La población mundial ha envejecido desde sus orígenes, aunque no a un ritmo constante. En las últimas décadas el envejecimiento poblacional se ha acelerado, tanto en el número total como en la proporción de las personas que cumplen 60 años. Se efectuó un estudio descriptivo y transversal de 15 adultos mayores con vistas a identificar su estilo de vida y autopercepción sobre salud mental.
INTRODUCCIÓN
La población mundial ha envejecido desde sus orígenes, aunque no a un ritmo constante. En las últimas décadas el envejecimiento poblacional se ha acelerado, tanto en el número total como en la proporción de las personas que cumplen 60 años.
Desde el punto de vista demográfico, la causa fundamental de este fenómeno es la reducción en las tasas de fecundidad y natalidad actuales.1
De hecho, Cuba no está exenta del envejecimiento poblacional, debido a que como consecuencia del desarrollo cientificotécnico y las conquistas sociales de las últimas décadas, se ha producido un aumento de los adultos mayores.
Este país cuenta con más de 14 % de la población que sobrepasa los 60 años y una esperanza de vida de 77 años; se ubica entre las 4 naciones más envejecidas de América Latina junto a Uruguay, Argentina y Barbados.
Se estima que para el 2013 habrá por primera vez más adultos mayores que niños y en el 2025 uno de cada 4 cubanos tendrá edad avanzada.2,3
Con el transcurso de los años y los esfuerzos realizados por la dirección de este país para alcanzar una esperanza de vida más alta, la tercera edad ocupa un lugar importante en la sociedad actual.
Existe un incremento vertiginoso de este sector de la población y los pronósticos de este crecimiento van en ascenso; por tanto, resulta necesario que los profesionales de la salud se interesen por comprender mejor esta etapa de la vida para que contribuyan a lograr el bienestar y la calidad de vida de los adultos mayores.
Diversos estudios demuestran que la percepción de los ancianos sobre su salud influye en su calidad de vida y, por tanto, en su estado de salud.
Son múltiples los factores que han trascendido en el tiempo, referidos a la salud mental y la satisfacción de la vida de este grupo etario, entre ellos se encuentra la autopercepción, que se ha convertido en un indicador útil y adecuado para conocer el estado de salud del anciano.4
Por otra parte, varios autores consideran que para sentirse feliz y satisfecho el individuo debe ser activo y considerarse útil; por ello la persona que ha perdido su razón de ser se muestra desgraciada y descontenta.
La inactividad y la pérdida de contactos sociales provocan la inadaptación en estas personas.
El ser humano es algo más que una simple combinación de diferentes átomos materiales, pues posee una energía espiritual más potente y luminosa que la luz solar. 5
La vejez va acompañada, inevitablemente, de pérdidas físicas y mentales, así como de autoinsuficiencias económicas, afectivas y de compañía, lo cual influye en la calidad de vida del adulto mayor.
De este modo, la autopercepción de la salud mental de los gerontes constituye un importante aporte a su estado de salud; la calidad de vida, por tanto, abarca aspectos físicos, afectivos y sociales.6
En las actividades desarrolladas por el centro de salud mental comunitario, perteneciente al área de salud 30 de noviembre (consultas, entrevistas, actividades de terreno, círculos de abuelos, actividades con las organizaciones de masas) se pudo constatar el desconocimiento de los adultos mayores sobre su proceso de envejecimiento, lo cual motivó la realización de este estudio.