La audiometría verbal, se basa fundamentalmente en leer una lista de palabras bisílabas estandarizadas, que el usuario deberá repetir. De la exploración se extraen gráficas que permiten definir el grado de inteligibilidad de los fonemas.
La audiometría vocal mide la inteligibilidad para determinados fonemas, la audición social del sujeto. Es una prueba realista, aunque no es precisa ni operativa.
Su práctica requiere de las siguientes condiciones:
El usuario deberá ser mayor de cuatro años, tener un CI normal, colaboración, no existir trastornos del lenguaje.
Cuando se pronuncian palabras a intensidades crecientes, el receptor pasa por tres fases:
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Umbral de detectabilidad. Oye algo, pero no alcanza a reconocerlo.
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Umbral de audibilidad: oye el sonido, pero no capta el significado.
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Umbral de inteligibilidad: Es el que interesa medir: oye y comprende.
La audiometría verbal se puede realizar de dos formas:
1)
A viva voz entre el usuario y el logopeda.
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Prueba de los ítems a viva voz:
El logopeda pronuncia palabras y números conocidos por el sujeto a diferentes intensidades de voz. El usuario tiene que repetir lo que entiende. Se cuentan errores y aciertos.
Es importante que para evitar que el usuario repita palabras por labiolectura el logopeda, se deberá tapar los labios o nombrar las palabras sin voz, ya que si el sujeto las repite, habría que sospechar que se trata de una persona sorda capaz de practicar la lectura labial. Una persona normo-oyente no desarrolla dicha capacidad.
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Prueba de los ítems a viva voz con sonómetro:
La prueba es idéntica a la anterior, pero con un sonómetro al lado del sujeto para que capte las intensidades de emisión.
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Prueba de Fowler:
Aproximadamente a una distancia de un metro, entre el logopeda y el usuario, se comprueba la deficiencia auditiva según la intensidad de la voz, con que hay que hablarle para que entienda.
Los resultados pueden ser:
-Si oye la voz susurrada debilmente, se trata de una deficiencia auditiva ligera.
-Si sólo oye la voz entre susurrada y normal se trata de una deficiencia de unos 45 db.
-Si sólo oye la voz normal moderada, se trata de una deficiencia de uns 70 db.
-Si sólo oye gritos se trata de una deficiencia de unos 90 db.
-Si no oye nada, se trata de una cofósis.
En esta prueba puede ser necesario enmascarar el oído sano.
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Acugrama fonético de Borel-Maisonny:
Consiste en una estimación de la identificación fonética que el usuario oye con la grafía correspondiente. Los resultados se escriben en un eje de coordenadas, donde en las ordenadas va el porcentaje de aciertos y en las abcisas la intensidad de dbs. La curva se obtiene al unir los puntos de intersección.
Los datos a destacar son:
-Altura de la curva: nos facilita el máximo de inteligibilidad.
-Umbral de inteligibilidad: es la cifra en dbs. A los que el usuario indica la sensibilidad del oído.
-Porcentaje de discriminación: es el porcentaje de fonemas que el usuario es capaz de entender 35 dbs. Por encima del umbral de inteligibilidad.
2)
Con medios electrónicos.
Se puede realizar con auriculares o en el campo libre mediante altavoces en una cabina insonorizada.
Mediante la audiometría tonal liminar hay que comprobar si es necesario enmascarar el oído sano.
El logopeda pronuncia 10 palabras (conocidas por el usuario) a través de un micrófono.
El usuario repetirá lo que entienda y se van apuntando los aciertos para calcular el porcentaje. Cuanto más desplazada la curva hacia la derecha, peor audición. Cuanto más baja esté la curva, peor inteligibilidad.
Referencias
Perelló, J. Exploración audiofoniátrica. Ed. Científico médica, Barcelona, España. 1980.
Löwe, A. Audiometría en el niño. Ed. Panamericana, Buenos Aires, Argentina. 1981.
Lafon, J.C. Trastornos del lenguaje, la palabra y la voz en el niño. Ed. Masson. Barcelona, España, 1987.