La educación de la libertad se ha de considerar como fundamental objetivo para desarrollar la capacidad de elección añadiendo como consecuencia la capacidad de aceptación o rechazo.
La máxima expresión de la autonomía es la capacidad de gobierno de sí mismo, la capacidad de ser ley de sí mismo y la posesión y uso efectivo de la libertad. La libertad se considera como el poder obrar sin coacción y también la libertad se considera como posibilidad de elegir libremente entre varias alternativas o caminos. Indudablemente esta definición última es la más completa. Enseñar a elegir y educar para elegir bien es un objetivo preciso de la educación que respete a las personas. Elegir bien conlleva al propósito de que la escuela asuma claramente los valores deseables por la comunidad.
La educación de la libertad se ha de considerar como fundamental objetivo para desarrollar la capacidad de elección añadiendo como consecuencia la capacidad de aceptación o rechazo.
Apertura – comunicación:
En el ser humano existe una tendencia de apertura hacia los demás. De allí se desprende la necesidad de educar al individuo para convivir con otros sujetos cuya presencia les está impuesta por su tácita existencia y su necesidad de co-existencia.
De este aspecto se desprenden objetivos de la Educación que son los que aseguran preparar al hombre para las relaciones de colaboración en la vida económica, política, social y especialmente en el mundo del trabajo así como las relaciones familiares, de amistad que signan su destino trascendente.
Se debe considerar que toda relación humana es comunicación y toda comunicación requiere capacidad expresiva y comprensiva por parte del comunicante, por lo tanto toda educación personalizada en todo lo que a apertura se refiere, es el desenvolvimiento de la capacidad comunicativa.
La UNESCO (Santiago de Chile, 1997), plantea la necesidad de asumir la educación desde una concepción centrada en un nuevo humanismo que ponga en práctica el ejercicio de la ciudadanía, el dominio de los códigos de la modernidad: el lenguaje y las competencias básicas para participar en la vida pública y productiva y en una actitud de respeto por sí mismo y por el otro.
Los planteamientos anteriores llevan a la consideración de construir una nueva visión de la educación que supere la sola construcción de conocimientos y asimilación de información dentro del paradigma tradicional, o al cultivo de lo cognitivo desconociendo otras dimensiones del ser humano (afectivo, psicomotor, valorativo, sexual, entre otras) las cuales son susceptibles de formación a través de una educación personalizada.