifiesta como un debilitamiento de las extremidades que va evolucionando hasta afectar de forma generalizada todos los músculos esqueléticos de control voluntario, a excepción de la musculatura ocular, esfinteriana y cardiaca.
La enfermedad se puede presentar con inicio bulbar, desde el comienzo la musculatura orofaríngea y facial se encuentran afectadas. El debilitamiento de esta musculatura, por tanto, comprenderá numerosas alteraciones a nivel comunicativo de la voz y articulación. Asimismo, el paciente presentará trastornos en la deglución debido a la pérdida de movilidad de la lengua.
En algún momento del curso evolutivo de la enfermedad el 80% de los pacientes con ELA presenta disartria ya sea por la debilidad de la musculatura orofacial y por la atrofia de la lengua y los labios, o por una complicación derivada de la espasticidad.
Con el tiempo todos los pacientes con ELA presentarán algún tipo de dificultad para la comunicación debido a la debilitación de los músculos que intervienen en la fonación. Por ello, el papel del logopeda resulta fundamental para enseñarle a los pacientes técnicas que le ayuden a mejorar el habla, aunque también se puede recurrir a dispositivos que facilitan la comunicación de forma alternativa.
Intervención logopédica
El tratamiento logopédico se debe centrar en los trastornos de la comunicación y la alimentación en función de las necesidades individuales de cada paciente, dicho tratamiento debe incluir rehabilitación miofuncional, técnicas de incremento sensorial, estrategias posturales y maniobras deglutorias. Ejercicios de relajación, ejercicios de respiración y probablemente la implementación de sistemas de comunicación alternativas.
En términos generales, la intervención logopédica en pacientes con ELA va dirigida a lo funcional, a la prevención, la educación y lo paliativo según los síntomas y evolución de la enfermedad. Los pacientes pueden presentar:
Trastornos de la comunicación:
Disartria. Dificultad para articular sonidos y palabras.
Anartria. Imposibilidad de articular sonidos.
Trastornos en la función respiratoria:
Disminución de la capacidad pulmonar.
Insuficiencia respiratoria.
Dificultad en el manejo de secreciones.
Trastornos en las funciones de la alimentación:
Dificultad para masticar.
Dificultad para controlar la saliva.
Disfagia.
En todos los casos las personas con ELA deben recibir atención integral y multidisciplinar.