Los casos que se diagnosticaron en edad escolar se correspondieron en su mayoría a retrasos secundarios a afecciones graves como Retraso Mental, Hipoacusia, Autismo y Parálisis Cerebral, así como algunos trastornos primarios, los cuales no describimos a profundidad por no ser objetivos de este trabajo.
Al relacionar estas patologías con la edad donde hayamos el mayor número de casos, vemos que en el grupo de 5 a 14 años predominan las disfonías.
En la literatura se describe que en estas edades los niños abusan usualmente de la voz mediante gritos, chillidos, hablan en exceso, imitan voces de personajes favoritos, sonidos de autos, ametralladoras, etc.
Además en estas edades comienza también el desarrollo puberal y con ello la muda órgánica de la voz por lo que los adolescentes sufren ronquera temporal y rupturas ocasionales de tono, estos cambios tienden a desbaratar cualquier intento serio de cantar o participar en otras artes vocales. (8)
Gran parte de la literatura europea sobre el canto realiza un pedido válido de que el estudio formal del canto sea diferido hasta después de la pubertad, pedido este que no se cumple a cabalidad en nuestras escuelas de arte, según nuestra experiencia particular.
Hasta que el niño no presente cierta estabilidad en el crecimiento laríngeo, las exigencias del canto podrían ser inadecuadas para su mecanismo que se encuentra en rápido cambio. (9)
En cuanto al Retraso del lenguaje como segunda afección en frecuencia de aparición, y la más frecuente en el grupo de edades de 1 a 5 años consideramos de gran importancia estos resultados ya que en la mayoría de los casos vistos son de causa secundaria y las mismas repercuten en edades en las cuales se produce normalmente un vertiginoso desarrollo del lenguaje, lo cual es un signo de alerta de que hay dificultades en la estimulación adecuada a esta edad, niños que no estaban siendo atendidos aún por la especialidad , y que se supone deban estar debidamente orientados según la Puericultura y el programa Educa a tu hijo. (11,12, 13)
Los casos que se diagnosticaron en edad escolar se correspondieron en su mayoría a retrasos secundarios a afecciones graves como Retraso Mental, Hipoacusia, Autismo y Parálisis Cerebral, así como algunos trastornos primarios, los cuales no describimos a profundidad por no ser objetivos de este trabajo.
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|
Sexo |
|
|
|
|
Afecciones de la comunicación oral |
Masculino |
% |
Femenino |
% |
Total |
% |
Retraso del Lenguaje |
145 |
65,3 |
77 |
34,7 |
222 |
27,0 |
Disfonías |
150 |
49,5 |
153 |
50,5 |
303 |
36,9 |
Dislalias |
63 |
61,8 |
39 |
38,2 |
102 |
12,4 |
Disartrias |
4 |
33,3 |
8 |
66,7 |
12 |
1,5 |
Tartamudez |
36 |
58, |
26 |
41,9 |
62 |
7,6 |
Hiperrinolalia |
20 |
64,5 |
11 |
35,5 |
31 |
3,8 |
Otros |
43 |
48.3 |
46 |
51,6 |
89 |
10,8 |
Total |
461 |
56,2 |
360 |
43,8 |
821 |
|
Año 2012
|
|
Sexo |
|
|
|
|
Afecciones de la comunicación oral |
Masculino |
% |
Femenino |
% |
Total |
% |
Retraso del Lenguaje |
223 |
36,2 |
87 |
20,5 |
410 |
39,4 |
Disfonías |
201 |
32,6 |
206 |
48,6 |
407 |
39,1 |
Dislalias |
79 |
12,8 |
39 |
9,2 |
118 |
11,3 |
Disartrias |
2 |
0,3 |
8 |
1,9 |
10 |
1,0 |
Tartamudez |
43 |
7,0 |
11 |
2,6 |
54 |
5,2 |
Hiperrinolalia |
23 |
3,7 |
24 |
5,7 |
47 |
4,5 |
Otros |
45 |
7,3 |
49 |
11,6 |
94 |
9,0 |
Total |
616 |
59,2 |
424 |
40,8 |
1040 |
|
Año 2013
|
|
Sexo |
|
|
|
|
Afecciones de la comunicación oral |
Masculino |
% |
Femenino |
% |
Total |
% |
Retraso del Lenguaje |
164 |
42,5 |
71 |
23,1 |
235 |
33,9 |
Disfonías |
102 |
26,4 |
153 |
49,8 |
255 |
36,8 |
Dislalias |
43 |
11,1 |
36 |
11,7 |
79 |
11,4 |
Disartrias |
4 |
1,0 |
6 |
2,0 |
10 |
1,4 |
Tartamudez |
30 |
7,8 |
14 |
4,6 |
44 |
6,3 |
Hiperrinolalia |
11 |
2,8 |
16 |
5,2 |
27 |
3,9 |
Otros |
32 |
8,3 |
11 |
3,6 |
43 |
6,2 |
Total |
386 |
55,7 |
307 |
44,3 |
693 |
|
Pudimos apreciar que en todas las afecciones descritas excepto en el caso de las disartrias prevaleció con superioridad el sexo masculino representando cada año más del 50% de los pacientes afectos. Por los estudios realizados por Narbona y Pérez, plantean que dada la frecuencia de trastornos del lenguaje en varones de una misma familia se sospecha la presencia de una causa genética en muchos de los mismos.