Antonio Pedro Santos | 15/09/2023

BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA
La actividad física regular está asociada a inmensos beneficios en la salud física y mental. A lo largo de los últimos años, la práctica regular de ejercicio físico ha sido reconocida como una alternativa no medicamentosa al tratamiento y prevención de enfermedades crónico-degenerativas, promoviendo la salud y la sensación de bienestar (Warburton, Nicol & Bredin, 2006) beneficios evidentes tanto en la esfera física y cognitiva.

El ejercicio físico es de extrema importancia para la reducción de la tensión arterial; reducción de peso y obesidad; reducción de la diabetes; protección contra la osteoporosis y debilitamiento de los huesos; la reducción de la enfermedad coronaria / cardiovascular, entre otros ...

La práctica del ejercicio físico puede contribuir a una mejora efectiva de la salud mental, en lo que concierne a la capacidad de resistir a las exigencias de la rutina diaria, control de los niveles de ansiedad, combate a las depresiones, construcción de la identidad personal, etc ...

Los estudios realizados en la última década apuntan a la existencia de efectos positivos de la práctica regular de ejercicio físico en el nivel de la salud mental, en diferentes indicadores tales como los estados de humor, la depresión, la ansiedad, el estrés y la autoestima (Biddle, Fox, Y Boutcher, 2000).

Los efectos indirectos del ejercicio físico en la salud mental son: la mejora de la calidad de vida y bienestar del individuo, así como el desarrollo de un estilo de vida saludable preventivo de enfermedades.

Los efectos directos del ejercicio físico en la salud mental son: la prevención / tratamiento de desórdenes mentales; la mejora del bienestar psicológico (estados de humor y autopercepción); la mejora del funcionamiento mental (gestión del estrés, sueño y cognición) y mejora del bienestar social (autonomía, interacción y ciudadanía).

Prevención de las enfermedades mentales: depresión clínica (los efectos del ejercicio físico son tan positivos como la psicoterapia); desórdenes mentales (los efectos del ejercicio físico frente a los accesos de pánico y ansiedad y esquizofrenia); ansiedad, pánico y fobias; desórdenes obsesivo-compulsivos; esquizofrenia y psicosis.

Los estudios realizados sugieren que los ejercicios, especialmente los aerobios, contribuyen a la preservación de la memoria, la calidad del sueño, el humor, disminuyen los niveles de estrés, combaten las enfermedades relacionadas con el envejecimiento y ayudan a controlar los síntomas de depresión y ansiedad. Los estudios también indican que la práctica de actividad física fortalece el sistema inmunitario, disminuye el dolor crónico y mejora la atención y concentración. Esto ocurre debido al aumento de endorfinas (sustancia química que provoca una sensación de placer, euforia y bienestar) en el sistema nervioso.

Esta sensación de bienestar provocada por el ejercicio se refleja directamente en la autoestima, al nivel social, profesional, espiritual, físico, dando percepciones específicas de la situación contextual del individuo.

Además, el ejercicio físico también promueve beneficios sociales, combatiendo el aislamiento y proporcionando integración del individuo.

DEFICIENCIA, ACTIVIDAD FÍSICA Y AUTOCONCEITO
De acuerdo con Priestley (2003), la deficiencia puede ser vista como un problema social causado por procesos sociales.
Las personas con discapacidad son un grupo de riesgo, en lo que se refiere a la salud mental, siendo más susceptibles a la aparición de enfermedades como la depresión; ansiedad; estrés; de las frustraciones, falta de motivación, entre otros ...

Hay varias razones para la inactividad en personas con discapacidad, como la falta de: hábitos de práctica regular de actividad física; oportunidades de práctica; medios; programas adaptados a sus necesidades; profesionales habilitados; apoyos financieros; entre otros...

El bienestar psicológico puede ser influenciado por la herencia genética; experiencias vividas durante la infancia, estrategias de coping (esfuerzos cognitivos / conductuales para enfrentar situaciones de daño, de amenaza o de desafío cuando no está disponible una rutina o una respuesta automática); apoyo social; comunidad e implicación.

La práctica regular de ejercicio físico comporta varios beneficios psicológicos para este tipo de población, quedando mejor preparados para soportar tensiones / frustraciones; mejor control de los niveles de ansiedad; menor susceptibilidad para la depresión y para bajos niveles de estados de humor; mayor contribución a la construcción de la personalidad individual.

El autoconcepto, como parte integrante de la personalidad, influye en el comportamiento. En el caso particular de las actividades deportivas, la percepción que los individuos poseen de sus capacidades es entendida como un índice para la reevaluación de sus actitudes / comportamientos frente a esas actividades.
Winnick (2004) define el deporte adaptado como el deporte modificado o creado para suplir las necesidades especiales de los discapacitados. De acuerdo con Blinde & McClung (1997), el impacto de la participación en el deporte adaptado a las autopercepciones en el dominio físico permite vivenciar el cuerpo de una nueva forma, aumenta las percepciones en términos de atributos físicos, redefine las capacidades físicas, aumenta la confianza que se percibía visando la realización de nuevas actividades físicas.

En los atletas las diferencias entre géneros son mucho menos frecuentes y más asociadas a aspectos más específicos de la propia modalidad. A veces, las atletas femeninas se ven a sí mismas de una forma más positiva cuando se las compara con sus compañeros de sexo masculino.

De acuerdo con Gould y Krane (1998), la ansiedad es un estado emocional negativo, constituido por sentimientos de nerviosismo, preocupación, aprehensión y tensión, asociados con la activación del sistema nervioso autónomo.

Para Samulski (2002), la ansiedad es una reacción emocional provocada por la percepción de un agente de estrés que puede ser peligroso, potencialmente nocivo o frustrante.

Para Moraes (1990) existen 2 tipos de ansiedad: ansiedad de traza (experiencias pasadas que el atleta vivió que determinan la tendencia de la ansiedad) y ansiedad de estado (sentimientos subjetivos entendidos como inadecuados y tensión acompañada por un aumento de la activación en el sistema nervioso autónomo).
Martens et al. (1990), sugieren que la ansiedad de estado sea dividida en: cognitiva, somática y autoconfianza. En lo que se refiere a la performance deportiva, la ansiedad cognitiva corresponde a las expectativas negativas acerca del rendimiento esperado, debiendo ser vista como el indicador de la percepción que el individuo tiene en relación a la situación competitiva.

Por otro lado, la autoconfianza debe ser vista como la inexistencia de ansiedad cognitiva (la ansiedad cognitiva es la falta de autoconfianza).

Podemos definir la ansiedad somática como el conjunto de las modificaciones fisiológicas del atleta (por ejemplo: impresiones en el estómago, sudor en las manos, aumento de los latidos cardíacos, entre otros ...).

Hay una relación entre la performance deportiva y la ansiedad - el nivel ideal de ansiedad antes de la competición puede contribuir a un mejor rendimiento, pudiendo variar de acuerdo con el individuo, el contexto, el tipo de deporte, etc ...
La experiencia obtenida en niveles competitivos más elevados contribuye a que los atletas se vean a sí mismos de modo más positivo.

Los atletas con discapacidad presentan un perfil similar a los colegas sin discapacidad, los valores obtenidos son más elevados cuando se comparan con individuos sedentarios con y sin discapacidad.

Además, existen inmensos beneficios en el nivel de la salud atribuidos a la práctica deportiva: importancia para el mantenimiento de la calidad de vida del día a día; autonomía; oportunidades de interacción social; vehículo de enriquecimiento y de adquisición personal y profesional.

La relación entre el autoconcepto físico y la autoestima es, en la mayoría de los grupos estudiados, negativa reflejando la poca importancia que es todavía hoy dada, en la sociedad portuguesa, a la práctica regular de deporte y de ejercicio.

INCLUSIÓN DE ALUMNOS CON NEE EN LA CLASE DE EDUCACIÓN FISICA
Uno de los objetivos de la inclusión de alumnos con discapacidad, es transformar las escuelas, en espacios de formación / enseñanza de calidad para todos los alumnos. Es responsabilidad de los profesores transmitir valores, normas, patrones de comportamiento para vivir en sociedad, formas de pensar, entre otros ... 
La educación física tiene como objetivo auxiliar el desarrollo armonioso del cuerpo y de la mente, contribuyendo a la formación del niño / joven de una forma general, a nivel de la salud, en la vida en sociedad, etc ... Así, el éxito de la inclusión depende en gran medida de la calidad de los programas regulares de educación física y de la posibilidad de que éstos se adapten a las necesidades de individuos diferentes (Sherrill, 1998). 

La disciplina de educación física contribuye más que a otras para la inclusión de alumnos con discapacidad en la escuela, porque contribuye al desarrollo de los tres dominios fundamentales del comportamiento humano: dominio cognitivo (capacidades intelectuales); dominio afectivo (sentimientos, opiniones, actitudes, creencias, valores, intereses, deseos, ...); y dominio psicomotor (rendimiento motor, forma física, ...). 

En el marco del currículo ofrecido por la escuela, esta disciplina puede constituirse como un adyuvante o un obstáculo adicional a que la escuela sea (o sea) más inclusiva (Rodrigues, 2003). De ahí la importancia de la disciplina, del profesor y de sus actitudes frente a la discapacidad.
Podemos definir la actitud, como la tendencia / predisposición adquirida y relativamente estable para actuar, pensar o sentir de una determinada forma (positiva o negativa) frente a un objeto, persona, situación, grupo social, institución, concepto, ...

En el contexto de la escuela, las actitudes desempeñan un papel de extrema importancia, pues influencian el abordaje de los agentes educativos en relación a los diversos problemas existentes en la escuela (como la enseñanza de alumnos con discapacidad).
Las actitudes están directamente ligadas a la forma de actuación de los profesores de educación física - presentándose como principal facilitador del proceso enseñanza-aprendizaje. 

Los atributos como: edad, género, experiencia profesional, formación, competencia percibida, calidad de la experiencia percibida, entre otras variables predictoras de las actitudes de los profesores ... influencian las percepciones de los profesores en relación a la inclusión de alumnos con discapacidad. Además, los estudios muestran que: en general, los profesores de educación física presentan actitudes favorables en relación con la enseñanza de alumnos con discapacidad.

Los estudios concluyen que existen diferencias entre sexos (profesores y profesoras), también muestran que generalmente los profesores más jóvenes presentan actitudes más favorables en relación a la enseñanza de alumnos con discapacidad.

Sin embargo, los profesores mayores tienen mayor competencia y calidad de la experiencia. También comprueban que la formación / sensibilización en educación especial es una plusvalía para la práctica (en el trabajo con alumnos discapacitados).

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