Jorge Batllori Doctor en Geología por la Universidad de Barcelona, máster en Ingeniería y Gestión Ambiental y Educador de Medio Ambiente. Autor del libro Inteligencia Lógico-Matemática. Más de 100 juegos para su desarrollo, nos explica cómo el desarrollo de la inteligencia lógico-matemática es la clave para nuestra vida; cómo interactuamos todos los días con los números, la lógica y los patrones, y cómo a través de juegos se busca que los niños pierdan el miedo a las matemáticas al mismo tiempo que trabajan la inteligencia lógica-matemática.
Entrevista a Jorge Batllori
Autor del libro Inteligencia lógico-matemática. Más de 100 juegos para su desarrollo. (Narcea 2017)
¿Qué son los juegos lógico-matemáticos?
Antes que nada, son juegos, es decir, actividades lúdicas, recreativas, que se salgan de las rutinas... que ayudan a desarrollar la inteligencia lógico-matemática y que nos pueden ayudar a mejorar el cálculo y la inteligencia numérica, la lógica y la agilidad mental, la creatividad y la estructuración espacial, la capacidad de observación y la memoria, la comunicación y la inteligencia verbal... todo de un modo ameno.
No olvidemos nunca que un aprendizaje divertido y atractivo en un ambiente relajado conlleva a que el alumno aprenda más, mejor y más rápido. Eso tampoco implica que debamos realizar todos los aprendizajes sólo con juegos, pues un abuso de ellos o usarlos de manera inadecuada también puede causar el efecto contrario: la desmotivación y la ralentización del aprendizaje.
¿A partir de qué edad se pueden poner en práctica los juegos lógico-matemáticos?
Seguro que no les descubro nada nuevo si les digo que la enseñanza de las matemáticas en muchos centros de enseñanza media y superior no acaba de ser lo que debería ser. Y no es por falta de voluntad de los docentes.
¿Qué profesor de instituto o incluso de universidad no se queja actualmente que cada vez los alumnos le llegan peor preparados, que no se enteran de la mitad de las cosas, que no prestan atención en clase, que no se leen los enunciados antes de responder, etc.?
Es necesario que el niño, ya desde pequeño, pierda el miedo a las matemáticas y todo lo que las rodea. Para ello, el empleo de juegos y actividades lúdicas de carácter matemático ya en Educación Primaria es un recurso pedagógico que sin duda alguna puede facilitar que el niño se familiarice con los números, la lógica, el lenguaje, etc. en un entorno divertido o, como mínimo, que no se convierta en hostil para él, dando paso de este modo a sembrar unas capacidades y competencias lógico-matemáticas básicas que más adelante deberá dominar en estudios posteriores.
Sin estos cimientos básicos profundos que se deben adquirir en Educación Primaria, el estudiante está condenado en cursos superiores al fracaso (y a la frustración), mientras que con ellos será capaz de asimilar los nuevos conceptos que le expliquen más adelante (Secundaria y Bachillerato), evitando así que no pueda progresar adecuadamente por la falta de la preparación previa necesaria para comprender las nuevas explicaciones.
Muchas veces, estos problemas de aprendizaje se deben a carencias de conocimientos que se arrastran desde años atrás, así que si queremos mejorar el aprendizaje matemático en Secundaria, Bachillerato e incluso en la Universidad, nada mejor que nos ocupemos de potenciar el aprendizaje lógico-matemático en Primaria, que es donde se construyen los cimientos del edificio del conocimiento en cada persona.
Todos los profesores comparten esta gran preocupación: cómo mejorar las habilidades de sus alumnos para que éstos consigan procesar la información que les proporcionan y la apliquen para solucionar los problemas cotidianos de una manera reflexiva. Esto implica la necesidad de mejorar su nivel de abstracción, de elevar la calidad de su concentración en el momento en que estudian y de optimizar sus capacidades de atención y razonamiento. Esta situación se agudiza en Primaria, puesto que es en esta etapa donde se forman y afianzan las habilidades y actitudes indispensables para que los niños afronten, exitosamente, el trabajo escolar propio de los siguientes niveles educativos.
¿De qué manera los juegos lógico-matemáticos contribuyen al aprendizaje en diferentes contextos?
Estos juegos contribuyen a que el alumno pierda el miedo a los números, a los cálculos, en fin, a pensar, a tomar decisiones, a planificar y ordenarse, a buscar nuevas estrategias para dar con una solución correcta, a no rendirse ante las dificultades, a enfrentarse a situaciones nuevas sin miedo a equivocarse, además potencian la perseverancia, mejoran la atención y potencian habilidades del pensamiento más complejas como el procesamiento de la información. Todo esto, que es aplicable a las Matemáticas, también lo es a otros muchos contextos, no ya de la escuela, sino de la vida cotidiana.
La lógica y las matemáticas desligadas de la vida cotidiana -muy útiles también, por supuesto- se las dejamos a los estudiosos, pero para las personas de a pie, sin lógica y matemáticas estamos perdidos en nuestro día a día.
Si desvinculamos las matemáticas del mundo cotidiano éstas pierden su interés, se vuelven abstractas, sin sentido para los niños y entonces ellos desconectan y surgen los problemas y las dificultades. Por ejemplo, si vemos que a nuestros alumnos les interesa mucho el fútbol, pongámosles desafíos lógico-matemáticos relacionados con este deporte.
¿Cómo es que las matemáticas ayudan a procesar la información para solucionar problemas matemáticos?
Toda resolución de ámbito lógico o matemático requiere de una planificación, de un orden, de una ejecución ya sea de cálculos o de razonamientos, de una presentación de resultados y comprobación de los mismos, y de una capacidad de asumir errores y una perseverancia para buscar el camino y el resultado correcto por diversas vías.
Las matemáticas tienen una pequeña parte de memorización (tablas de sumar o multiplicar, por ejemplo), pero su mayor parte es de razonar, de procesar la información recibida, de descartar datos superfluos y quedarse con los relevantes, de pensar y planificar antes de actuar, de pararse a comprobar que la solución encontrada se ajusta a lo que se buscaba, de empezar de nuevo si no era así, motiva a los niños a buscar información, les permite cambiar de perspectiva para descubrir lo que quieren, a aprender autónomamente, a desarrollar el espíritu crítico, a plantearse preguntas y buscar por ellos mismos las respuestas, a buscar relaciones, plantearse estrategias para conseguir lo que quieren...
Mediante estos juegos lo que buscamos es descubrir nuevos caminos para resolver situaciones lógico-matemáticas muy variadas y de todo tipo, para que más adelante y ante nuevos desafíos de dificultad progresiva cada uno escoja el camino que le guste más, le sea más cómodo o crea más rápido y tenga la capacidad de no rendirse si no es capaz de resolver lo que se le pide a la primera.
¿Los juegos lógico-matemáticos son para todas las personas?
Evidentemente que sí. Sólo deben adaptarse a sus conocimientos previos, a sus intereses personales y ser lo suficientemente variados para no caer en la rutina, que lo mata todo en cualquier proceso de aprendizaje.
Así, no vamos a desafiar de la misma manera a un niño de 6 años que a uno de 15; no vamos a poner los mismos juegos a niños de grandes ciudades que a otros de pequeñas localidades, etc. Tenemos que adaptar sus enunciados y sus características a nuestro público para hacerlos muy atractivos.
Una gran ventaja de cualquier tipo de juegos, también los lógico-matemáticos, es que admiten gran cantidad de variantes, así que siempre buscaremos cuál es la mejor en cada caso. Eso supone un pequeño esfuerzo complementario por nuestra parte a la hora de prepararlos, pero el resultado final realmente vale la pena.
¿Qué beneficios aportan a los niños?
Como afirma Steve Hugues, neuropsiquiatra pediátrico, “cada experiencia grata te anima a seguir adelante, a continuar explorando una nueva versión de ti mismo, y después otra... Por esto es tan importante la guardería, el parvulario, la escuela, para estimular todas las habilidades del niño”, pues muchas veces son las primeras experiencias las que deciden el futuro.
También afirma que “si el niño va pasivamente al colegio, desmotivado, las cosas no le irán bien. Pero si conseguimos que el mismo niño se desafíe a sí mismo a hacer lo que le cuesta, iremos por el buen camino”.
Y es que –según argumenta el mismo autor- “deberíamos tener presente que solamente un tercio de los niños reúnen las capacidades idóneas para el entorno escolar convencional... Otro tercio se defenderá y logrará tirar adelante, y el otro tercio lo va a tener mucho más complicado. ¡No los derrotemos! ¡No podemos prescindir de uno o de dos tercios de la humanidad!”.
Y estos juegos de una u otra manera nos pueden permitir conseguir todo esto.
¿De qué manera los juegos matemáticos sirven para detectar deficiencias en el aprendizaje del niño?
Mediante cualquier tipo juego podemos conocer al niño tal y como es, ya que en él actúa de manera espontánea, se olvida de las leyes de los mayores y observándolo podemos descubrir sus capacidades y, también, sus deficiencias.
Cuando juega, debemos dejar que el niño se equivoque, experimente una y otra vez, no meterle prisas –cada niño tiene su ritmo de aprendizaje-, no echarle una mano hasta que realmente haga falta, motivarle, darle refuerzos positivos por sus logros y enseñarle a no rendirse jamás ante las dificultades. Todo este proceso nos ayuda a conocer de una manera sencilla y natural cómo es realmente cada niño, sus puntos fuertes y dónde precisa mejorar. Y entonces podemos obrar y ayudarle con conocimiento de causa.
Los juegos lógico-matemáticos tampoco escapan a esta norma. Así que, una vez conocidas esas capacidades y deficiencias concretas de cada alumno podemos diseñar un nuevo camino para que el niño supere esas dificultades, camino que muchas veces deberá ser personalizado, otras veces será grupal, si observamos que esas deficiencias se producen en varios niños.
A todo ello nos ayudará la gran variedad de juegos existente (o que nos podemos inventar) y sus múltiples variantes, de modo que siempre podremos encontrar aquellos juegos concretos que nos ayudarán a conseguir nuestros objetivos.
¿De qué forma las matemáticas mejoran la atención y memoria en los niños?
Aprender a observar, educar la mirada, favorecer la atención y ejercitar la memoria son capacidades imprescindibles que resultan primordiales en muchas de las facetas de nuestra vida y que conviene comenzar a trabajar ya en el Ciclo Inicial.
Cuántas veces vemos, pero no observamos; escuchamos, pero no oímos. Ya sea por las prisas o por la falta de interés, de conocimiento o de motivación perdemos muchos detalles de lo que hay a nuestro alrededor. Para evitar esto se requiere de atención, que es la capacidad de focalizar nuestros sentidos hacia un estímulo determinado para poder aprehenderlo y trabajar con él. Y a veces concentración, que no es más que mantener la atención en algo durante un tiempo más o menos prolongado.
Sin una atención adecuada resulta imposible memorizar, entender una conversación o un enunciado, calcular una operación o mantener cualquier otra actividad cognitiva, por ello resulta tan necesario mejorar la capacidad de atención y la concentración hasta convertirlas en algo rutinario, que no requieran esfuerzo.
El sabio distraído no existe. Existen sabios concentrados en su trabajo, en sus investigaciones, que focalizan su atención y sus capacidades en determinadas cosas durante un tiempo.
No nos olvidemos tampoco de la memoria. Las capacidades ejecutivas son las capacidades mentales encargadas de resolver de manera consciente, voluntaria y eficaz la mayoría de los problemas que se le presentan a un individuo. Por tanto, son funciones ejecutivas la planificación, la anticipación, la flexibilidad, la monitorización y el control, la memoria de trabajo y la toma de decisiones entre otras.
El conjunto de estas capacidades se relaciona con la comprensión verbal, lectora, el cálculo, etc. Por este motivo, entrenar la memoria y una capacidad de observación atenta desde pequeños es primordial para adquirir la destreza adecuada para realizar tareas de una mayor complejidad más adelante.
Con estos juegos no sólo se desarrolla en el niño la memoria de trabajo, sino también se estimula su capacidad de atención y planificación. Y si realizan los juegos de manera cooperativa compartirán experiencias y conocimientos con los demás.
¿Funcionan de la misma manera en niños con TDAH?
Claro que funcionan, pero, como siempre, debemos adaptar los juegos a nuestro público. Los niños con TDAH necesitan actividades más cortas, con explicaciones o enunciados breves, sin información superflua y tienen que ser muy variados y atractivos para el niño.
Entonces se trata de buscar desafíos que no requieran mucho tiempo, con enunciados o instrucciones breves, que alternaremos con actividades más movidas; y si no salen a la primera podemos dejarlos para otro día o dar una pequeña pista.
En el fondo, todo consiste en desafiar con gracia a los niños para que se lancen a resolver estos retos lógicos o matemáticos para conseguir que disfruten con lo que hacen para que de este modo no les importe aceptar nuevos desafíos otro día.
¿Los juegos lógico-matemáticos mejoran los componentes lingüísticos? ¿Cómo?
En la Prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables (Prueba CDI) de 2016 realizados en alumnos españoles de 12 años sobre sus competencias lingüísticas el resultado fue preocupante: en torno a un 30% de ellos no comprenden lo que leen. Es decir, no saben leer y por tanto, si nadie no lo impide, todo indica que por este motivo están condenados a fracasar en la enseñanza secundaria.
Y atendiendo al hecho que mejorar estas competencias lingüísticas supone que los alumnos mejoren sus competencias lógico-matemáticas (y otras muchas más), todos debemos trabajar en esta dirección pues se trata de un tema transversal.
La verbalización y la comprensión lectora son dos componentes del todo imprescindibles en cualquier juego. Entender un enunciado, hablar, expresar verbalmente lo que quiere hacer, ya se ha hecho o se está haciendo, obliga al niño a tomar conciencia y a reflexionar sobre lo que hace intuitivamente. Explicar una acción realizada es decisivo en la formación del pensamiento. Además, también proporciona a los maestros una información valiosísima sobre la visión e interpretación de los hechos que hacen los alumnos.
Es fundamental que los niños adquieran un vocabulario amplio y, además de aprender palabras relacionadas con la vida cotidiana, aprendan muchas otras que les permitan ampliar sus conocimientos y su capacidad de comunicarse.
Aprender nuevas palabras permite que los niños amplíen su mundo conceptual, puedan comunicarse con claridad y comprendan las lecturas de todo tipo que realizan.
Así, este componente lingüístico siempre presente en todo juego –también los lógico-matemáticos- presenta una serie de ventajas para el desarrollo personal global del niño:
- Desde el punto de vista intelectual, el pequeño puede aprender las distintas categorías de palabras y explorar las relaciones entre significantes y significados, sea de la materia que sea.
- Desde un punto de vista cultural, el niño aumenta progresivamente su vocabulario y desarrolla el sentido de la lógica lingüística, lo cual se traduce en un dominio paulatino de la escritura y la lectura.
- Desde un punto de vista social, el juego con el lenguaje fomenta las relaciones interpersonales, ya que en su mayoría son actividades de grupo o que requieren una comunicación con otros.
La intervención del maestro –en estos juegos o en cualquier otro momento-, más que para calificar un resultado tiene que servir para motivar diálogo y razonamiento, para enriquecerse del trabajo en grupo y mejorar así el aprendizaje.
¿Los juegos lógico-matemáticos ayudan a mejorar la memoria en personas de la tercera edad?
Nuestro cerebro también necesita de un poco de “gimnasia”. Hay actividades específicas que son tan beneficiosas para nuestra mente como lo es el ejercicio físico moderado para nuestro cuerpo.
Un estudio norteamericano de la RSNA (Sociedad Radiológica de Norteamérica) dirigido por el doctor Konstantinos Arfanakis, del Centro Médico Universitario Rush de Chicago (Illinois, EE.UU.) y realizado en personas de una media de edad de 81 años aconseja cinco labores concretas: leer, escribir, jugar al ajedrez, ir al teatro y frecuentar las bibliotecas.
Estas actividades (y otras de similares, lógicamente), ayudan a preservar la integridad estructural en el cerebro de las personas mayores. O si lo prefieren decir de una manera llana y simple: Mantener el cerebro ocupado en edades avanzadas da "resultados positivos". No se trata tanto de “mejorar” como de “no perder” lo que se tiene.
Si usted quiere ponerse a hacer un poco de “gimnasia mental” y hacer trabajar su memoria, por nombrar un ejemplo de capacidad cognitiva, puede tomar el listín telefónico y empezar a memorizar nombres y números, calles, etc.
Bien, éste es un sistema sin duda un poco expeditivo y poco recomendable de poner en práctica, sólo sea por el riesgo inminente de morir de aburrimiento atroz.
Pero no se preocupen, pues yo les propongo hacerlo de una manera mucho más divertida y –muy posiblemente- también más eficaz: con diversos juegos de todo tipo con los cuales, además de aprender, reforzar o potenciar sus capacidades cognitivas, asimismo podrán relacionarse con otras personas de su entorno más o menos inmediato: familiares, amigos y conocidos.
El ser humano, como todo ser vivo, está sometido a cambios que, a lo largo de los primeros años de su vida implican crecimiento y desarrollo y que se producen muy rápidamente.
Por el contrario, en la edad adulta los cambios son mucho más lentos y en algunas de nuestras capacidades se producen declives en su rendimiento y pérdidas funcionales.
Sin embargo, como señalan los especialistas en la materia, esos declives y pérdidas suelen ser compensados. Ello se puede conseguir optimizando el desarrollo personal y haciendo que los factores de crecimiento existan a lo largo de todo el ciclo vital, buscando oportunidades de desarrollo, mejorando potencialidades y compensando el déficit que pueda ir apareciendo.
Pensemos que, al menos en parte, la pérdida de habilidades con motivo de la edad puede deberse a la falta de uso o su progresivo o repentino abandono.
Normalmente una persona que se jubila reduce su entorno cotidiano habitual, así como el número de personas con las que trata, incluso se mueve menos, va a menos actividades culturales o recreativas, etc.
Al hacer menos actividades y/o menos variadas disminuye sus fuentes de estimulación y de enfrentarse con situaciones nuevas. Poco a poco se va relajando y finalmente se puede acabar haciendo dependiente de los demás cuando quizás fácilmente se podría haber evitado.
Ya sólo falta que cuando se le olvida algo a esa persona le digamos que eso es normal y entonces deje de esforzarse, en cuanto a actividad mental y física se refiere.
La disminución de la inteligencia que se produce en personas mayores que no tienen enfermedades habitualmente puede ser en gran parte compensada mediante entrenamiento y práctica. Sólo es necesario tener ganas y hacer un pequeño esfuerzo que sin duda pronto se verá recompensado.
Y es que las personas mayores tienen una amplia capacidad de reserva que les permite compensar la disminución de algunas de sus capacidades.
Así, la experiencia y la práctica les pueden ayudar a resolver determinados tipo de cuestiones.
Como se afirma en la Guía del Juguete (2011): “El juego potencia la autonomía de los mayores, ayuda a mantener y mejorar la salud y facilita y consolida nuestras redes y apoyo social”.
El envejecimiento no tiene que ser sinónimo de una vida sedentaria y rutinaria. Al contrario, este periodo de nuestra vida puede ser una etapa llena de vitalidad si así nos lo proponemos. Hay que romper con los falsos mitos y creencias que ser anciano nos impide hacer cosas divertidas y sociales. Es más, el jugar y participar de actividades recreativas ofrece un marco para que las personas mayores tengan un lugar donde sociabilizarse, entretenerse y sentirse realmente vivas.
Así que realmente podemos afirmar con rotundidad que los juegos, también los lógico-matemáticos, en la tercera edad son muy productivos y altamente recomendados, pero al igual que pasa con los niños, estos juegos se deben adaptar a los intereses y capacidades de quienes van a participar en ellos, deben ser de dificultad progresiva, etc.